La salud mental en la pandemia ha sido uno de los puntos de alerta de diferentes actores del mundo social, académico y profesional; tanto para quienes ya tienen patologías diagnosticadas, como para los que podrían desarrollarlas por los diversos estresores potenciados por la crisis sociosanitaria, como la pérdida de empleo, el confinamiento, la violencia intrafamiliar, entre otros factores.
En este sentido, los equipos de Atención Primaria de Salud han desarrollado estrategias de adaptación para realizar las atenciones médicas correspondientes, además de actividades que fortalezcan la salud mental de las personas en pandemia. Un ejemplo de ello han sido los programas con adultos mayores, los cuales se desarrollan de forma normal para mantener el contacto con personas que viven solas y que en algunos casos requieren de control médico; entre otros programas que se han adaptado de forma telemática debido a la pandemia.
La académica del Departamento de Atención Primaria de Salud Familiar de la Facultad de Medicina (APSF), Dra. Mónica Nivelo, detalla que "hay programas que estaban establecidos antes del Covid-19 y que se han intensificado, como por ejemplo, los programas de acompañamiento, de consumo y abuso de sustancias, de niñez y de trastornos de déficit atencional, los cuales han seguido funcionando pero por tele consulta ya que los hemos ido adaptando”.
Ante esto, la necesidad de mantener contacto con pacientes ya diagnosticados, se suma la atención de pacientes con cuadros de salud mental desarrollados en el contexto de la pandemia. Para el académico del APSF, Simón Castro, una de las fuentes de crisis de salud mental debido a la pérdida del rito en el proceso de duelo, ya que “las muertes que ha provocado la pandemia podrían generar un duelo patológico. Por las situaciones de confinamiento las personas no han podido vivirlo de la manera tradicional, además con el aislamiento falta la contención y existe confusión con la pérdida de un ser querido”.
Unidad de Memoria con sus pacientes de la mano de la tecnología
Una de las instituciones que ha recurrido a las herramientas de la tecnología para poder continuar desarrollando su labor es la Unidad de Memoria del Hospital Salvador, dependiente de la U. de Chile y dirigida por la académica de la Facultad de Medicina, Andrea Slachevsky.
Dicha unidad, inaugurada el 2018, surgió en el marco del Plan de Demencia del Ministerio de Salud y hoy atiende a pacientes de diferentes edades diagnosticados de Alzheimer y otras demencias. Este equipo interdisciplinario de trabajo respondió de manera rápida al confinamiento de sus pacientes y profesionales gracias a la tecnología, particularmente al desarrollo de fichas clínicas electrónicas, a partir de un proyecto iniciado previo a la pandemia junto al Centro de Informática Médica de la Facultad de Medicina.
Como destaca la enfermera gestora de la Unidad de Memoria, Loreto Castro, este trabajo previo permitió la atención remota tanto por videollamadas como por teléfono, último canal utilizado con mayor frecuencia y fluidez, debido a la poca familiaridad de algunos de las y los pacientes y sus familias con las tecnologías.
Para la profesora Slachevsky, este desarrollo “permitió mantener durante bastante tiempo el control de los pacientes, el apoyo a los cuidadores”, quienes manifestaron su satisfacción de haber podido seguir siendo atendidos, especialmente considerando la acentuación de sintomatología en algunas personas como consecuencia del confinamiento. Así, entre otras cosas, estos canales de comunicación se convirtieron en “una herramienta muy tranquilizadora para los pacientes porque se pudieron seguir extendiendo las recetas farmacológicas”.
El trabajo desarrollado también se imbricó con el sistema del Hospital Salvador, así como con otros dispositivos de salud como los CESFAM del Servicio de Salud Oriente. “Ahí se usó mucho esta plataforma de telemedicina con la atención primaria para hacer consultorías y dudas diagnósticas que requerían aportes de la especialidad para el tratamiento”, como detalló Loreto Castro.
Una de las mayores dificultades fue la imposibilidad de hacer ingreso de pacientes nuevos, como detalló la profesora Slachevsky, procedimientos que hoy se está desarrollando gracias a una modalidad de atención mixta, a partir de un trabajo remoto y presencial dependiendo de cada caso.