El III Informe de Sustentabilidad, entregados por la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G., incluye datos respecto de la gestión de la industria durante el año 2017, y estos fueron auspiciosos en términos de las cifras relacionadas con el uso de antibióticos ya que se comprobó una disminución, con la tasa más baja de los últimos cinco años.
En 2017 la cifra alcanzó 454,70 gr/t, es decir, menos de medio litro de antibiótico por cada 1.000 kg de salmón. Este resultado es muy favorable si se compara con la tasa de 540 gr/t de 2016, o con la de 558 gr/t obtenida en 2014.
Sin embargo y a pesar de los avances, el desafío permanece, pues Chile dista aún de los estándares en esta materia de Noruega y Canadá, grandes productores mundiales de salmón.
En este marco, el pasado viernes 7 de diciembre se realizó en Puerto Varas el Encuentro “Desafíos en el Uso Responsable de Antibióticos para una Salmonicultura Competitiva y Sustentable”, organizado por el Laboratorio de Farmacología Veterinaria (Farmavet) de Favet, y realizado en el marco del Programa para la Gestión Sanitaria de la Acuicultura (PGSA), en el cual participan el Ministerio de Economía, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile).
El Seminario contó con expertos mundiales, quienes entregaron pautas y recomendaciones para un uso más eficiente de los antibióticos, así como se mostró la realidad y tendencias presentes en la Unión Europea (UE).
El encuentro contó con el académico de la Universidad Complutense de Madrid, Arturo Anadón, quien expuso sobre el uso de antibióticos en medicina veterinaria, con un fuerte foco en los cambios normativos que han ocurridos estos últimos años en la Unión Europea (UE). En el caso del alimento medicado, sostuvo que existe una reglamentación para su elaboración, comercialización, uso y control. De igual forma, hay nuevos reglamentos que buscan establecer un nuevo marco jurídico para el uso de los productos médico-veterinarios.
“El principal logro de las nuevas legislaciones de la UE sobre medicamentos veterinarios y alimentos medicados, es que establecen una amplia gama de medidas concretas para luchar contra la RAM y promover un uso prudente y responsable de los antimicrobianos, siguiendo el enfoque de Una Salud”, sostuvo el experto. Este último concepto es el que promueve la OIE, FAO y OMS para abordar la RAM desde una mirada integral y colaborativa.
En la UE también se ha puesto cuidado en reservar determinados antimicrobianos sólo para los seres humanos, evitando que sean utilizados en producción animal. Anadón mencionó que, dado el interés global, “en el futuro no se podrán usar antibióticos si no hay un diagnóstico y un antibiograma”. Cabe destacar que esto ya sucede en la acuicultura chilena, donde está prohibido usar antimicrobianos de forma preventiva.
Situación en Chile
La académica de la Universidad de Chile y directora de Farmavet, Betty San Martín, abordó la situación actual del uso de antibióticos en la salmonicultura chilena. Desde su análisis, la industria se ha enfocado en implementar “diferentes medidas orientadas a fomentar el uso responsable de los antibióticos en los centros de cultivo”. Sin embargo, dijo, según diversos estudios, se ha detectado que existe una gran variedad en las dosis declaradas por los médicos veterinarios para el tratamiento de la Piscirickettsiosis (SRS).
Por ello, se ha estado ejecutando el proyecto “Optimización de los esquemas terapéuticos de florfenicol y oxitetraciclina administrado a través de los alimentos en la etapa final del ciclo productivo en mar”, que tuvo como objetivo determinar en condiciones controladas las dosis óptimas de estos productos a través del alimento frente a SRS, e identificar los esquemas terapéuticos más adecuados de ambos fármacos en peces desafiados con SRS en condiciones controladas.
Para este proyecto también se hicieron ensayos a nivel de campo, donde se evaluaron las terapias en nueve centros de cultivo, considerando dos jaulas por centro. El estudio, en general, arrojó, entre sus conclusiones, que “el inicio de la terapia debería realizarse antes de que se vea afectado el consumo diario de alimento”, ya que, de lo contrario, los peces no tendrán acceso al fármaco, y por ende, el tratamiento fracasará.
Proyecto de bien público
La directora Nacional de Sernapesca, Alicia Gallardo, destacó el trabajo público y privado que ha significado el PGSA, donde tanto las autoridades sectoriales como los productores “logramos ponernos de acuerdo, coincidiendo en que había que mejorar la eficacia de los tratamientos y enfocarnos en hacer un buen uso de los antimicrobianos, alineándonos con lo establecido por la OIE que tiene que ver con utilizar los fármacos a través de buenas prácticas, con información científica y considerando siempre un análisis de riesgo”.
En tanto, la directora alterna de Farmavet, académica de Favet e investigadora del proyecto, Javiera Cornejo, señaló que “lo más destacable y valioso de esta iniciativa es que los resultados obtenidos por la Universidad le entregarán un respaldo científico al Servicio Nacional de Pesca y a la Industria Salmonidea para la toma de decisiones y la elección de estrategias de tratamiento médico veterinarios en peces”.