Con una trayectoria que comenzó el 2002 con el nacimiento del Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte, a partir del cual diversos proyectos y trabajos han promovido la convergencia de las disciplinas mencionadas y otras afines cultivadas en la Universidad de Chile, este jueves 4 de abril la Casa de Bello presentó a la comunidad una nueva instancia universitaria: el Centro Interdisciplinario de Estudios en Filosofía, Artes y Humanidades, espacio encabezado por el profesor Pablo Oyarzún.
Alojado en la Facultad de Artes, el Centro está planteado, como explicó Oyarzún, como un lugar de encuentro donde “no concebimos el ejercicio de la filosofía, las humanidades y las artes meramente como cultivos disciplinarios albergados dentro de los muros de la universidad”. El posicionamiento de este nuevo espacio más bien, es “un cuestionamiento y un diálogo que compromete nuestra inscripción social y vincula a la universidad con su exterior. Lo entendemos, a la vez, como una responsabilidad y como compromiso ético y político”
El centro, además, posee una vocación internacional pero desde un diálogo intelectual y cultural con un enfoque sur-sur, integrando a su vez el Consorcio de Centros e Institutos de Humanidades. Es justamente a partir de la articulación con esta plataforma que en julio próximo el Centro tendrá su primera gran actividad denominada “Los desafíos de la traducción”, a partir del cual visitarán nuestro país decenas de investigadores en humanidades de diferentes realidades.
“Buscamos instalar cuestiones de larga data y de raigambre filosófica, en términos de que puedan hacerse cargo teórica y prácticamente de problemas y aporías del mundo global y que puedan proponer perspectivas de un futuro vivible”, destalló el profesor Oyarzún, objetivo para el cual el diálogo interdisciplinario es indispensable, pero no sólo eso. Lo es también “la atención a los saberes y prácticas que se despliegan informalmente y sin refugio institucional en las relaciones sociales, buscando mantener abierta la posibilidad de lo común, de prácticas y saberes que configuran en conjunto una inventiva social emancipatoria”.
Este nacimiento se da en un contexto marcado por agitaciones y cambios sociales, como es el movimiento feminista, pero también por intentos y acciones conservadoras que luchan por mantener el status quo, como señaló la profesora Roxana Pey, coordinadora académica de la Cátedra Amanda Labarca, quien ofició de maestra de ceremonia de la jornada. Problemas que justamente busca abordar este Centro.
Para el decano de la Facultad de Artes, Luis Orlandini, esta nueva institucionalidad “tiene unsustento académico y una historia que lo avala, lo que da garantía de que va a ser un Centro importante para desplegar una de las misiones que tiene la universidad de ser activos participes de nuestra sociedad, en una reflexión que nos puede dar grandes beneficios porque vivimos en una sociedad bastante convulsionada”.
El Rector Ennio Vivaldi, en tanto, relevó que la inauguración de este espacio de pensamiento y de acción haya contado con la participación de Judith Butler. “Agradezco la creación de este Centro, especialmente cuando su altura intelectual le otorga la posibilidad de que una autoridad intelectual como Judith Butler quiera venir a conversar con todos nosotros”, destacó.
El futuro de las humanidades
Un de las filósofas más importantes de la escena contemporánea, académica del Departamento de Literatura Comparada y de Teoría Crítica de Berkeley y activista en diversas organizaciones de Derechos Humanos, Judith Butler, fue la encargada de dar la conferencia inaugural del Centro Interdisciplinario de Estudios en Filosofía, Artes y Humanidades, denominada “Crítica, disenso y el futuro de las humanidades”.
Justamente esto último fue el eje de una de las preguntas abordadas por Butler, para quien el sólo hecho de plantearla “contiene dentro de ella una serie de preguntas igualmente urgentes”.
“Una vez que nos preguntamos cómo se imagina el futuro o a través de qué medios y formas, ya estamos dentro de la escena de las humanidades, en su tarea básica y su ámbito”, por ello, advirtió la filósofa, “quizás la pregunta se vuelva distinta si más bien planteamos cómo pueden las humanidades imaginar el futuro. Esa es una de sus obligaciones sociales básicas”.
Si bien hay muchos argumentos contra de las humanidades, como que “son un lujo o propiedad de elites intelectuales”, contrarrestó Butler, “no podemos aprender nuestro mundo sin las humanidades”, las cuales, a pesar de ser “compartimientos dentro de la universidad, desafían los recintos en los que se contienen y siempre los exceden”.
Otro de los puntos levantados por Butler fue el de la teoría crítica y su pertinencia actual. “El mundo siempre está dado o interpretado de una manera. No hay un camino directo sin un medio que decida qué versión del mundo se nos dará”, motivo por el cual este enfoque siempre es necesario y que hoy más que nunca posee una “viabilidad contemporánea”. “La crítica no es una práctica subjetiva ni un acto de negación o destrucción. Es una forma de imaginar una manera de pensar un futuro, con equidad y justicia”, señaló.
La teoría crítica, entonces, debe ser entendida “no sólo como un pensamiento sobre las condiciones históricas, si no que como una reflexión activista que se niega a replicar esas formas de poder sin preguntarse qué hacen éstas y si su acción es legítima”, todo esto, reconocimiento la existencia del sujeto conocedor que no sólo está al interior de las instituciones universitarias. Sujeto que muchas veces es oprimido de diferentes formas.
Una de estas opresiones a las que se refirió Butler tiene que ver con los ataques y negaciones a formas de pensamiento que ponen en tensión planteamientos instalados como la idea de familia heterosexual, como son los estudios y las luchas de género. Las discusiones sobre género, para las facciones conservadoras, "tienen un enorme poder destructivo en las mentes de quienes se oponen a ellas”.
Como pensamiento crítico, continuó Butler, “la teoría de género abre posibilidades para el pensamiento. Como parte de un proyecto académico y activista para una mayor igualdad social y libertad, estas investigaciones de género se oponen a las restricciones injustas y la violencia, al racismo y al sexismo. La censura del género como teoría y como movimiento es en sí mismo un esfuerzo por restringir a las personas”.
“Los grupos que luchan por los derechos LGBTIQ, o quienes están trabajando estudios de género no buscan desmantelar a la sociedad, sino que aceptación y libertad, para erradicar la violencia, inequidad, y prohibición de identidades disidentes a lo dominante”, enfatizó.
Finalmente, Butler se refirió también al tema que será abordado en el primer encuentro internacional del Centro Interdisciplinario de Estudios en Filosofía, Artes y Humanidades, la traducción. Al respecto dijo que “nuestro trabajo en las humanidades no es erradicar lo foráneo, sino que ver cómo nuestro propio lenguaje es foráneo también, y cómo debemos mover nuestras coordenadas en espacio y tiempo para que nuestra perspectiva sea más rica, y entendible".
Participaron de este encuentro también la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés; la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran; la directora de Igualdad de Género, Carmen Andrade; la directora de Investigación, Silvia Núñez; la directora de Extensión, Ximena Póo; la teórica y gestora de la visita de Judith Butler, Nelly Richard; la diputada Cristina Girardi; estudiantes, funcionarios, académicas y académicos, además de cientos de personas que siguieron la transmisión a través de tv.uchile.cl, mismo canal mediante el cual podrán seguir las conferencias de este viernes 5 de abril.