Implicancias concretas en la industria informática podría tener el reciente descubrimiento de un mecanismo de “exchange bias" de largo alcance, hallazgo impulsado por científicos de la Universidad de Chile que representa el primer reporte de la existencia de este efecto sin la necesidad de contacto entre dos cuerpos magnéticamente ordenados (uno ferromagnético y otro antiferromagnético). El fenómeno, identificado por primera vez en 1956 a través de la teoría cuántica, es utilizado desde la década del '90 en la escritura y lectura de código binario en discos duros para el almacenamiento de información.
El hallazgo es fruto de una investigación conjunta realizada por el director del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Ciencias Exactas, doctor Miguel Kiwi, y el investigador de esta misma unidad, doctor Felipe Torres; junto al doctor Iván Schüller, académico de la Universidad de California-San Diego y egresado de la Facultad de Ciencias de nuestro plantel, y al doctor Rafael Morales de la Universidad del País Vasco.
De acuerdo al doctor Kiwi, “antiguamente se creía que este fenómeno (exchange bias) solamente se daba mediante el contacto de dos materiales magnéticamente ordenados. Sin embargo, nosotros descubrimos que eso también puede ocurrir cuando se coloca entremedio otro material (no magnético) que los separa. Así, logramos dar una explicación consistente de por qué existe este fenómeno de largo alcance y, a la vez, somos los primeros en reportar nuevas características del mismo". Explicó, además, que "este avance científico abre enormes posibilidades en el campo de la nanotecnología para el desarrollo de válvulas de spin y todos los sistemas relacionados con anclaje magnético, como los cabezales de los lectores de discos duros".
El trabajo fue reconocido y destacado por la Revista Nanoscale de la Royal Society Chemistry, una reconocida publicación de alto impacto y alcance global. El trabajo hacia la divulgación final del estudio fue arduo, según comentó el profesor Torres, "ya que estuvimos un año en contacto con los editores, quienes realmente se dieron cuenta que este descubrimiento podría revolucionar la nanociencia. Entonces, las exigencias fueron aumentando y, en ese sentido, tuvimos muchas discusiones con varios referentes".
Por otra parte, el doctor Kiwi valoró el resultado del trabajo como producto de una colaboración internacional muy extensa, que abarcó a centros de investigación de Estados Unidos, España y Chile. “Esta investigación colaborativa se llevó a cabo desde año 2006. Las muestras se hicieron en la Universidad de California-San Diego y se midieron en la Universidad del País Vasco. Nosotros con el Dr. Felipe Torres hicimos la teoría y las simulaciones. Nuestro paper muestra un resultado experimental nuevo que tiene una teoría que explica muy bien los resultados experimentales. En este contexto, se trata de un paper bastante completo que muestra toda la descripción de un fenómeno nuevo y además muestra la evidencia de por qué existe”, indicó.