Las medusas son animales invertebrados bastante primitivos con forma de plato invertido y tentáculos que nacen de su parte central, cuyos cuerpos están compuestos mayormente de agua y que a pesar de su forma aparentemente inocente constituyen formidables depredadores de otras criaturas marinas, incluidos peces. Tienen, aunque no lo parezcan, percepción táctil y movimientos que le dan capacidad de desplazamiento, además de un precario sentido de la visión.
Pero su característica más importante es que utiliza como medio de captura y a la vez de defensa de otras criaturas, una toxina que se libera al menor contacto y cuya potencia varía de especie en especie y que es la responsable entre muchos otros efectos de los molestos signos y síntomas que sufrimos las personas cuando tomamos contacto accidental con ellas.
Afortunadamente para nosotros, Chrysaora plocamia -nombre de la medusa que llega a nuestras costas-, tiene una baja toxicidad si se compara a varias otras en el Caribe o Australia, que pueden llegar a causar la muerte en minutos. Sin embargo, no debe considerarse inofensiva. Puede alcanzar tamaños y pesos considerables con diámetros cercanos al metro y brazos de dos metros de largo, llegando a pesar diez kilos.
Cuando accidentalmente chocamos a una medusa, nuestro tegumento entra en contacto con pequeñas cantidades de la toxina, la que se descarga y se inyecta en la piel. La toxina es una sustancia químicamente compleja, entre varios otros componentes contiene la conocida histamina y otros elementos con propiedades irritantes, sino destructivas para nuestra piel.
Los efectos tóxicos se dejan sentir de inmediato: sensación de ardor o quemadura y enrojecimiento, seguido a menudo de enronchamiento de la piel, que toma formas de latigazos si lo que ha tocado nuestro cuerpo es uno o más de los brazos de la criatura. Si la picadura es leve, el incidente dura unos minutos y no pasa de ser un momento desagradable. Pero, si la intensidad y extensión del contacto ha sido mayor, pueden presentarse síntomas generales por el paso del veneno al interior de nuestro cuerpo, como agitación, dificultad respiratoria, sensación angustiosa, palpitaciones aceleradas, calambres, dolor abdominal, náuseas y vómitos, mareos y hasta pérdida de conciencia, lo que reviste gran peligro.
En estos casos, el enrojecimiento de la piel puede en las horas siguientes transformarse en ampollas dolorosas y pruríticas, evolucionando a erosiones y costras.
Hay casos de personas sensibilizadas por picaduras previas, que pueden presentar reacciones alérgicas en los sitios donde tomó contacto la medusa en los días posteriores al encuentro: solevantamientos y parches enrojecidos de piel que provocan intensa picazón y duran semanas.
¿Qué hacer si resulta picado por una medusa?
El equipo de Dermatología del HCUCH nos recomienda:
Como siempre, lo mejor es prevenir. Si ve que hay gran cantidad de estas criaturas tiradas en la orilla de la playa es de suponer que haya lo mismo en el agua. Evite bañarse en ese lugar o si tiene opción use traje de neopreno o una polera y pantalones de algodón simplemente.
Instruya a los niños sobre su peligro. Su curiosidad puede atraerles a tocarles y ser expuestos a las toxinas.
Si siente que algo roza su piel y comienza a picar, arder o quemar, es muy posible que haya sido "picado". Conserve la calma y procure salir lo más rápido del agua, en especial si está nadando lejos de la orilla. Ciertas medusas pueden causar calambres y parálisis muscular en breve lapso de tiempo.
Una vez en la orilla revise las zonas afectadas y si tiene tentáculos adheridos a su piel intente removerlos con la misma agua de mar. No frote su piel.
Lo único conocido que puede neutralizar el veneno de este tipo de medusas es espolvorear polvos de bicarbonato de sodio sobre la piel afectada humedecida en agua de mar, formando una especie de pasta. Esto debe hacerse en el momento, más tarde ya no sería útil; muchas estaciones de salvavidas debiesen tener este elemento a mano. Si no lo obtiene intente entibiar agua de mar y aplíquela igualmente en la zona afectada, el calor también inactiva estas toxinas.
Una media hora más tarde, si las molestias continúan ya puede usar hielo envuelto en nylon para aliviar el ardor o quemazón. Si tiene ampollas, procure no romperlas, envuelva la zona afectada en algo limpio y consulte a un servicio de urgencias, lo mismo si tiene síntomas generales como ahogo o malestar.
Si la erupción dura o aparece con los días en el sitio picado, consulte a un dermatólogo.
¿Qué no debe hacerse?
- Seguir nadando lejos de la orilla si ha sido picado
- No frotar arena, ni mojar con agua dulce o alcohol la zona afectada, va a empeorar la picadura por liberación de más toxina.
- Tampoco se ha confirmado que la orina cause alivio. El vinagre solo es útil en los raros casos de picaduras por la fragata portuguesa o "botellita azul" y las "cintas de mar", unas parientes de las medusas, pero no en la picadura por Chrysaora.
- No tome con sus manos desnudas las medusas aparentemente muertas en la orilla o sus fragmentos. Sus toxinas aun pueden estar activas y sufrir una desagradable experiencia.