En carta publicada en La Tercera, el ministro secretario general de la Presidencia volvió a defender que sólo se conozca el lobby y el tráfico de información, influencias y recursos que se realiza en reuniones y reparticiones oficiales, dejando en la oscuridad todo lo que se negocia por teléfono, mensajes, conversaciones informales y reuniones sociales.
El ministro Larroulet no explica por qué dejó fuera las exigencias de transparencia para lobistas sobre clientes y temas con la autoridad que planteó Eduardo Engel, en línea con las principales recomendaciones de transparencia de la Ocde.
Tampoco dice por qué el gobierno no informa voluntariamente desde hoy sobre las solicitudes de los lobistas y por qué el proyecto no tiene un trámite urgente, considerando que hoy se están tramitando o dejando de tramitar proyectos de ley de gran interés social, cívico y económico.
Insisto en que no hay ninguna justificación ética o política para mantener esta situación de impunidad al lobby, que sólo trae beneficios espurios a unos pocos y perjuicios a todos.
Víctor Pérez Vera
Rector Universidad de Chile