En plena etapa de desarrollo se encuentra el proyecto de tecnología con impacto social, liderado por la doctora Sandra Céspedes, académica del Departamento de Ingeniería Eléctrica (DIE) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), y alumnos del Centro de Estudiantes del dicha unidad, (CEIE).
La iniciativa consiste en instalar una red en malla inalámbrica en un radio donde no existe conexión a Internet para beneficio de la comunidad Ukamau (sector de Estación Central, Santiago), quienes podrán usar una aplicación parecida a Whatsapp para comunicarse a través de sus celulares, sin costo alguno ni necesidad de plan de datos.
La idea surgió de una conversación entre la académica y Alexis Yáñez e Iván Zimmermann, ex vice-presidente y presidente del CEIE respectivamente; quienes coincidieron en lo prioritario de hacer realidad el rol social de la Universidad, acercando a las comunidades sus conocimientos y avances tecnológicos.
Iván y Alexis, estudiantes que encabezan la iniciativa, detectaron las necesidades de comunicación de los integrantes de Ukamau para su trabajo comunitario y propusieron instalar la mencionada red, con exitosa recepción. Zimmermann señaló que “la comunidad se ha mostrado muy abierta e interesada en el proyecto. La posibilidad de comunicarse con todas las personas de su comunidad sin barreras tecnológicas y económicas los ha entusiasmado a participar de esta experiencia”.
Hasta ahora, los líderes del grupo se coordinan a través del sistema tradicional de Whatsapp, con la desventaja de que sólo pueden hacerlo durante el tiempo en que cuentan con conexión a Internet. El resto de las horas pierden los mensajes generando problemas de coordinación.
Aprobada la idea en la comunidad, la profesora Céspedes y su equipo se organizaron para concretar la iniciativa, partiendo por buscar fondos que consiguieron, ganando un concurso organizado por la Internet Society (ISOC), ONG con sede en Ginebra, que promueve el acceso a la información con el objetivo de romper la brecha digital. “Si bien el fondo es pequeño -contó la académica- es suficiente para que podamos montar una red piloto de tres puntos de conexión, cada uno con un radio de aproximadamente 300 metros para conectar múltiples usuarios desde cada punto”. La académica resaltó que además que el proyecto “está altamente basado en el trabajo de los estudiantes, quienes tienen a su cargo la coordinación con la comunidad, instalación de equipos y alfabetización digital a las personas que van a usar el sistema”.
Actualmente están a punto de abrir una convocatoria para invitar voluntarios que quieran unirse a la iniciativa, que quieran ir a trabajar en terreno, instalar las antenas, trabajar con la gente para probar los equipos y la satisfacción del usuario. “Necesitamos el apoyo de personas motivadas y comprometidas”, afirmó Yáñez, a lo que Zimmermann añadió que este proyecto posee una alta proyección para repetir la iniciativa en otros lugares e implementar un grupo de trabajo que se dedique a hacerlo. Pronto haremos el llamado desde el centro de estudiantes para que se acerquen todos los interesados”.
Las expectativas son altas, remarcaron los desarrolladores del proyecto, quienes cuentan que se han puesto “en contacto con una empresa mexicana que les ayudará con la aplicación. La mencionada firma “hizo una aplicación muy parecida a lo que nosotros buscamos, que es un Whatsapp que no depende de Internet”, precisó la académica, añadiendo que, a cambio, los mexicanos “podrán aprovechar la experiencia para verificar errores de su aplicación, detectar fallas, probar mejoras y a nosotros nos sirve mucho ya que desarrollar una herramienta propia nos llevaría mucho tiempo”.
Los tiempos son ajustados porque la convocatoria les exige que entre mayo y julio el proyecto esté instalado. Por lo pronto, ya se compraron los equipos a Estados Unidos y en junio estiman que estarán en plena configuración e instalación de ellos, mes en que deberán probar y afinar la red para que en julio comiencen las pruebas con usuarios de la comunidad.
La profesora indicó que “el prototipo inicial está diseñado para el uso por parte de 15 líderes de la agrupación que estarían probando el chat, pero eventualmente podría subir a muchos más usuarios porque la red es muy parecida a la de wifi de uso común, entonces cada punto podría soportar entre 20 ó 30 usuarios”. Yáñez añadió que “la idea no es imponer esta solución sino socializar el conocimiento de cómo implementar esta red, para que puedan empoderarse de ésta y eventualmente aumentar el número de puntos de acceso y abarcar mayor territorio”.
Los estudiantes valoraron la experiencia y que su aporte signifique “facilitar su comunicación del día a día sobre la base de múltiples funcionalidades que se pueden entregar a una comunidad sin necesidad de estar conectados a Internet”, afirmó Yáñez. Asimismo, resaltó el “aprendizaje que nosotros como equipo desarrollador podemos obtener, lo cual nos dará experiencia para seguir realizando proyectos de esta naturaleza”.
Yañez finalizó planteando que sería ideal que "iniciativas como la nuestra se replicara en más departamentos y facultades, donde se aborden y se piensen las necesidades de la sociedad, donde se pueda ver fortalecido el vínculo entre la Universidad y organizaciones sociales, para lo cual son necesarios incentivos y ayudas".