Una dura crítica realizó el rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, a la gestión del actual Gobierno hacia la educación pública y las universidades estatales, y emplazó a los candidatos presidenciales a que impulsen los cambios que se requieren en educación e inicien un "nuevo trato" con las universidades del Estado.
En el discurso que pronunció por el aniversario 171 de esa casa de estudios, el rector afirmó que "durante el actual gobierno, todos los ministros de Educación han demostrado un total desconocimiento, improvisación e insensibilidad por la educación pública, prevaleciendo la falta de diálogo y búsqueda de consensos".
Sostuvo que quizás eso explique "la total falta de voluntad de la autoridad para investigar, resolver y sancionar a un gran número de universidades privadas nuevas que han hecho una aplicación falsa de la ley que establece que las universidades son corporaciones sin fines de lucro y que, hasta la fecha, siguen operando con total impunidad".
No obstante, subrayó que las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo son la oportunidad para que la ciudadanía "haga saber, con claridad y con fuerza, los cambios que espera para revitalizar la educación pública".
Pero no sólo eso. Dijo que también "es la oportunidad para hacerles saber a esas candidaturas que ni la ciudadanía ni nuestras comunidades escolares y universitarias seguirán aceptando que los intereses creados, los conflictos de interés, el lobby oscuro y los poderes fácticos sigan obstruyendo, postergando y maquillando los cambios educacionales estructurales que demandamos para revitalizar la educación pública".
La "prueba de la blancura" para los presidenciables
El rector Pérez afirmó que la ciudadanía y las comunidades universitarias "quieren conocer las políticas públicas y las acciones concretas" que implementarán los candidatos para materializar sus compromisos presidenciales en el ámbito de la educación superior.
Por eso, aseveró que la "prueba de la blancura" para los candidatos presidenciales será que, en sus primeros cien días de gobierno, envíen al Parlamento un proyecto de ley sobre un "nuevo trato" entre las universidades estatales y, su propietario, el Estado de Chile.
Detalló que este proyecto debe contemplar fondos basales permanentes y exclusivo para las universidades estatales -mínimo del 50% del presupuesto actual y reajustable según el PIB-, junto a un marco legal que asegure su sustentabilidad académica, financiera y administrativa, de modo que les permita mantener "su misión enfocada al bien común y bajo los ejes de la excelencia académica, la equidad y el compromiso social".
"Estos recursos son la barrera que diferencia lo público de lo privado, y permiten que el sistema tenga un carácter mixto, como lo tienen los países de la OCDE", explicó el rector.
Indicó que esto debe ir acompañados de un nuevo compromiso entre las universidades y las autoridades del país. Así, los planteles regionales debieran establecer compromisos con las autoridades regionales con el fin de transformarse en polos de desarrollo regional en investigación y formación; mientras que las universidades de carácter nacional debieran hacer lo mismo con el gobierno central y establecer compromisos para contribuir al desarrollo a nivel nacional y convertirse en referentes internacionales.
"Con estas condiciones, definidas en convenios de desarrollo con compromisos y metas explícitas y verificables, las universidades estatales podrán desarrollar una verdadera actividad pública en educación e investigación", subrayó.
En el caso particular de la Universidad de Chile, dijo que ésta "debe tener la oportunidad de dar pasos concretos para destacar entre las universidades de la región y alcanzar un amplio reconocimiento internacional, aspiración en que ha probado tener potencial para lograrlo".
El académico sostuvo que "el 'día ciento uno' del próximo Gobierno sabremos a qué atenernos" y remarcó que "la deuda que el Estado de Chile tiene con la educación superior pública, en general, y con la Universidad de Chile, en particular, que se viene arrastrando desde 1973, se ha alargado más de la cuenta y ya alcanzó su plazo, y el tiempo de pagar la deuda es ahora".