Que el litio debe seguir siendo un elemento no concesible y que debe agregársele valor; que la explotación de los salares debe asegurar la sustentabilidad, en consulta a los pueblos originarios; y que se debe crear una empresa nacional del litio. Estas son solo algunas de las propuestas emanadas de la Comisión Nacional del Litio, instancia creada el 11 de junio del 2014 y que el 2015 entregó un informe que incluye tales medidas, resueltas de manera unánime en relación a tal estratégico recurso, del cual Chile es una de las reservas más grandes en el mundo. En esta instancia participó el académico de la Facultad de Ciencias, Gonzalo Gutiérrez, quien en su calidad de experto en nanometales integró la comisión como asesor científico de la Central Unitaria de Trabajadores.
Pero estos acuerdos no fueron considerados cuando el 17 de enero de este año, CORFO, a nombre del Estado de Chile, suscribió dos contratos con SQM mediante los cuales se triplicaron las cuotas para explotar, procesar y vender litio, negociación que se realizó sin consulta a las comunidades indígenas, tal como lo ordena el Convenio 169 de la OIT.
Este acuerdo entre CORFO y SQM, según lo expresó el ex vicepresidente del organismo estatal, Eduardo Bitrán ante el Congreso Nacional, permitiría aumentar la cuota de extracción a cambio del impedimento que Julio Ponce Lerou y sus familiares directos controlaran la empresa, situación que fue revertida hace pocas semanas con el anuncio del retorno cuestionado empresario en calidad de asesor.
¿En qué pie deja este escenario a este elemento tan fundamental para nuestro país?, es lo que responde y explica el académico en esta entrevista con Prensa U. de Chile.
Respecto al contexto actual, en el que el litio vuelve a la palestra a propósito del escenario empresarial y político. ¿Se podría considerar un momento de decisiones como el que tuvo Chile ante la minería del cobre?
Sí, es un momento de decisiones respecto del litio, pero no sólo del litio. Pienso que es un momento de decisiones respecto a los salares. En los salares se obtiene no sólo litio sino que también boro, potasio y distintos cloruros. El litio en Chile se obtiene como unas salmueras de los salares -no es minería de rocas-, entonces lo que hay que considerar es a los salares en su conjunto. Y eso, cuando se creó la Comisión Nacional del Litio que convocó la presidenta Bachelet, fue una de las primeras resoluciones que se hicieron.
¿En qué se debiera expresar esa consideración de los salares, bajo qué medidas?
Primero, que hay que discutir de qué manera se puede hacer una explotación sustentable de los salares. En los salares en Chile hay flora, hay fauna, y más importante, hay comunidades indígenas, entonces es una cosa sumamente frágil y compleja, diferente de la minería tradicional, y eso, cuando se dio [en los ´90] la explotación del litio y del potasio en el Salar de Atacama, no se consideró porque eran todavía faenas a pequeña escala, lo que ha cambiado. Por lo tanto, hay que conversar ahora de qué manera eso es sustentable.
Primero, ¿es posible realizar una explotación sustentable de los salares? Si es que es así, bajo qué condiciones técnicas se puede realizar. Los pueblos originarios y la comunidades de alrededor de los salares, ¿están de acuerdo con ello? Esas son preguntas que no se han respondido. Hoy en los salares ni siquiera existe un modelo hidrogeológico. No sabemos cómo funcionan. Entonces, hay que hacer mucha investigación científica, investigación técnica, investigación desde el punto de vista de la ciencias sociales, desde el punto de vista de las aguas, de las comunidades, cuál es el estatus jurídico que existe allí. Nada de eso hay, y eso es lo que reconoció la Comisión Nacional del Litio en su informe del 2015.
Y en esa línea, ¿cómo explicarle a la ciudadanía cuáles son las potencialidades del litio?
El litio se saca de dos maneras en el mundo: a través de salmueras o a través de rocas. Y, ¿por qué es importante el litio?, porque el litio ha pasado a ser un elemento clave en la energía, en tres aspectos. Uno es la energía de fusión nuclear. Aún no hay reactores de fusión nuclear, los que existe son de fisión, pero los de fusión se están construyendo. Hay un proyecto y el combustible de éstos es el litio.
En segundo lugar, hay aleaciones livianas de litio aluminio que se están utilizando en aviones, en barcos y en rodados y que generan que esos elementos quedan mucho más livianos. Por lo tanto el ahorro energético que se obtiene es muy grande.
