Ante estos hechos declaramos nuestro más enérgico y enfático repudio y rechazo a esta acción de fuerza y al uso de la violencia en los recintos universitarios, y exigimos a las autoridades una explicación por lo sucedido.
El derecho a manifestarse libremente debe ser resguardado por la policía, es un rol que quisiéramos empezar a ver; golpear y reprimir brutalmente no se condice con una sociedad tolerante y con los derechos humanos que como sociedad estamos empeñados en respetar.
Llamamos a las autoridades a cuidar a sus ciudadanos y sus derechos, y a respetar la autonomía universitaria y sus espacios, donde debe primar el respeto a las diversas opiniones, y se debe mantener el derecho a deliberar con libertad y seguridad.
Enviamos nuestra solidaridad a las y los estudiantes golpeados y heridos y a sus familias. Invitamos a nuestros estudiantes a seguir defendiendo sus ideales sin violencia, con decisión y convicción de que serán escuchados.
La Universidad de Chile seguirá defendiendo su autonomía y exigimos a las autoridades del país, que se respete esta tradición sobre la cual se ha construido nuestra república.