Corría el año 1999 y la Universidad de Chile inició un proceso de reflexión sobre la coherencia, integración y flexibilidad de sus estudios. Posteriormente, desde 2004 las facultades e institutos comenzaron un trabajo de revisión de sus planes académicos, con el fin de dar cuenta de la pertinencia de éstos y detectar las necesidades de cambios que pudiesen existir. En la Facultad de Artes los primeros en iniciar el proceso de Innovación Curricular fueron los estudiantes y académicos de la Licenciatura en Artes con mención en Diseño Teatral, en 2005, quienes a la fecha ya cuentan con una generación de egresados con el nuevo plan de formación.
En términos sencillos, la innovación curricular es "un proceso de reflexión formativa con el énfasis en la calidad y la pertinencia de la educación", explica Mar Oliver, asesora pedagógica y curricular que, junto a la Red de Pregrado, acompañan el trabajo que se desarrolla en la Facultad de Artes. Cuenta que se requiere que el proceso sea participativo y compartido con la comunidad educativa. "La manera de trabajo es a través de comisiones con representantes de los académicos y estudiantes. También se exige que existan múltiples instancias de socialización y discusión con la comunidad. Es muy importante para la Universidad que sea la misma comunidad educativa la que desarrolle todo este proceso de reflexión y lo plasme en modificaciones a los planes curriculares".
Hoy, las licenciaturas de la Facultad se encuentran en etapas de trabajo distintas. Sin embargo, la asesora destaca la permanente labor realizada por las comisiones. "Es impresionante el trabajo, son años reuniéndose semanalmente, discutiendo, generando propuestas, documentos. He apreciado una gran implicación tanto de profesores como de estudiantes"