El pasado miércoles 4 de abril la Universidad de Chile recibió oficialmente a las y los estudiantes en condición de discapacidad de la generación 2018. La bienvenida se realizó con un desayuno y seminario que llevó por nombre "Discapacidad y vida universitaria: un desafío permanente", organizado por la Oficina de Equidad e Inclusión (OEI) y el Programa de Apoyo a los Estudiantes en situación de Discapacidad (PAED) del Departamento de Terapia Ocupacional.
Esta actividad se enmarca en los esfuerzos llevados a cabo por la Comisión de Discapacidad, una instancia creada el año 2015 al alero de las dos unidades anteriormente nombradas y que cuenta con participación de todas las facultades de nuestra institución. Este espacio se ha encargado de generar diagnósticos, propuestas y soluciones con miras a una mayor inclusión de las personas con discapacidad en la vida universitaria.
El seminario se inició con las palabras del Rector Ennio Vivaldi, quien señaló la necesidad de que la Universidad siga avanzando en brindar oportunidades y facilidades a quienes tienen obstáculos físicos para desarrollar normalmente su vida estudiantil: "Pensamos que se hace justicia permitiendo que se desarrolle el talento de todas las personas, pero en el caso de aquellas con discapacidad es necesario hacer un esfuerzo adicional, pues de lo contrario esto probablemente no sucedería".
"Esto genera un espíritu que nos hace una mejor institución. La Universidad gana mucho y también los mismos estudiantes que pueden conocer experiencias distintas y adquirir valores. (…) Aquí ponemos en práctica la idea de que aunque seamos diferentes, todos debemos ser tratados como iguales", agregó.
La profesora Maribel Mora, directora de la Oficina de Equidad e Inclusión, destacó los avances que han existido en la materia al mismo tiempo que hizo un llamado a abordar las temáticas que aún están pendientes para generar una institución realmente inclusiva: "Esta es una Universidad que no estaba pensada para la inclusión, que es selectiva por principio y que, por ende, no consideraba la particularidad de cada persona. Sabemos que los talentos están distribuidos de igual manera en toda la sociedad, pero nos falta apoyo a personas que vienen de distintas realidades. Hoy la Universidad está recibiendo a personas con discapacidad, por lo que la pregunta actual es cómo las está recibiendo, qué les ofrece y qué les niega. Esas son interrogantes que debemos responder como comunidad".
La profesora Sandra Mella del PAED reforzó la idea, señalando que "en comparación con otras universidades, todavía estamos bastante al debe con las condiciones que debemos generar, por lo que la idea es que avancemos juntos en este tema, considerando también la nueva Ley de Inclusión Laboral que obligará a la Universidad a tener al menos un 1% de personas con discapacidad trabajando".
El seminario contó también con la presencia la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés; el vicerrector de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Juan Cortés; la coordinadora del área de Educación del Servicio Nacional de la Discapacidad, Sandra Rozas; representantes del Senado Universitario, el Departamento de Pregrado, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, la iniciativa estudiantil Convive Uchile y el colectivo Derechos Ciegos.
El desafío de la inclusión en la voz de los estudiantes
Las palabras de las autoridades dieron paso a un diálogo abierto con las y los asistentes, en el cual los estudiantes presentes pudieron dar su parecer. Uno de ellos fue Juan Flores, puntaje nacional de Matemáticas en la PSU y estudiante de primer año de Ingeniería en situación de discapacidad física que debe desplazarse en silla de ruedas. Para él todavía hay mucho que avanzar para incluir a personas con dificultades de desplazamiento: "Cuando ingresé pensé que la Universidad iba a estar bien adaptada para recibir a personas con discapacidad, pero a pesar de que hay instalaciones hechas, muchas no funcionan", señaló.
"La mayoría de las personas tampoco sabe utilizar las instalaciones, por lo que no pueden ayudar a las personas con movilidad reducida. Por suerte he tenido ayuda de mis compañeros, pero creo que todavía hay mucho que avanzar. En ese sentido, hay que asegurar que el hecho de que hayan edificios que son patrimoniales o monumento nacional, no sea impedimento para que se adapten para incluir a personas con discapacidad", agregó.
Darío Alfaro, estudiante de Derecho con ceguera total e integrante del Colectivo Derecho a ciegas, logró sortear todos los obstáculos para egresar de la carrera y colaborar en la confección de la Ley de Inclusión Laboral. Pese a ello, afirma que las dificultades para las y los estudiantes con discapacidad siguen siendo muchas al momento de enfrentar sus estudios.
"Siempre me molestó que era uno quien tenía que andar persiguiendo al profesor para que él se acercara y así poder plantearle dudas o ver cómo rendir las pruebas y acceder a la materia del curso. (…) Otros profesores nos pedían ir a sus oficinas fuera de la Universidad a rendir pruebas orales", relató.
"Los profesores deben tener claro que, si bien como estudiante uno quiere que se le exija, también necesitamos las condiciones necesarias para rendir de buena manera", agregó.
Mayores avances en infraestructura y la necesidad de capacitación y educación de la comunidad fueron algunos de los temas más hablados en este diálogo y que serán abordados por la Comisión de Discapacidad. Así, la comunidad universitaria podrá seguir avanzando en la inclusión de todos y todas.