“La idea de empoderar a las comunidades en torno a la protección de la salud no es nueva en Chile. Creo que nuestra innovación tiene que ver sobre todo con el alcance gracias a la era digital”, dice Esteban Encina, académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y uno de los responsables del proyecto “Apoyándonos”, iniciativa que busca formar a personas, profesionales del área y no, en conocimientos de salud mental.
Encina se refiere a experiencias históricas como la de Juan Marconi, psiquiatra de la U. de Chile, quien entre 1968 y 1973 acuñó el concepto de “psiquiatría intercomunitaria”, un modelo de intervención dentro de los territorios en que la participación de las comunidades era clave para abordar problemáticas como el alcoholismo, la neurosis o la privación sensorial.
“Apoyándonos” -ganador de un Fondo Valentín Letelier el año pasado- recoge ese tipo de experiencias locales y le da un nuevo alcance territorial a través de las plataformas virtuales. “En nuestro caso, la afectación de la pandemia en términos del trabajo telemático ha sido positivo tanto para el diseño del proyecto como para la implementación”, cuenta el académico sobre el proyecto que tiene colaboración de académicos y estudiantes de las universidades de O’Higgins, de Los Lagos y de Antofagasta.
La primera etapa consiste en cursos de formación general (CFG) en salud mental para estudiantes de pregrado de carreras afines como Medicina, Psicología, Sociología, Terapia Ocupacional o Trabajo Social. En total, son 120 cupos repartidos en las diferentes universidades. En el caso de la U. de Chile, hay 30 cupos para alumnos de la Facultad de Medicina y de la Facultad de Ciencias Sociales (Facso), quienes comenzarán las clases el 25 de agosto.
En marzo de 2022 continúa una segunda etapa de capacitación dentro de los territorios, donde se hará una convocatoria a nivel de organizaciones sociales en comunas como La Pintana y Macul, y a través de la misma red de salud gubernamental, que se ha asociado al proyecto a través del Servicio de Salud Metropolitano Sur, el Servicio de Salud de Osorno, de Antofagasta y de O'Higgins, además del Consejo de la Sociedad Civil de Fonasa.
Además, el proyecto incluye la elaboración de cápsulas documentales con el proceso de formación de los agentes, elaboradas por estudiantes del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI); una publicación que reúna historias de casos de ayuda que se hayan realizado; la elaboración de guías de ayuda para ciertos problemas específicos en salud mental; y la realización de un seminario de salud mental para fines de 2022. Todo irá alojado en un sitio web con la idea de que se convierta en una plataforma permanente de consulta.
Hablemos de salud mental
“Es tremendamente importante no solo trabajar en diversos territorios, sino con instituciones estatales ubicadas en estos territorios, porque entendemos que la diferencia en el conocimiento cuando se crea de forma situada es monumental. Poder generar ese conocimiento desde los territorios y desde las necesidades específicas es clave para derribar las brechas de desigualdad que existen”, dice Isidora Zamora, estudiante de Psicología en la U. de Chile y una de las integrantes del equipo de “Apoyándonos”.
Uno de los motores del proyecto es el poco conocimiento que aún existe sobre salud mental en Chile y los diferentes prejuicios que impiden que se hable muchas veces del tema a nivel público, pero también familiar y laboral. “Cerca de 3/5 de la población en nuestro país está requiriendo atención y no la recibe, y dentro de los motivos están la escasez de recursos, la ineficiencia de esos recursos, nuestro sistema de salud está muy segregado, pero también está el estigma que hay en torno a los problemas en salud mental”, dice Esteban Encina, quien lleva a cabo, en paralelo, un estudio junto a profesionales de la U. de O’Higgins sobre alfabetización en salud mental, trabajo con el que planea recabar antecedentes en todo Chile.
Los beneficiarios de “Apoyándonos” recibirán una formación, primero, en torno al funcionamiento del sistema de salud en el país, para luego conocer y trabajar en los problemas de salud más recurrentes y al mismo tiempo lograr elaborar recomendaciones específicas. Entre ellos está los cuadros de ánimo, cuadros ansiosos, depresivos, violencia de género hacia las mujeres y a la comunidad LGTBIQ+ y también trastornos poco estudiados como la ansiedad climática, causadas por desastres naturales o problemáticas ambientales en los territorios.
“También queremos trabajar en consideraciones para aquellas son cuidadores de personas que tienen una discapacidad severa y tocar el tema de la salud mental dentro de las organizaciones, es decir, salud mental en el trabajo y en el mundo universitario”, agrega Encina.
En tanto, Isidora Zamora destaca que “si bien la pandemia ha agudizado muchos de los trastornos, hace un rato que veníamos arrastrando una problemática de salud mental. Además, en este periodo también se ha visibilizado más el tema, es importante poder hablarlo en términos sociales”.