Su línea de investigación ahonda en los aspectos moleculares que median la adaptación muscular al ejercicio físico en condiciones patológicas como la resistencia a insulina, así como las bases biológicas de la prescripción del ejercicio en pacientes con obesidad y síndrome metabólico. El proyecto premiado por la Academia Chilena de Ciencias se titula “Nuevo rol de NADPH Oxidasa 2 como regulador de las respuestas al ejercicio físico”. Allí, el doctor Henríquez ahonda en los procesos moleculares tras el deporte que benefician la prevención de enfermedades metabólicas y vasculares.
En la conferencia que dictó al pleno del cuerpo colegiado, el investigador se refirió a sus estudios sobre el rol de las especies reactivas de oxígeno en el músculo esquelético y su fuente principal al interior de la célula, pues en ellas estaría el origen de algunos de los beneficios de la actividad física para la salud metabólica. Para ello, junto a sus colaboradores combinaron estudios en músculo humano, en animales genéticamente modificados, y en cultivos celulares para identificar la fuente celular de oxidantes musculares durante el ejercicio, una interrogante que se ha mantenido sin respuesta por más de 40 años, según explica. Los resultados mostraron que la enzima NADPH oxidasa 2 era el origen de las especies reactivas durante el ejercicio y participaba en la captación de glucosa durante el esfuerzo.
El doctor Henríquez explica que este proceso “describe uno de los mecanismos celulares por el cual el ejercicio promueve la captación de glucosa de manera independiente de la insulina. Como todo mecanismo molecular, debe ser estudiado de manera más profunda para poder diseñar estrategias farmacológicas o no farmacológicas que sirvan para enfrentar enfermedades asociadas a la inactividad física. Pero, por el momento, conocer el mecanismo nos ayuda a pensar en mejores programas de ejercicio en el tratamiento de enfermedades metabólicas. Estamos en la fase temprana del descubrimiento de estos procesos celulares, pero conociendo los beneficios del ejercicio, la potencialidad es gigantesca”.
Visibilizando una nueva disciplina de investigación
Respecto al desafío de realizar el doble doctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y en la Universidad de Copenhague, Carlos Henríquez comenta que "desde muy joven el deporte y la biología eran cosas que me gustaban. Luego de terminar mis estudios en ciencias de la actividad física, decidí realizar el magíster en Fisiología en la Facultad de Medicina, y para mi trabajo de tesis el laboratorio del doctor Enrique Jaimovich me abrió las puertas de un mundo desconocido, como era la biología molecular, lo que me permitió estudiar los efectos de la actividad física a nivel celular, un tópico relativamente nuevo en el país por esos años.
A ello, agrega que “una pasantía en el laboratorio del doctor Thomas Jensen, en la sección de Molecular Physiology de la Universidad de Copenhague, uno los centros más prestigiosos del mundo en su especialidad, me permitió pensar los procesos biológicos desde nivel subcelular hasta su aplicación en humanos. Luego se abrió la oportunidad de realizar un doble doctorado entre ambas instituciones, lo que acepté de inmediato. A medida que pasó el tiempo, sentí que mi formación inicial en ciencias de la actividad física, sumada a la que obtuve en el laboratorio del doctor Jaimovich y a la excelencia internacional de la Universidad de Copenhague daría como resultado algo muy novedoso, y creo que no me equivoqué”.
Actualmente, el doctor Henríquez es investigador postdoctoral en la institución danesa e investigador asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae. Sobre la distinción como mejor tesis doctoral en ciencias naturales por parte de la Academia de Ciencias, el doctor Henríquez comenta que fue “una sorpresa. Soy el primer profesional del área de la actividad física y rehabilitación que recibe una premio tan prestigioso, reservado principalmente para carreras científicas más tradicionales, y representa uno de los hitos de mi corta carrera en la generación de nuevo conocimiento, sin duda”.
En ese sentido, finaliza, “creo que esto abre posibilidades para visibilizar nuestra disciplina de investigación. Sinceramente pienso que conocer los mecanismos celulares que explican los potentes beneficios del ejercicio permitirá encontrar blancos farmacológicos que pueden revolucionar la salud humana. Muchos de los secretos del ejercicio físico se encuentran en pequeñas moléculas de nuestras células que son afectadas por nuestros movimientos; ¡es fascinante!”.