Desarrollo urbano

La ciudad neoliberal: explorando las desigualdades en las urbes del siglo XXI

La ciudad neoliberal: explorando las desigualdades en las urbes
Las académicas destacaron la generación de dinámicas excluyentes al interior de la ciudad, que incluye la construcción de infraestructura pública diferenciada de acuerdo al nivel socioeconómico.
Las académicas destacaron la generación de dinámicas excluyentes al interior de la ciudad, que incluye la construcción de infraestructura pública diferenciada de acuerdo al nivel socioeconómico.
Esta segregación incluye que mientras en barrios más ricos existiría un acceso asegurado a áreas verdes cuidadas, en aquellos más pobres los parques públicos podrían ser utilizados para comercio.
Esta segregación incluye que mientras en barrios más ricos existiría un acceso asegurado a áreas verdes cuidadas, en aquellos más pobres los parques públicos podrían ser utilizados para comercio.
En la raíz de estas diferencias y de los conflictos que generan estaría un predominio de la inversión privada antes que el interés público, a partir de una asimetría de poder entre los actores.
En la raíz de estas diferencias y de los conflictos que generan estaría un predominio de la inversión privada antes que el interés público, a partir de una asimetría de poder entre los actores.

La interacción entre dos lógicas de pensar la ciudad se encuentra detrás de buena parte de las desigualdades y conflictos sociales que se generan actualmente en las grandes capitales latinoamericanas.

Así lo explicó la académica Patricia Ramírez, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien ha estudiado el desarrollo de Ciudad de México como expresión de la llamada “ciudad neoliberal”, entendida como una urbe que cumple “funciones estratégicas y jerarquizadas en el contexto del capitalismo actual. Hablamos de procesos sociales y formas de desarrollo urbano que producen espacios fragmentados y excluyentes, que desplazan o expulsan poblaciones preexistentes bajo lógicas de urbanización contrapuestas”.

En ese marco, la lógica de la acción privada centrada en el rol del mercado financiero e inmobiliario, cuya expresión más clara estaría en la privatización de bienes públicos, chocaría con una forma de entender lo público como el espacio de todos y propio de los derechos colectivos.

A través de estos conflictos, la profesora Ramírez aseguró que habría un “predominio de lo privado sobre lo público, surgiendo conflictos que estimulan la participación política y la ciudadanía, y en este sentido el conflicto se plantea no como un problema, sino que ha permitido generar sinergias entre distintos grupos sociales que crean vínculos sociales, y en este sentido la conflictividad actual contribuye a construir un tipo de ciudadanía política activa que aspira a cambiar las realidades sociales”.

"La ciudad históricamente ha sido la caja de resonancia de los conflictos desestabilizadores. En el contexto del neoliberalismo que se construye como programa político e idea hegemónica materializado en las políticas públicas y urbanas, los conflictos que confluyen en ella tienen que ver con elementos como la violencia en la sociedad, el rechazo a las leyes de seguridad, conflictos federales y nacionales, pero también respecto a la privatización de bienes colectivos, el derecho al medio ambiente, la oposición a proyectos inmobiliarios de gran altura o construcción de infraestructura comercial en parques", explicó la académica mexicana.

En una línea similar se expresó Laura Lozada, asesora parlamentaria en el Congreso de Perú, quien se refirió a la conflictividad social en Lima a partir de la preferencia por parte de diferentes municipios de la inversión privada en espacios públicos, leída como privatización, en vez de privilegiar el construir una ciudad en conjunto con la comunidad.

Así, el impulso de iniciativas privadas como estacionamientos o centros comerciales en parques o plazas públicas, en particular en sectores de la ciudad habitados por familias de bajos recursos, darían cuenta de una asimetría de poder entre los actores participantes de este proceso, en el que los gobiernos locales aprovechan un ordenamiento jurídico que privilegia la inversión aún a costa de desnaturalizar lo público.

"El actual arreglo privilegia la participación del gobierno local y las empresas privadas en la determinación de qué se hace en el suelo de uso público, dejando de lado la voz de los vecinos. Las lógicas del capital privado valorizan el espacio público por la expectativa de rentabilidad financiera que pueda generar, y se deja de lado la valorización de los servicios ambientales, culturales, deportivos y de recreación que puedan tener", remarcó.

Ante ello, Lozada aseguró que resulta necesario “plantear alternativas frente a un modelo de gobernanza urbana de procesos políticos relativamente cerrados y con altos niveles de asimetría de poder que ha demostrado ir en desmedro de lo público”, en un proceso en el que deberá revalorizarse la participación de las comunidades en la planificación urbana “garantizando la participación vecinal real y no solamente formal, en momentos en que los casos del Parque Manhattan y la Alameda Los Incas demuestran el poder de la movilización ciudadana”.

Tanto Ramírez como Lozada analizaron la desigualdad urbana en el marco de la Conferencia "Nuevas desigualdades urbanas en América Latina: Conflictos, resistencias, fronteras y actores", organizado por el Grupo Desigualdades Urbanas de CLACSO, y que en esta oportunidad se realizó en nuestro país como parte del Fondecyt regular 1171722 "Geografías del acceso a la vivienda para migrantes latinoamericano".

Para la profesora Yasna Contreras, quien participó de la organización de la actividad en representación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de nuestro plantel, la relevancia de esta instancia y de las reflexiones que se generaron respecto a esta materia radica en que se le buscó "dar una mirada y perspectiva crítica desde las ciencias sociales al abordaje de lo nuevo respecto a la desigualdad: cuales son las prácticas y discursos racistas que emergen en ciudades latinoamericanas y andinas, que nos vuelven sujetos distintos o iguales de aquellos que tendemos a analizar, como los migrantes, tratando de escaparnos de esa propia noción y construcción social del territorio".

Al respecto, Contreras destacó que la instancia reunió a académicos de diferentes instituciones y disciplinas, organizaciones no gubernamentales y activistas "que repiensan cómo llevar la autoconstrucción, cómo nos volvemos territorios convergentes en la región de América Latina y el Caribe en la medida en que estamos insertos en un Estado proempresarial y extractivista que de alguna manera da paso a un mercado que va destruyendo los tejidos sociales".