No es secreto para nadie que los protectores solares son productos químicos cuya finalidad es protegernos de la radiación ultravioleta. De esto se desprenden otras acciones, como evitar el eritema solar (enrojecimiento de la piel), el fotoenvejecimiento (deterioro progresivo de la piel por la exposición al sol), e incluso prevenir algunos tipos de cáncer a la piel.
Además, el bloqueador nos ayuda a prevenir la disminución de las defensas, ya que "el sol es un potente inmunosupresor de la piel, por lo tanto, facilita la aparición de infecciones virales. De todos es conocido, que si uno está mucho al sol puede tener herpes, por ejemplo, si es que uno no ha usado protección solar en los labios o en la piel en general", detalla la Doctora Irene Araya, Dermatóloga del Hospital Clínico Universidad de Chile.
Sin embargo, tener una noción tan general de los protectores solares no basta, pues muchas veces no los empleamos como corresponde. Por ello te contamos lo que debes conocer sobre el producto más popular del verano:
Distintas formas de protección: los bloqueadores tienen sus diferencias entre sí. Existen dos tipos de filtros: los físicos y químicos. Los primeros permanecen más tiempo en la superficie de la piel (dando una apariencia blanquecina) y provocan el rebote de la radiación solar, impidiendo de esta manera que penetre en ella. Por otro lado, los filtros químicos absorben la radiación, evitando que penetre más profundo de la piel. Son más "cosméticos" ya que no dejan a la piel con coloración nacarada.
Para cada persona: en general, se recomienda que un niño comience a usar protector entre los seis y nueve meses. "Un niño requiere de protector solar del tipo físico, que no se absorba muy fácilmente"- señala la doctora Araya, quien agrega que- "antes de los 9 meses el niño está muy expuesto a absorber algunas sustancias químicas que contienen los protectores [químicos], y eso puede ser tóxico".
En el caso de los adultos, es importante considerar su tipo de piel y las actividades que realiza mientras requiere fotoprotección. Para las pieles grasas, el mejor bloqueador es en gel o spray, ya que las cremas habituales (del tipo "físico") son comedogénicas, es decir, fomentan el acné.
Asimismo, existen líneas de bloqueadores "sport", pensadas en los deportistas que, debido a su actividad y sudoración, requieren un bloqueador que se absorba bien localmente y no alcance o se propague a zonas sensibles como los ojos. Para elegir bien hay que fijarse en el rotulado de cada producto, donde se especifican sus particularidades.
Todo el día: sea invierno o verano, otoño o primavera, la dermatóloga recomienda usar todos los días bloqueador, ya que la radiación persiste independiente de la presencia del sol. Al momento de untarse, la distribución del producto no sólo debe ser homogénea, sino que constante a medida que vaya desapareciendo.
La Doctora Araya indica que "la norma internacional dice que lo ideal es aplicarse [bloqueador] cada dos o tres horas. Depende obviamente de dónde estés. Si estás bajo techo trabajando en una oficina, obviamente que no es necesario, o si estás en una piscina y te metes al agua cada cinco minutos, tendrás que aplicarte cada cinco minutos ya que se fue el bloqueador". Esta regla es la misma tanto para grandes como chicos.
¿Qué tanto importa el factor?: el factor de protección solar (FPS) indica la efectividad de un bloqueador para prevenir las quemaduras ocasionadas por los rayos UVB. La norma internacional señala que el adecuado es el factor sobre 30. Si bien antes se usaba mucho el factor 15, se cambió la recomendación debido a la poca cantidad de bloqueador que utiliza la gente, por lo que se subió el factor.
Respecto a este aumento de la dosis de protección, la dermatóloga explica que "lo ideal es aplicarse 2 mg. de bloqueador por centímetro cuadrado [de la piel]. Nadie hace eso. Estamos hablando del sistema de las cucharaditas. Una cucharadita para cara y cuello, una cucharadita para cada pierna, entonces, estarías ocupando en un adulto unos 35 o 40 gramos diarios. Estamos hablando de medio tubo de bloqueador solar por aplicación. ¿Quién hace eso? Nadie."
En Chile, el Instituto de Salud Pública determinó como tope el factor "50 +", lo que se traduce en que no están disponibles en el mercado los factores 60, 70 o mayores.
La razón de esto, como bien aclara la Doctora Araya, es que "en realidad, entre un factor 50 o un factor 100 hay prácticamente entre un 3% a un 5% más de incremento de la protección, lo cual en términos globales no es significativo. Entonces, una persona que ocupa un factor 50 está bien y no necesita un factor más alto."
En cuanto a enfermedades: el bloqueador ayuda a prevenir el fotoenvejecimiento, algunos tipos de cáncer a la piel, reactivaciones virales, afecciones menos comunes como la erupción polimorfasolar o urticarias solares, algunas fotodermatosis (enfermedades agravadas por el sol), como la rosácea, lupus cutáneo, y la activación de patologías genéticas como la xerodermia pigmentosa.
Algunos medicamentos consumidos por pacientes pueden generar mayor sensibilidad de la piel a la luz. Tal es el caso de la interacción con diuréticos o fármacos para diabéticos.
"Es bien importante que los colegas adviertan a los pacientes. Si le estoy dando hidroclorotiacida (diurético) a una persona, advertirle 'oiga, si va a salir a la calle, póngase protector o se va a quemar'. No es culpa del medicamento, sino que es una reacción química por efecto de las dos cosas", asevera la especialista.
Horario para exponerse: es importante tener claro que la temperatura ambiental y radiación solar no siempre van de la mano. Si tenemos 33şC en determinada hora, no necesariamente va a ser el horario con más radiación.
Existe el "mediodía solar", momento en que se produce el impacto más directo de la radiación ultravioleta, de manera perpendicular a la tierra. En general, es cercano a las 12.00 hrs., pero no siempre coincide. Por ello, es importante ver los indicadores de radiación expuestos por la Dirección Meteorológica de Chile (www.meteochile.cl).
La especialista del Hospital Clínico recomienda ir a la playa antes de las 11.00 hrs. o después de las 16.00 hrs. No obstante, hace un alcance pues "hay que tener harto cuidado también, porque yo estaba viendo el otro día que mucha de esta radiación, el peak máximo se produce muchas veces entre las 16.00 y 17.00 hrs. Entonces, ojo que estamos recibiendo mucha radiación en la tarde, no necesariamente a las 12."
Hay más: es importante recalcar que la protección solar no es sinónimo de cremas. El uso de bloqueador ayuda, pero no es lo primordial. Lo importante es tener cultura de fotoprotección, ya sea buscando siempre la sombra, no exponerse al sol en el horario peak de radiación y no acudir a lugares como el solárium, rendido ante el concepto del bronceado estético.
En varios países existe ropa especial que otorga protección tanto para niños como adultos. En Australia, según cuenta la doctora Araya, ha disminuido considerablemente la cifra de cáncer a la piel por el énfasis que se le ha dado a este tipo de vestimenta. Obtenerla tiene su costo, por lo que ella aconseja como alternativa usar ropa manga larga. Al momento de bañarse, se puede sacar, pero una vez fuera del mar o la piscina, lo ideal es volver a cubrir el cuerpo para evitar más daño solar.
"La protección solar va más allá de comprarse una cremita y estar tranquilo con la conciencia. Va en el sentido de que la gente, primero, cambie el switch", remata la experta, haciendo un llamado a hacer del bloqueador solar no el único pero sí un gran aliado.