por C. Araya y C. Palma
Durante las movilizaciones del 2011 nunca fue tan enfático con sus estudiantes. Sin embargo, y después de sólo tres días de que nuevamente fuera tomada la Casa Central de la U. de Chile, su rector, Víctor Pérez, realizó una declaración pública en la que llamó al "desalojo pacífico" del edificio, señalando que su ocupación "afecta severamente las confianzas internas, afecta el cumplimiento de nuestra misión pública y de calidad, interrumpe el diálogo respetuoso propio de nuestra comunidad universitaria y privatiza -para el uso de un solo grupo- un espacio público que es de todo(a)s".
A esto agregó que "si aceptamos que cualquier grupo, interno o externo, puede entrar a nuestra Casa Central y hacerla suya impunemente, estaremos, en los hechos, condenados a que su simbolismo se vuelva vacío".
La autoridad académica también criticó la respuesta del gobierno a las demandas de estudiantes y rectores. "Decidió invertir en educación por la vía de mejorar el financiamiento a la demanda, es decir, a los estudiantes, intensificando de paso el rol del mercado y el ámbito competitivo en la enseñanza, manteniendo de esa manera el rol subsidiario de un Estado que prefiere no retomar su responsabilidad con la educación pública". Así, Pérez criticó el bajo aumento de los aportes basales a las universidades públicas.
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