Uno de los principales desafíos en la implementación de la Ley de Inclusión radica en que los niños y adolescentes con capacidades diferentes puedan acceder al currículum nacional junto a sus compañeros en la misma sala de clases. Es respondiendo a esta necesidad que la Universidad de Chile, a través del proyecto "Educación en Ciencias Basada en la Indagación" (ECBI), ha desarrollado el programa Indagación Científica para la Educación en Ciencias (ICEC) con especial énfasis en la enseñanza diversificada.
Los primeros resultados de este trabajo fueron presentados el pasado 13 de abril en el patio de la Escuela Básica Guardia Marina Guillermo Zañartu, ubicada en la Villa Olímpica, Ñuñoa, donde en una serie de stands los estudiantes de diferentes colegios de la capital mostraron los proyectos de indagación científica que desarrollaron junto a sus profesores, quienes fueron parte de un proceso formativo en las metodologías indagatorias.
Estos proyectos son el resultado del trabajo realizado en el marco del programa ICEC, impulsado a nivel nacional por el Ministerio de Educación, y que busca aportar al mejoramiento de la calidad de la educación en ciencias, en colaboración con 13 universidades públicas del país, entre éstas, la Casa de Bello.
Pilar Reyes, directora ejecutiva del ECBI, organismo encargado en nuestro plantel de este programa, explicó que esta apuesta busca "resolver una pregunta que tenemos hace mucho tiempo en educación: cómo logramos la inclusión de niños con necesidades educativas especiales, ya sean necesidades físicas, sensoriales o cognitivas, ya que ellos necesitan una enseñanza acorde a sus capacidades diferentes".
De esta manera, explicó, el programa tiene "una metodología basada en la indagación donde trabajan con material concreto, y después trabajamos procesos de reflexión, escritura científica o reflexión para generar abstracción".
En el programa ICEC de la Universidad de Chile participan actualmente 35 docentes de 25 escuelas y colegios, repartidos mitad y mitad entre profesores de educación diferencial y de educación general básica, ya que "queremos fortalecer las duplas pedagógicas en escuelas integradas, porque es ahí donde se produce la mayor dificultad para el profesor. Fortaleciendo estos equipos se puede implementar la ley de inclusión, que nos pone en una realidad donde se tiene que trabajar en la sala de clases regular con cinco niños con necesidades transitorias y dos con necesidades permanentes", detalló Reyes.
Un modo de enseñar que potencia la curiosidad y la búsqueda del conocimiento
La vicerrectora de Asuntos Académicos y directora general del ECBI, Rosa Devés, destacó que la metodología trabajada por ese organismo "entrega a los niños la oportunidad de cuestionar a la naturaleza a partir de sus propias preguntas e inquietudes. Los niños y niñas utilizan sus sentidos y los instrumentos a su alcance para conocer aprender sobre el mundo que los rodea, y nuestro rol es guiarlos y asegurar que todos puedan satisfacer esa curiosidad".
Junto con ello, Devés destacó el valor de la indagación científica como "una práctica que no solo tiene una gran potencialidad para desarrollar habilidades para resolver problemas, sino que también contribuye a nuestra vida democrática. No hay indagación si no nos cuestionamos permanentemente, si no escuchamos a otros, si no nos disponemos a cambiar nuestras propias verdades para reconocer a partir de la observación, la evidencia y la comunicación, una verdad más amplia, más incluyente, más compleja".
Ricardo Coñuecar, estudiante de la carrera de Bioquímica en la Universidad de Chile, y que se encuentra realizando su práctica profesional en educación en el ECBI, destacó que el aprendizaje más importante que ha podido adquirir "es el hecho de que la educación por medio de la indagación capacita a profesores y estudiantes a pensar y aprender por medio de un razonamiento científico, siendo una herramienta que puede ir más allá de la enseñanza de la ciencia, permitiendo la inclusión por derecho propio de todos los y las estudiantes al demostrar sus capacidades y entusiasmo por aprender".
La profesora Gisella Soto de la Escuela Benjamín Vicuña Mackenna de la comuna de Santiago, aseguró que su participación en el programa ICEC "ha sido muy significativa, debido a que logramos adquirir nuevas habilidades y nuevas estrategias para poder trabajar con las estudiantes, y generar en ellas nuevas habilidades", lo que les ha permitido desarrollar un proceso enriquecedor con sus cursos de primero y segundo básico. "Les ha llamado la atención sobre la ciencia. Siento que hemos generado nuevas expectativas sobre estas materias, saben que pueden descubrir nuevas cosas y generar nuevos aprendizajes", destacó Soto.
Así lo pudo comentar Valentina Báez, quien cursa segundo básico en esa escuela y desarrolló un experimento sobre los efectos del ácido en los huesos del ser humano. "Hemos podido aprender mucho sobre qué pasa con los huesos al estar sumergido en agua y en vinagre. En el segundo se debilita porque contiene ácido lo que hace que sufran un proceso de descalcificación. Quiero seguir aprendiendo sobre ciencias, sobre todo indagación científica, y poder seguir haciendo experimentos", remarcó.