A través de diversas mesas de trabajo académicas, académicos y equipos profesionales de la Casa de Bello abordaron las dimensiones definidas en la Ley 21.091, discutiendo y profundizando sobre el modelo de acreditación planteado por el CNA para las universidades chilenas.
La directora de Pregrado y vicerrectora de Asuntos Académicos (s), Leonor Armanet, explicó que la exigencia que la CNA define para regular la acreditación institucional está contenido en el artículo 17 de la nueva ley, "lo que abre una ventana de posibilidades para plantear estos parámetros y los mecanismos que como Universidad de Chile nos parezcan más pertinentes, aportando a que su implementación cuente con una mayor legitimidad”.
En esa línea, la profesora Armanet agregó que es oportuno avanzar hacia un modelo de acreditación que sea capaz de entregar mejores diagnósticos, “sobre el estado de cada universidad y que oriente claramente las bases sobre las cuales articular su desarrollo". La necesidad de generar nuevos criterios y estándares, prosiguió Armanet, "abre la posibilidad de incorporar una nueva lógica de evaluación, con focos bien definidos que enriquezca y profundice la acción de la evaluación externa". Para ello, "la Universidad de Chile aportará al desarrollo de propuestas coherentes con el fortalecimiento de la educación pública, a través de un documento que condensará dichos planteamientos".
Respecto a la actual Ley de Educación Superior, la coordinadora ejecutiva de la Unidad de Autoevaluación, Acreditación y Calidad, Cecilia Dooner, señaló que su aprobación trajo algunas modificaciones respecto al sistema de acreditación. “Hasta el 2018 la acreditación institucional no era obligatoria en el país, pero ahora sí. Además, en el nuevo modelo se instala la acreditación institucional integrada. Es decir, las instituciones van a ser evaluadas con varios programas de pregrado y postgrado”, explicó, destacando la importancia de generar un consenso institucional que permita definir cuáles son los requerimientos mínimos de funcionamiento para las unidades administrativas y académicas.
Esta jornada fue organizada por la Unidad de Autoevaluación, Acreditación y Calidad, la Unidad de Aseguramiento de la Calidad del Departamento de Postgrado y Postítulo; y el Departamento de Pregrado; las cuales forman parte de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos; y la Unidad de Análisis Institucional y Datos de la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Gestión Institucional.
Una reflexión desde la Universidad de Chile sobre la consulta
A modo de conclusión de la jornada, Benjamín Suárez, integrante de la Comisión Superior de Autoevaluación Institucional, destacó que este documento de consulta “releva la capacidad de seguimiento y autoevaluación de los procesos. También, que la Universidad debe contar con mecanismos de admisión, inclusión y apoyo en todas sus carreras, programas formativos y a los perfiles de los estudiantes”. Sin embargo, el académico expresó que este instrumento de política pública presenta debilidades, como que “el único estándar de cumplimiento crítico y necesario para acreditar sea la sostenibilidad financiera, lo que sólo orienta la ponderación de la comisión al momento de evaluar y adoptar la decisión de acreditación”, comentó.
Finalmente, hizo un llamado a definir y trabajar para que estándares como los de la Universidad de Chile, “sean los que guíen la formulación de políticas públicas para los demás. La calidad es lo esencial para que los estudiantes se fascinen con lo que están haciendo, se estimulen y se motiven en sus estudios”, concluyó Suárez, apuntando a la necesidad de considerar el contexto actual por las demandas de salud mental en la Casa de Estudios.