La National Survey of Student Engagement (NSSE), encuesta en la que se inspira la chilena ENCE, nace en la Universidad de Indiana en el año 2000, a partir de la necesidad de incluir aspectos tan relevantes como la enseñanza y el aprendizaje en la discusión sobre calidad en educación superior. Así, el engagement o compromiso estudiantil fue integrado como un nuevo enfoque para repensar la calidad, evaluando en qué medida las y los estudiantes están expuestos y participan de actividades con fines educativos e indagando en lo que hacen, más que en lo que perciben, explicó el Dr. Alexander McCormick, director de NSSE en Estados Unidos y Canadá, el pasado viernes 10 de mayo en el seminario internacional “Compromiso estudiantil y promoción de la calidad en la formación universitaria”, realizado en la Casa de Bello.
En la ocasión, se reunieron distintos actores de la gestión universitaria para abordar resultados seleccionados de la Encuesta Nacional de Evaluación de Compromiso Estudiantil (ENCE) 2018, la noción de compromiso estudiantil y la necesidad de utilizar los resultados como un aporte en la gestión de la calidad en la formación universitaria. En esa línea, McCormick, recalcó que el sentido de esta medición es la mejora interna de las instituciones y que sus resultados no son suficientes por sí solos para mejorar. “En el caso de la Universidad de Chile, y sabemos que también en las instituciones colaboradoras de este proyecto, los resultados obtenidos hasta la fecha, nos permiten complementar de manera valiosa el grupo de instrumentos de evaluación, percepción y caracterización que aplicamos a las y los estudiantes, obteniendo una comprensión más profunda de los condicionantes de su trayectoria universitaria”, puntualizó la directora de Pregrado de la Universidad de Chile, Leonor Armanet.
Los resultados agregados de ENCE 2018 son una “aproximación que queremos usar como gatillante de conversación” para discutir de qué manera se pueden hacer las cosas mejor, comentó, por su parte, José M. Salazar, de la Universidad de Valparaíso, quien recomendó además, evitar generalizaciones, ya que ENCE ofrece un panorama diverso, con experiencias formativas distintas entre estudiantes según cohorte de ingreso, área disciplinar e institución. Y si bien, los resultados específicos de cada universidad son sólo conocidos por la misma para su uso interno en la gestión de la mejora, el uso de información comparada junto con la colaboración interinstitucional ofrecen grandes oportunidades para fortalecer la gestión académica de las universidades participantes, en un escenario de grandes desafíos donde este se transforma en un espacio colaborativo muy útil, señaló Salazar.
Precisamente la característica colaborativa del proyecto al que se espera se sigan uniendo instituciones universitarias nacionales, fue valorada transversalmente durante la jornada. En un sistema competitivo, dijo el rector Alirio Bórquez de la Universidad Católica de Temuco, este es un buen ejemplo de trabajo colaborativo que permite tener una visión de sistema y trabajar en conjunto cómo mejoramos la calidad de la educación en Chile. En la misma línea, Leonor Armanet, subrayó que “estudiar el compromiso estudiantil de forma colaborativa entre distintas universidades, nos permite contar con valiosa información que, pese a tener una expresión particular en cada institución, aporta también una mirada país del fenómeno educativo que puede contribuir en la generación y/o mejora de las políticas públicas en materia de educación universitaria”.
Sobre la Encuesta Nacional de Evaluación de Compromiso Estudiantil ENCE
ENCE 2018, en la que participaron las universidades de Valparaíso, Católica, de Playa Ancha, Católica de Temuco y de Chile, incluyó una muestra de estudiante de las cohortes 2018 (primer año) y 2015 (cuarto año), de las áreas: administración y comercio; agropecuaria; arte y arquitectura; ciencias; ciencias sociales; derecho; educación; estudios generales; humanidades; salud; y tecnología.
La encuesta consideró 90 preguntas que abarcan 9 dimensiones: aprendizaje colaborativo; interacción estudiante-docente; aprendizaje de orden superior; prácticas docentes efectivas; razonamiento cuantitativo; estrategias de aprendizaje: calidad de las interacciones; diversidad y apoyo institucional.
Entre los resultados que mostraron áreas de discusión a observar, aunque la tasa de respuesta en el agregado es del 20% y no resulta completamente representativa, según dijo Juan M. Salazar, está la baja interacción entre estudiantes y docentes (84,6% indica no haber conversado con sus docentes sobre su desempeño académico) y que el 42% de las y los estudiantes de primer año declare dedicarle 0 horas a la semana a participar en actividades sociales, culturales o deportivas, por ejemplo.
Rodrigo del Valle de la Universidad Católica de Temuco visibilizó varias interrogantes como ¿Qué implica pasar cuatro o más horas diarias en traslado? ¿Hay formas de participación que no estamos considerando? ¿Existe una única forma de ser un buen estudiante universitario? Si sabemos, por ejemplo, que el deporte es un factor protector del estrés y vemos que las y los estudiantes no lo están practicando ¿Qué hacemos?, se preguntó el académico.
“Esta es una generación que interactúa de forma distinta y no hemos dimensionado cómo eso afecta la forma en que pensamos y aprendemos”, expresó por su parte Carlos Rilling, subdirector de Pregrado de la Casa de Bello, quien además agregó que es relevante preguntarse qué podemos hacer dentro de las instituciones para incentivar las interacciones entre docentes y estudiantes, por ejemplo. “¿Hemos trabajado esta interacción? ¿Nos llama la atención este resultado?”, indicó.
En 2019, ENCE duplicará su número de universidades participantes y se aplicará durante el segundo semestre en diez instituciones del Consejo de Rectores, sumándose las universidades de Aysén, Católica de la Santísima Concepción, de Talca, Tecnológica Metropolitana y de la Frontera.En el proyecto denominado “Compromiso estudiantil y uso de evidencias para el mejoramiento de la educación superior”, desde la Universidad de Chile, trabaja un equipo del Departamento de Pregrado, conformado por Viviana Sobrero, Bárbara Mora, Luis San Martín y Marco Verdugo, liderado por Carlos Rilling.