Fortalecer la cultura institucional de innovación y potenciar la transferencia de tecnologías hacia el mercado nacional e internacional, son parte de los objetivos que busca la Universidad de Chile en su quehacer. Frente a esta misión y en el marco del Foro Chile-Suecia 2018, se llevó a cabo el workshop "University-Industry Partnership: International best practices" liderado por el consejero de negocios de la empresa Innovation Skan, Jörgen Gustafsson.
El evento se llevó a cabo el viernes 30 de noviembre en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, donde participaron autoridades, académicos, estudiantes de postgrado y representantes del ecosistema de innovación chileno. “La vinculación con el medio es muy importante y también se instala como un proceso lento pero de larga proyección. Como Universidad estamos bien encaminados, ya que se están desarrollando muy buenas ideas en los proyectos de investigación. Buscamos crear nuevos productos alimenticios o fármacos que permitan ir aplicando esta interacción”, destacó el Vicedecano Javier Puente.
En tanto, el Jefe de Transferencia de la VID, Gaspar Morgado, comentó que "uno de los principales desafíos ha sido el posicionamiento interno con el profesorado, las autoridades y la comunidad universitaria respecto a la innovación y la consecuente transferencia de tecnologías hacia la sociedad. Con este cambio cultural, debimos potenciar la vinculación con la industria para pasar de una entidad ejecutora de investigación y prestadora de servicios a una de carácter innovadora, es decir, con un efectivo licenciamiento de las tecnologías y consecución de impacto social y económico".
Jörgen Gustaffson, quien también se desempeña como académico de la Universidad de Lund y CEO de la empresa farmacológica Respiratorius AB, presentó un método de trabajo basado en cuatro fases y enfocado en la captura de inversión a partir del apoyo de investigadores y estudiantes. Para ello, se implementaron planes de negocios; plataformas de soporte financiero; metodologías de consejo legal y propiedad intelectual; unidades de comercialización; bases de datos con contactos especializados en la materia; y programas para educar e inspirar a los innovadores.
El experto señaló que “la investigación transforma el dinero en nuevos conocimientos y competencias, mientras que las innovaciones transforman el conocimiento y las competencias en dinero. Es fundamental colaborar con la industria para conocer el mercado y los actores involucrados. En Chile se necesita que los investigadores se pregunten sobre el alcance, aplicación y beneficio social de sus iniciativas con el fin de transformarlas en tecnologías o servicios”.
Por su parte, el CEO de la administradora de fondos privados Invexor Capital, Jorge Rodríguez, se integró al panel de discusión sobre la relación entre universidad e industria. “Lo que se ha hecho hasta ahora es extraordinario y el apoyo gubernamental durante los últimos 25 años ha sido fundamental. Existe el ecosistema de innovación pero necesitamos que madure, entendiendo que el éxito de esta industria será determinado por la iniciativa de privados, inversionistas, empresas y universidades. Debemos focalizarnos en cooperaciones y crear nuevas metodologías para potenciar nuestras capacidades en este contexto”, agregó.
Innovar en Suecia: algunos casos de éxito
Durante la actividad, el invitado de Suecia expuso algunos casos de innovaciones exitosas impulsadas en la Universidad de Lund. Entre éstas, se comentó el tratamiento pHyph para las infecciones vaginales causadas por hongos y bacterias. Esta invención se basó en una investigación molecular que permitió desarrollarla libre de antibióticos e inocua para el medio ambiente.
Asimismo, Gustafsson mencionó a la empresa innovadora de biotecnología, Cellevate, que desarrolla la próxima generación de sistemas de cultivo celular. A partir de un proceso de fabricación patentado, se crean redes de nano fibras altamente porosas y consistentes, con el objetivo de proporcionar modelos in vitro más realistas a investigadores especializados en ciencias de la vida.
El caso de SAGA Diagnostics destacó en la presentación al instalarse como una compañía personalizada de control de enfermedades y medicamentos contra el cáncer. Esta iniciativa surgió desde investigaciones que permitieron patentar pruebas genéticas moleculares. La metodología cuantifica el ADN tumoral circulante (ctDNA) para detectar el cáncer, medir la respuesta al tratamiento y descifrar las mutaciones específicas, con el fin de administrar terapias clínicamente aprobadas en ensayos clínicos.