El crecimiento económico y la apertura de Chile a los mercados globales ha marcado el desarrollo del país durante las últimas tres décadas. Este impulso hoy busca ampliarse a la generación de conocimiento para la solución de necesidades locales, muchas de las cuales tienen directa relación con grandes desafíos globales como el cambio climático, la secuenciación genética de los organismos existentes en el planeta y el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC). Este fue el contexto que marcó el debate del clúster Agua, Tierra y Energía del Foro Científico Chile-Suecia 2018, instancia que reunió a académicos de la Universidad de Chile de distintas disciplinas con sus pares de las principales instituciones de educación superior suecas, además de investigadores de otros planteles chilenos.
La producción sustentable de recursos agrícolas y silvícolas, asociada a las crecientes soluciones ofrecidas por el desarrollo de la genética y la bioinformática, así como el análisis de la gestión integral de cuencas hídricas sobreexplotadas, basado en los casos de Chile, Suecia y otras partes del mundo, fue uno de los ejes del trabajo desarrollado durante el workshop “Estrategias para Sistemas Alimentarios Sustentables y Recursos Naturales”, instancia que antecedió al Foro desarrollado entre el 26 y el 30 de noviembre y que permitió a sus participantes adelantar áreas de interés común y colaboración entre Chile y Suecia.
Áreas de cooperación
El profesor de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, director de la Escuela de Postgrado de esta unidad académica y director del Proyecto de Internacionalización de Campus Sur, Osvaldo Salazar, planteó que “estas reuniones nos permitieron conocer la realidad de ambos países en agricultura sustentable, para identificar áreas de trabajo colaborativo en temas como mejoramiento genético, manejo de recursos naturales, uso eficiente del agua, y docencia, entre otros”. En este ámbito, agregó, existen puntos de interés común en materias como la definición de protocolos para regular el uso de pesticidas y agroquímicos en la producción de alimentos, la utilidad de la genética para mejorar frutas y hortalizas y estrategias sistémicas, a nivel regional, para enfrentar la amenaza que representa el cambio climático para la sustentabilidad de estos procesos.
Erik Bongcam, uno de los académicos suecos participantes de este workshop y del Foro Chile-Suecia en el clúster de Agua, Tierra y Energía, compartió las múltiples oportunidades que representa la bioinformática para los estudios de secuenciación genética de los organismos en todo el planeta. El investigador de la Universidad Sueca de Ciencias de la Agricultura (SLU, por su sigla en inglés) profundizó en la revolución que se avecina en esta incipiente área y las aplicaciones que significarán para la vida cotidiana de las personas. “Hoy podemos hacer cosas que hace cinco o diez años eran imposibles. Estamos en una fase de exploración en este momento de nuestro entorno y las técnicas de secuenciación están, pero su uso aún es primitivo”, afirmó el académico.
Por otra parte, Bongcam enfatizó en la relación de mutuo beneficio que proyecta entre Chile y Suecia a partir de la confluencia en torno al Foro. “El intercambio de estudiantes y profesores entre nuestras universidades es de gran importancia para impulsar proyectos conjuntos enfocados en problemas de interés para nuestros países. Me parece muy interesante lo que están desarrollando acá en mejoramiento genético de frutas, haciéndolas más resistentes. En Suecia existen experiencias avanzadas que se podrían replicar acá, como la utilización de biogás de la basura en los autobuses. Hay cosas muy bien hechas aquí que podríamos implementar allá y viceversa”, explicó.
Esta cooperación puede ser de gran utilidad para fortalecer aún más el desarrollo local en bioinformática, genómica y edición génica. Así lo plantea también el vicedecano de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Carlos Muñoz, quien presentó el trabajo de esta unidad académica en domesticación de especies vegetales nativas y el aporte que esta línea de investigación puede significar para la producción local. “Nosotros estamos un poco más atrasados que en Suecia en el ámbito tecnológico. En esta reunión hemos visto, por ejemplo, cómo incluso se podrá secuenciar con dispositivos móviles cada vez más sofisticados y accesibles. Creo que esta colaboración nos puede ayudar a acelerar aún más los procesos de domesticación y mejoramiento de plantas locales”, comentó.
La vicerrectora de Relaciones Internacionales de SLU, Ylva Hillbur, enfatizó la importancia de la plataforma ACCESS, impulsada por el Foro Chile-Suecia, como una instancia de "cooperación transdisciplinaria que permite a científicos de distintas áreas conocer sus respectivos trabajos y abrir nuevas oportunidades de trabajo conjunto. Tenemos intereses similares y muchas cosas en común. Ya existe colaboración entre investigadores de nuestro plantel y de la Universidad de Chile, así como con otras instituciones chilenas. Un ejemplo es el proyecto NextFOOD. Creo que para enfrentar grandes desafíos globales necesitamos trabajar en alianzas globales de manera interdisciplinaria".