Un tablero para cada uno de los grupos, 24 personajes que representan a integrantes de diversos estamentos de una comunidad educativa, una determinada cantidad de recursos y un objetivo: movilizar a los integrantes de dicha comunidad a realizar cambios. Esa fue la dinámica del taller “Trabajando por el cambio educacional a nivel de la escuela”, que el Programa ECBI de la Universidad de Chile realizó al equipo de la Fundación Educación 2020.
El taller está basado en una herramienta conocida como Making Change realizada por la empresa estadounidense The Network. El juego estimula la reflexión sobre el cambio organizacional en contextos educacionales. En este caso, la propuesta que cada grupo tuvo que plantear a la comunidad ficticia fue cómo mejorar la equidad en su interior.
El objetivo de la instancia es reflexionar sobre los factores del cambio en un sistema complejo como es la escuela: comprender que es un proceso, que involucra movilizar a personas y desarrollar habilidades, entre otras características.
“Para nosotros es una oportunidad poder trabajar con el equipo de Educación 2020, que está haciendo cosas tan importantes en el país y que se enfrentan al desafío de provocar el cambio educativo todos los días, desde distintas áreas”, señaló Rosa Devés, Vicerrectora de Asuntos Académicos y Directora General del Programa ECBI.
“Son oportunidades de colaboración mutua porque el cambio en el sistema educativo es multidimensional. Nuestra experticia ha sido la sala de clases, el currículum, la didáctica y la evaluación, mientras que Educación 2020 tiene el liderazgo, comunicación y movimiento político”, explicó Pilar Reyes, Directora Ejecutiva del Programa ECBI.
El juego ofrece la posibilidad de probar estrategias concretas para cambiar las prácticas de la comunidad. En la medida que éstas son bien aplicadas y recibidas por sus integrantes, los personajes van avanzando de niveles o quedándose en sus posiciones. Trabajando como equipo, los jugadores asumen el rol de un Comité para el Cambio y conducen distintas actividades para estimular a las personas a sumarse al proceso. Lo complejo está en que cada personaje posee una personalidad y características acorde a su rol dentro de la comunidad que lo hace más o menos propenso y activo ante la idea del cambio. “Trabajar de esta forma, con un juego de estrategia, permite abordar distintos caminos para llegar a un determinado punto. Es un juego que pone énfasis en las personas, ya que finalmente todos los cambios se realizan ahí”, destacó la Vicerrectora Devés.
Respecto a las perspectivas que ofrece la dinámica, Pilar Reyes explicó que ésta “permite la reflexión profunda en el equipo bajo una lógica vivencial a través de un contexto que va planteando diversos desafíos. En este juego está la posibilidad de relacionar tu experiencia con nuevas actividades, con un objetivo esencial que es movilizar a la comunidad”, lo que no se logra en una clase tradicional. “Tiene que haber una discusión profunda de lo que estás haciendo. Si lo hago a través de un seminario y tengo a toda la gente sentada en el auditorio, cada uno va a estar diciendo por sí mismo con lo que lo relaciona, sin discutir su visión con los otros”, explicó respecto de la dinámica grupal.
Experiencia del cambio
La Directora Ejecutiva de la Fundación Educación 2020, Mirentxu Anaya, planteó que el taller puede contribuir al trabajo que el equipo realiza en terreno. “Espero que podamos seguir en conversaciones para ver cómo se puede difundir la dinámica ya que nos hemos dado cuenta que las metodologías que más movilizan a los actores, especialmente del ámbito escolar, tienen que ver con metodologías vivenciales”, explicó.
Karin Riquelme, del Centro de Liderazgo Educativo de la fundación, destacó que este juego, al requerir una visión estratégica, permite “adelantarte posibles situaciones con quienes están trabajando en educación. Esto te pone en otros escenarios que no te ha tocado ver todavía”.
“Creo que puede contribuir mucho a Educación 2020 porque la actividad te permite conversar con tus compañeros y ver cuáles son las distintas ideas que existen, generar un ambiente reflexivo y democrático en la toma de decisiones”, factor relevante para la Fundación, señaló Bruno Gómez.
Desde el ECBI, las monitoras Andrea Elgueta y María Sepúlveda explican que este juego las ha ayudado a poder desarrollar sus labores en los colegios con los que trabajan. “Uno apuesta al cambio en el desarrollo del estudiante. Poco a poco la comunidad educativa se va comprometiendo con esto y a partir de ahí puedes hacer las acciones previstas. Este juego nos ha ayudado a entender esto”, comenta Andrea. “Te sirve en el trabajo porque cuando llegas a las escuelas tienes que convencer a toda la comunidad, no sólo a los profesores. Cuando logras comunicar la esperanza y generar compromiso, ellos también se contagian y se movilizan”, agrega María.
Este juego, explica la Vicerrectora Devés, está basado en resultados obtenidos en la investigación de autores sobre tres aspectos del cambio: la forma en que la personalidad de los individuos afecta cómo adoptan nuevas ideas (Rogers, 1983); los procesos que viven las personas en la medida que adoptan una idea nueva (Hall,G. and Loucks, S., 1979); y el tipo de apoyo que se requiere en cada etapa del proceso de cambio en un sistema escolar (Crandall et al., 1982). El ECBI ha aplicado este taller con grupos diversos como directivos de establecimientos educacionales y con profesionales extranjeros.
El Proyecto de ECBI tiene más de 10 años de trayectoria y su énfasis está en el mejoramiento de los aprendizajes en el aula mediante la implementación de estrategias curriculares para la indagación, dinámica que compromete un aprendizaje en constante construcción entre los estudiantes, sus pares y el profesor.