“En cosméticos y alimentos la evaluación principal que se hace es de toxicidad y ahí los peces son un muy buen modelo porque uno puede medir si tiene efectos nocivos en un sistema muy sencillo, disuelto en agua y no estás usando mamíferos que son mucho más complejos”, cuenta el Dr. Miguel Allende académico de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile y director del laboratorio Zebrafish for Innovation and Research y del Centro FONDAP de Regulación del Genoma, quien en 1998 se incorporó a nuestra Casa de Estudios e introdujo el pez cebra a sus laboratorios. “Fui el primero en Sudamérica en usar esta especie, luego se incorporaron otros, hoy existen cerca de diez laboratorios en Chile y 25 en Sudamérica”, cuenta el científico quien hoy dirige el primer laboratorio que entrega servicios en base a la especie en América Latina.
Tras comenzar sus primeros estudios en Chile en una veintena de acuarios artesanales y luego expandirse a un laboratorio en el subterráneo de la Facultad de Ciencias, el Dr. Allende encabezó hace unas semanas la inauguración de una nueva infraestructura para el estudio del pez cebra, que le permitirá pasar de los 20 mil animales que hoy manejan a cerca de 100 mil, factor que no sólo ampliará sus líneas de investigación vinculadas a la biología del cáncer, regeneración celular y proyectos de genética, sino también ofrecerá servicios a la industria cosmética y acuícola, además de la realización de estudios de impacto ambiental de aguas, basados en el estudio del pez cebra.
La incursión de los investigadores en la entrega de servicios fue precisamente una de las razones que llevaron a levantar este nuevo laboratorio de pez cebra en la Facultad de Ciencias. “Nosotros armamos una unidad de servicios en el laboratorio y estamos trabajando con la industria acuícola” dice el profesor sobre una de las áreas en las que planean expandirse. Dado que los salmones mueren con bastante frecuencia de enfermedades, la industria está preocupara en poder contar con algún tipo de comida que los protejan de éstas. “Probamos los test en peces cebra con enfermedades, les agregamos aditivos alimenticios y vemos si con éstos se hacen más resistentes. Si funciona en el pez cebra va a funcionar en el salmón”, afirma el Dr. Allende. A partir de este servicio el laboratorio ganó un proyecto CORFO para su desarrollarlo, y ahora están implementando una especie de empresa derivada del trabajo de investigación.
La industria cosmética es otra que ya está recibiendo los beneficios del testeo en esta especie de pez. “Ya hicimos estudios con aloe vera y otros productos para evaluar su toxicidad que básicamente es lo que se requiere en la industria cosmética”, indica el investigador.
Para la unidad de servicios del laboratorio se abrió además otro frente cuya demanda va en alza: el área ambiental. En este ámbito el pez cebra ya ha sido utilizado en Europa como modelo de evaluación en aguas, analizando la toxicidad de los productos que las industrias arrojan al ambiente, utilizándolo como modelo de centinela y al mismo tiempo como modelo para evaluar cómo están las aguas superficiales. “En Chile ya hicimos un estudio y generamos dos normas ambientales –que son normas internacionales ISO–, una que ya está probada y otra que está en consulta pública. El Instituto Nacional de Normalización las certificó y eso nos va a permitir ofrecer el servicio ajustado a la norma internacional de evaluación de calidad de agua y de toxicidad de compuestos químicos industriales”, relata el académico.
Líneas de estudios
Si bien hoy el área de servicios representa una gran oportunidad para el laboratorio del Dr. Allende, no son menos importantes los proyectos de investigación científica que continúan desarrollando.
“Lo primero que hicimos fue investigación básica en desarrollo del sistema nervioso y más recientemente en regeneración del sistema nervioso, que es lo que mantenemos hoy como proyecto Fondecyt. También hemos incorporado la inmunología de los peces”, dice el Dr. Allende quien explica que en el modelo de cebra, se hace investigación básica pero tiene inmediata aplicación en humano.
Entre otros temas que los investigadores están actualmente estudiando se encuentra la regeneración de las células mecanosensoras del oído. “En el humano esas células no se regeneran, es decir, cuando nos quedamos sordos no tenemos solución, en cambio en los peces esas células se regeneran y estamos estudiando cómo en los peces ocurre ese proceso, dado que son las mismas células que tenemos nosotros, estamos tratando de entender las bases genéticas de ese proceso”, señala el profesor.
Otra línea de investigación tiene que ver con inmunología. “Nos interesa la inflamación, que es un proceso de infiltración de células inmunes en el tejido y que generan por ejemplo, los problemas de artritis, que son inflamaciones crónicas que los peces también sufren” señala el académico quien detalla que a través de este estudio pretenden llegar a conocer cómo poder inducirlas artificialmente y cuáles son los mecanismos que utilizan las células para alejarse de un lugar donde hay un foco inflamatorio, lo que según Allende “tiene una potencial aplicación en inmunología humana”.