La aplicación -que creo que es la que más se conoce-, es que el litio es fundamental para el almacenamiento de energía en las llamadas baterías secundarias que se ocupan para almacenar energía en elementos pequeños como los celulares, los computadores y distintos artefactos electrónicos. Se ocupan también baterías para la electro movilidad. Todo el parque automotriz, si es que cambia de energía en base a combustión interna a eléctrica, esas baterías que van a ocupar esos autos -y que ya están ocupando- son baterías de ion litio.
También está en el almacenamiento de las energías renovables no convencionales. La energía eólica y solar no tienen un factor de planta uno, es decir, son intermitentes, por lo tanto se necesita guardar esa energía. Hasta ahora se estaban guardando en baterías de cobre de ácido, sin embargo, el año pasado se demostró en Australia que es posible tener baterías que pueden alimentar a una ciudad de 30 mil personas y esas acumuladores de energía son también en base a litio.
Entonces, el litio pasó a ser un elemento energético. Ya no es un elemento no metálico normal, sino que es un elemento energético y eso es lo que ha hecho crecer el precio del litio en forma exponencial en los últimos años.
Entonces, ante tales posibilidades, ¿por qué es importante entenderlo como un tema nacional y no sólo como un tema empresarial?
Fundamentalmente porque las empresas que hoy día que están entrando a la electro movilidad -por ejemplo, Toyota o Mitsubishi o Tesla-, lo que les interesa es tener un proveedor de litio de largo plazo y seguro. Por lo tanto, ¿cómo ganamos valor con el litio?: metiéndonos nosotros en la industria de la electro movilidad. Eso significa que podemos hacer acuerdos con estas grandes empresas y decirles que nosotros podemos proveerlos de litio, pero que deben poner sus empresas para construir las baterías aquí en Chile, con nuestros ingenieros, con nuestros técnicos, con nuestros empresarios, creando toda una industria en torno a ello.
Eso, las empresas actuales que explotan litio en Chile, Albemarle y SQM, no tienen ningún interés en hacerlo. Esas empresas venden el litio como carbonato, que es la materia prima básica. De esa manera no ganamos plata ni estamos poniendo el valor que merece, y por lo tanto lo que está a la orden del día es nacionalizar la industria del litio.
En este momento el litio ha pasado a ser estratégico, por lo que se debe hacer es ponerle valor agregado al litio. Estas dos empresas no hacen eso, más aún hay una, SQM, que es una empresa corrupta que ha corrompido poderes del Estado.
¿Qué perdemos al exportar litio sólo como materia prima?
Si uno vende el litio como carbonato, lo que se gana aproximadamente son 600 millones de dólares al año, es decir, no es nada. Si aumentáramos la explotación, sería como 1000 o 1500 millones de dólares al año, similar a lo que se vende en salmones, de modo que no tiene ningún sentido vender el litio como materia prima. Lo único que tiene sentido es vender el litio para que nos sirva de llave para entrar a los avances tecnológicos, y eso significa que pongan las empresas acá en Chile, que hacen pasta, cátodos para baterías, y por qué no, automóviles. Eso es pensar en grande. Eso es lo que debería pensar CORFO, eso es lo que debería pensar el gobierno. Eso es lo que debería estar proveyendo nuestra Universidad de Chile como universidad del Estado.
Respecto a los pueblos originarios, ¿es posible conciliar esta labor extractiva con un enfoque más complejo?
Se puede conciliar perfectamente teniendo la voluntad, por lo tanto, cualquier acción que se haga sobre los salares debe tener la consulta y opinión de ellos. Ha sido una usurpación prácticamente lo que ha sido el Estado con ellos. En la Comisión Nacional del Litio se dijo claramente que cualquier explotación sobre los salares y sobre el litio contenido en ellos tiene que estar en consulta y en acuerdo con los pueblos originarios. Lo que ha hecho CORFO es realmente grotesco, porque si queremos hacer el mejor acuerdo del mundo, tiene que ser del siglo XXI, y en el siglo XXI lo principal es el respeto a las personas y en especial, en este caso, a los pueblos originarios y a los acuerdos que ha tomado el país con la comunidad internacional, como es el Convenio 169. Entonces, en eso yo estoy en completo acuerdo con lo que plantean las comunidades atacameñas.
En vista de que es un momento de decisiones, ¿qué instancias se debiesen dar para tomar, participativamente, estas decisiones en torno al litio?, ¿por dónde comenzar?
A mi juicio hay que comenzar por tomar las recomendaciones de esta comisión. Esta comisión fue integrada por 25 miembros de distintas sensibilidades políticas, capacidades técnicas y experiencias profesionales. Ahí hay una serie de recomendaciones, entre ellas, elaborar una Política del Litio y los Salares. Todos los acuerdos que sacó la comisión fueron por unanimidad, diferente a cualquiera de las otras comisiones.