Las condiciones extremas de la Antártica y los sacrificios que implica trabajar en ella no son impedimento para la legión de investigadores de diversas partes del mundo que año a año visitan este mundo prístino e inhóspito para desentrañar sus misterios y protegerlo. Uno de los principales referentes de este grupo de científicos es Elie Poulin, profesor del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, quien este sábado 5 de octubre recibió el premio “Espíritu Antártico” por una vida de trabajo dedicada al Continente Blanco.
El académico, especialista en ecología y evolución, fue distinguido por sus casi 30 años de trayectoria en la Antártica, período en el que ha realizado y apoyado innumerables estudios y publicaciones científicas de alto impacto sobre biodiversidad, con un énfasis en la colaboración nacional e internacional. El reconocimiento -apoyado por científicos como Peter Convey, del British Antarctic Survey; Steven Chown, de la Universidad de Monash; Jean Pierre Féral, del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología; e investigadores nacionales pertenecientes a distintos planteles- fue otorgado además por su labor docente y aporte a la formación de nuevas generaciones de científicos, principalmente a través de la guía de tesis de pregrado y postgrado.
La entrega del premio se realizó en la ceremonia de clausura de la IX versión del Congreso Chileno de Investigaciones Antárticas, patrocinado por el Instituto Antártico Chileno (INACH) y la Universidad de Santiago de Chile. Tras la distinción, Marcelo Leppe, director nacional del INACH, comentó que “al igual que las araucarias en la cordillera, que generan islas de colonización, es parecido a lo que están haciendo varios investigadores, entre ellos Elie Poulin, quien es reconocido en este encuentro con un premio que felicita su aporte y celebra su trayectoria”.
El profesor Poulin agradeció especialmente que esta postulación fuera presentada por estudiantes y colegas. “Mi primer viaje a la Antártica como estudiante de postgrado fue en el año 90 e inicié mi investigación en Chile el 2002, con un INACH mucho más pequeño y con menor ambición que la que tiene actualmente. He acompañado ese proceso con proyectos que se han traducido en la formación de muchos investigadores e investigadoras que se han integrado a la academia y que siguieron una línea de investigación asociada a la Antártica”.
Destacó también la cooperación impulsada desde el Proyecto Anillo de CONICYT Biodiversidad Genómica Antártica (GAB, por su sigla en inglés). “Uno de los rasgos de este 'Espíritu Antártico' es la colaboración científica entre los distintos países que trabajamos en esta zona. En los últimos años, el fortalecimiento de estas redes internacionales nos ha permitido -por ejemplo- estudiar los patrones de biodiversidad a lo largo de todo el Océano Austral, no sólo en el área de las bases chilenas en la Antártica, y generar diversas publicaciones”, explicó.
La iniciativa, liderada por el profesor Poulin, es además una plataforma de colaboración entre científicos nacionales integrada por Julieta Orlando, de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile; Karin Gerard, de la Universidad de Magallanes; Juliana de Abreu, de la Universidad Católica; Angie Díaz, de la Universidad de Concepción; y Claudio González-Wevar, de la Universidad Austral. En ella participan, asimismo, desde estudiantes de pregrado hasta investigadores de postdoctorado, la mayoría mujeres de la U. de Chile.
IX Congreso Chileno Antártico
La distinción fue entregada en el marco del IX Congreso Chileno de Investigaciones Antárticas, que durante tres días reunió a 167 investigadores nacionales e internacionales en Olmué. El evento estuvo marcado por la diversidad de especialistas y temáticas multidisciplinarias relacionadas al desarrollo de ciencia en la Antártica, así como por las charlas magistrales de Peter Convey y Huw Griffiths, investigadores del British Antarctic Survey (BAS), y Sharon Robinson, de la Universidad de Wollongong de Australia.
Las jornadas contaron con la presencia de gran parte del equipo del proyecto GAB, que realizó siete ponencias en simposios y presentó seis posters. También fueron parte de este evento el académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Víctor Neira; y el profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de nuestro plantel, Francisco Hervé, único investigador latinoamericano en recibir la medalla SCAR (Scientific Committee on Antarctic Research) por sus extraordinarios logros en el ámbito científico antártico. Este académico fue el encargado de entregar a Maximiliano Amenábar, bioquímico de la Universidad de Santiago, el premio al Científico Joven Destacado.