Desafíos para la planificación urbana

Investigación aborda los beneficios de las caminatas en las personas mayores

Investigación aborda beneficios de las caminatas en personas mayores
Caminar un par de minutos al día puede contribuir en aspectos físicos, cognitivos y emocionales en las personas mayores.
Daniela Thumala
Es fundamental evitar que “la persona mayor salga y caiga en un hoyo, se tropiece con algunos pastelones que están mal puestos, porque eso puede ser muy limitante", dice la profesora Thumala.
Geraldine Herrmann
"Lo que hicimos fue caminar con 40 personas de la comuna de Santiago, por sus barrios, en caminatas que ellos hacen de forma cotidiana y ellos nos relataban cuáles son los obstáculos, y los facilitadores en el contexto urbano”, dice la académica Herrmann.

Las personas mayores son un grupo muy diverso. En su mayoría son autovalentes y poseen distintas capacidades y herramientas, dependiendo de su condición socioeconómica, cultural y educativa. Muchas veces su entorno complejiza su diario vivir, ya que un grupo importante de ellos y ellas no cuentan con entornos verdes, veredas o rutas que les faciliten el traslado diario. Estas condiciones -entre otros aspectos- limitan los beneficios que puede generar en ellos una caminata de un par de minutos al día, actividad que puede generar un impacto positivo tanto en su salud física como mental, afirman los especialistas.

“Estábamos analizando hace rato las caminatas de las personas en entornos urbanos. Entonces, nos dimos cuenta que uno de los grupos más invisibilizados, o los más perjudicados, y más afectados son las personas mayores”, sostiene Geraldine Herrmann, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile. “Las personas mayores son de las personas más invisibilizadas dentro de la planificación urbana”, plantea.

Así nació el proyecto Fondecyt (1200527), en el cual junto a otros académicos acompañaron a un grupo de personas mayores con quienes evidenciaron las barreras y obstáculos que enfrentan al caminar. “Lo que hicimos fue caminar con 40 personas de la comuna de Santiago –por sus barrios– en caminatas que ellos hacen de forma cotidiana y ahí ellos nos relataban cuáles son los obstáculos, y los facilitadores en el contexto urbano”, indica la profesora Herrmann.

Actualmente, un quinto de la población corresponde a personas mayores y se estima que para 2050 van a ser un tercio. “La población está envejeciendo y cómo adaptamos, cómo acondicionamos nuestras ciudades para las personas mayores es un gran desafío y muy importante para la planificación el diseño urbano”, recalca la especialista.

En el marco de esta investigación, destaca, descubrieron que “las personas piden mucho, en los espacios públicos, bancas para poder descansar. Caminan, pero requieren de momentos de descanso. Además, eso enriquece la vida pública, el descanso, el estar, árboles, eso es súper importante. Para que la caminata no sea sólo segura, sino que también placentera, elementos verdes, y los árboles por supuesto tienen todos los beneficios medioambientales también”, plantea la profesora de la FAU.

¿Por qué es tan importante caminar en la vejez?

La académica de la Facultad de Ciencias Sociales, Daniela Thumala, explica que “cuando el entorno es limitante, no sólo la persona no va a poder salir a pasear, sino que le hace difícil la mantención de la funcionalidad, que es muy importante en la medida que vamos viviendo más años”. Añade que esto implica “poder seguir haciendo de manera autónoma las cosas que son importantes en nuestra vida, que van desde vestirnos, salir a hacer un trámite o elegir una prenda de vestir o ir a comprar o planificar un proyecto. Esa funcionalidad que es física y también cognitiva porque necesito un cuerpo que me acompañe en esto, requiere que las personas desplieguen sus propias capacidades, pero también requiere de un entorno que lo favorezca”.

Para la académica de la Universidad de Chile, Cecilia Albala, la caminata diaria es "un excelente estímulo de la movilidad lo que va en beneficio de la autonomía funcional que evita, disminuye o evita que empeoren las alteraciones de la movilidad, las cuales constituyen un serio riesgo de discapacidad, dependencia y muerte en las personas mayores". En ese contexto, dice "el ambiente urbano juega un papel fundamental ya que la funcionalidad depende no solo de las características biológicas de los individuos sino de la interacción de estas con el ambiente".

Por su parte, Geraldine Herrmann afirma que los distintos instrumentos de planificación urbana “todavía no consideran las necesidades y los requerimientos de las personas mayores, y eso es un tema sumamente importante, de justicia”. Realizar caminatas, agrega, “mejora la salud, tanto física como mental, y puede ayudar a retrasar la aparición de algunas dolencias crónicas de las personas mayores. Seguir caminando es una de las mejores recetas para envejecer mejor y para envejecer también en los barrios”.

La profesora Thumala, en tanto, enfatiza que es fundamental evitar que “la persona mayor salga y caiga en un hoyo, se tropiece con algunos pastelones que están mal puestos, porque eso puede ser muy limitante y una caída en una persona mayor puede tener implicancias mucho más severas”.