En el marco del planteamiento de la Universidad de Chile de aportar a la discusión entorno al proceso legislativo que trajo consigo el ingreso del proyecto de ley de Reforma a la Educación Superior al Parlamento, el miércoles 13 de julio, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) llevó a cabo su primer foro de análisis en torno a este tema. En esta ocasión, los panelistas fueron el académico del Departamento de Ingeniería Industrial y miembro del directorio de la Fundación Educación 2020, Mario Waissbluth; y el ex secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) y ex vicerrector Económico de la Casa de Bello, Patricio Basso, quienes a pesar de criticar la manera en cómo se gestó la reforma y las falencias de ésta, estuvieron de acuerdo en la necesidad de este proyecto. “Debemos comenzar a apoyar la ley con un ‘sí, pero…’, nunca con un 'no' tajante”, señaló Basso.
El ex secretario ejecutivo de la CNA también criticó al sector que ha considerado la masificación de la educación como una bandera de batalla. “La masificación no es real cuando la tasa de titulación del sistema universitario de pregrado es de un 45%”, señaló, quien además enfatizó que ésta ha sido la excusa del neoliberalismo para mantener el lucro en el sistema educativo.
En tanto, el Prof. Mario Waissbluth recalcó que es necesario dividir el proyecto de ley para acelerar el proceso de discusión en el Congreso. “Creo que una solución política es lograr un acuerdo legislativo para separar los tramos. Legislar primero los capítulos dos, tres y cuatro, porque son completamente independientes de las platas y las instituciones; son los criterios de supervisión, acreditación, fin al lucro, que son temas relativamente más rápidos de discutir. El gran problema va a estar en la repartición de platas, eso es lo que va a demorar la discusión”.
Sobre el proceso de acreditación, Patricio Basso indicó que es fundamental que se supervise a todas las universidades, privadas o estatales, por igual. Para ello “debe ser un organismo autónomo, que tenga la capacidad de decirle al Estado que cierre su universidad porque es mala“. Al respecto, el Prof. Waissbluth comentó que “en Chile se imparten 12 mil programas, de los cuales un 75% no han sido visitados por algún par evaluador. Para ordenar este caos (en el sistema educativo actual) por la vía de una acreditación adecuada, significará necesariamente cerrar aproximadamente la mitad de las instituciones y programas de Chile. ¿En cuánto tiempo se puede hacer esto? Esto tomaría más de una década, ya que no se puede dejar a miles de estudiantes en la calle”.
Lucro
“El libre mercado lo controla el lucro y no ha habido ninguna voluntad del gobierno de controlarlo”, señaló Basso quien puso como ejemplo la situación de la Universidad del Mar, que si bien el ex Ministro Beyer cerró, el motivo no fue el lucro, sino por un problema económico y administrativo.
“Desgraciadamente en este proyecto de ley se creó una puerta para asuntos relacionados con situaciones especiales en las que se permitirán ciertas transacciones relacionadas al precio de mercado”, explicó el ex Vicerrector quien ve en ello un subterfugio para seguir lucrando.
Asimismo, el fundador de Educación 2020 manifestó que “el proyecto de ley sí controla el futuro lucro. Es un tema perfectible, pero razonable. Lo que no va a controlar es lo que ya fue”, indicó, agregando que “creo que el tema del lucro en Chile -y esto es un avance del movimiento estudiantil y los felicito por ello-, fue puesto en la mesa y se creó la necesidad de que el lucro debía terminarse en el sistema educativo”.
Gratuidad
Así también, durante el foro, moderado por el Decano de la FCFM, Prof. Patricio Aceituno, surgió el tema de la gratuidad y la demanda porque ésta sea total. “El mito de la gratuidad en el más reciente proyecto de ley se consagra en la ley de presupuesto, que dice que en el año 2017-18 llegará hasta un 50 o 60% de los estudiantes más vulnerables, y que además por ley en un futuro habrá gratuidad universal. Esto, lo único que hará -si se aprueba- es seguir alimentando este carnaval de expectativas que va a terminar con los institutos de educación superior tomados, no sólo en éste sino en el próximo gobierno también”, indicó el Prof. Waissbluth sobre la falta de claridad y realismo de esta propuesta. “Creo en la gratuidad de la educación como un derecho social avanzado, pero antes que eso creo que hay otras prioridades que hay que financiar”, agregó.
En tanto, Patricio Basso comentó que “la investigación debe ser financiada por el Estado, investigación de calidad, a cualquiera que sea la institución que la haga, porque va en beneficio del país. No así la docencia. El Estado no tiene por qué pagar porque le enseñen religión a sus estudiantes”.
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