El sistema educacional en nuestro país ha generado una forma particular de estratificación. Contrario a la visión simplificada, en la cual los colegios particulares subvencionados atraerían a los "mejores estudiantes" de los colegios municipales (léase de un nivel socioeconómico más alto) -para dejar a los más pobres en estos últimos establecimientos-, los datos muestran que el sistema particular subvencionado atiende a familias de un amplio espectro socioeconómico, si bien al interior de cada uno de los colegios el nivel socioeconómico de los estudiantes es muy homogéneo.
Esto implica que el sector particular subvencionado se ve inclusivo, porque hay todo tipo de colegios, es decir, desde colegios para la clase media acomodada hasta colegios para pobres. Sin embargo, la unidad de análisis relevante no es el sector a nivel agregado, sino el colegio, elemento que mostramos en un trabajo conjunto con Florencia Torche, profesora de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos [Mizala, A. y Torche, F. "Bringing the school back in: the stratification of educational achievement in the Chilean voucher system". International Journal of Educational Development 32, 2012].
En particular, encontramos que los establecimientos particulares subvencionados estratifican por nivel socioeconómico y consecuentemente por resultados académicos; así hay colegios particulares subvencionados para niños acomodados y con buenos resultados escolares, y colegios para niños pobres con peores resultados académicos.
Lo anterior se grafica claramente en el hecho de que la variabilidad del indicador de estatus socioeconómico (medido por el ingreso del hogar y la educación de los padres) entre colegios es de un 24% en el sector municipal, en tanto que en el sector particular subvencionado llega a 47%. Otra forma de graficar el hecho de que los colegios particulares subvencionados son más estratificados que los colegios municipales es la correlación que existe entre el colegio y el ingreso del hogar de sus alumnos, en el sector particular subvencionado esta correlación es el doble que la que existe en el sector municipal. Un resultado que implica que basta conocer el colegio donde un niño estudia en el sector particular subvencionado para tener información muy acertada del ingreso de su familia. Esta estratificación socioeconómica tiene un correlato directo con la estratificación de los resultados escolares, medidos por pruebas estandarizadas tipo Simce. De hecho, la variabilidad de los puntajes de esta última prueba entre colegios particulares subvencionados es mucho mayor (27%) que la variabilidad que se obtiene entre colegios municipales (14%), un resultado que se repite en pruebas de diferentes materias (lenguaje y matemáticas), así como en distintos grados (cuarto y octavo básico). Esto significa que existe una gran estratificación de puntajes en las pruebas Simce en el sector particular subvencionado.
Una forma de interpretar este resultado es la siguiente: es más probable que el peor estudiante de un buen colegio tenga mejores resultados que el mejor estudiante de un colegio malo en el sector particular subvencionado que en el sector municipal. Esto significa que en el sector particular subvencionado el colegio también es una unidad de estratificación del desempeño escolar.
La pronunciada estratificación económica del sector particular subvencionado también se manifiesta en la elevada asociación que existe entre el nivel socioeconómico del colegio (que es el promedio del nivel socioeconómico de todos los alumnos) y los resultados en el Simce; esta asociación es más del doble en tamaño en los colegios particulares subvencionados que en los colegios municipales, aun después de aislar el impacto del nivel socioeconómico individual. En otras palabras, el resultado educativo de un estudiante que asiste a un colegio particular subvencionado depende en gran medida de la composición socioeconómica del alumnado del colegio al que va, lo que significa que nuestras aulas no tienen la capacidad de interrumpir la reproducción cultural de la pobreza. Estamos, por lo tanto, en un mundo donde los padres escogen colegios de acuerdo con su capacidad de pago y a los resultados promedio del establecimiento y los colegios, en vez de esforzarse por entregar buena educación, tienen incentivos para conseguir "buenos" alumnos con padres de mayor nivel socioeconómico, lo que impide que el sistema escolar promueva una educación de alta calidad para todos los niños y jóvenes.
Pero hay otras razones por las cuales el fuerte grado de homogeneidad interna de los colegios en Chile es preocupante. En particular, esta realidad implica que los niños no aprenden a interactuar con otros niños provenientes de diferentes contextos sociales y culturales, lo que en sí mismo es malo para la democracia, más allá de lo que ocurra con los resultados escolares. Idealmente la escuela debería ser una instancia de aprendizaje con los demás y acerca de los demás, de forma de educar en el respeto de los derechos del otro, formando individuos que sepan asumir sus responsabilidades ciudadanas.