El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en perros mayores de siete años, siendo los linfomas, los tumores mamarios, y los mastocitomas las formas de presentación más comunes de esta patología en la población canina.
Hasta ahora, no existe la posibilidad de curar el cáncer en los perros, sino solo de paliar la enfermedad y tratar de prolongar la sobrevida de los pacientes, cuestión que se hace a través de la cirugía o de ser necesario, del tratamiento con quimioterapia.
Hace cinco años, en el contexto de un proyecto Fondecyt de Iniciación, un equipo de Favet, liderado por el académico Cristián Torres, comenzó a estudiar los efectos de una droga llamada simvastatina –utilizada en humanos para disminuir los niveles de colesterol– en el cáncer mamario canino. Con este objetivo, los investigadores se embarcaron en “dos aproximaciones experimentales: primero a nivel de laboratorio, con células de carcinoma mamario de perro, y después en una segunda parte, en un estudio inicial con animales con la enfermedad, que recibieron simvastatina durante algún tiempo”.
¿Los resultados? Mientras a nivel de laboratorio se corroboró que la droga disminuye el crecimiento de las células tumorales, los resultados preliminares del estudio inicial en perras a las que se dio por una semana este medicamento–comparando muestras de tejido tumoral pretratamiento con las muestras postratamiento–, indicaron que la simvastatina sí estaría ejerciendo una acción sobre los animales.
“Lo que nosotros estamos viendo preliminarmente es que efectivamente hay una modificación de algunos biomarcadores asociados a proliferación, muerte e invasión celular. Si corroboramos esa información, esto lo vamos a transformar en un manuscrito que vamos a enviar a publicación y eso sería información que sustentaría futuros estudios clínicos con esta droga”, afirmó el experto. Lo que vendría después sería administrar el medicamento por periodos de tiempo más prolongados a los animales, estudiar si ésta puede inducir efectos adversos, y luego, corroborar si efectivamente la droga puede favorecer a estos pacientes con cáncer mamario.
El dilema de la quimioterapia
Actualmente, la quimioterapia se ocupa para el tratamiento del cáncer en aquellos perros a los que no se puede sacar el tumor con cirugía, o en los que sí se puede realizar este procedimiento pero la probabilidad de diseminación es muy alta, o en los casos en que ya hay diseminación.
No obstante, la utilidad de la quimioterapia para la neoplasia mamaria, tal como señala el doctor Torres, es discutible. “Hay datos que nos muestran que efectivamente funciona, y hay otros datos que muestran que no funciona. En la práctica, se utiliza igual, pese a no haber evidencia robusta que diga que esta alternativa terapéutica permita alargar la esperanza de vida en estos perros”, indicó Torres.
Otro problema que arrastra la quimioterapia es que no es un tratamiento selectivo, y tal como en las personas, mata tanto células tumorales como también células normales. Lo anterior implica posibilidad de efectos adversos, aunque éstos son notoriamente menores en animales que en humanos.
“Los datos duros muestran que alrededor de un 70 por ciento de las personas que reciben quimioterapia desarrollan algún tipo de efecto adverso, pero en animales esa probabilidad es mucho menor. Lo que indica la literatura es que la probabilidad de inducir algún efecto colateral no es más que un 5 a 10 por ciento y eso es lo que efectivamente se ve en la práctica clínica”, explicó Torres, enfatizando que dada esta probabilidad, “uno de los esfuerzos es lograr buscar alternativas de tratamiento que puedan ayudar a alargar las expectativas de sobrevida en nuestros pacientes, pero que también sean más selectivas y disminuyan la probabilidad de efectos adversos asociados al tratamiento que se utiliza”.