“El PreP es una estrategia más, dentro de una estrategia integral de prevención contra el VIH. El condón es efectivo, así como también la educación sexual, la entrega de información sobre la transmisión para tener un autocuidado y una sexualidad responsable. Y ahora aparece el PReP, que es la toma de medicamentos para prevenir la transmisión”, afirmó Alejandro Afani, inmunólogo y director del Centro VIH del Hospital Clínico de la U. de Chile (HCUCH), sobre el fármaco.
La píldora, que ya fue presentada al Instituto de Salud Pública (ISP) para su aprobación e ingreso a Chile, está siendo evaluada por el Ministerio de Salud (Minsal) para su incorporación a las estrategias locales, en momentos que el VIH ha vuelto a la palestra como un tema urgente de la salud pública local, con un avance en los contagios de 96 por ciento entre 2010 y 2017.
La toma diaria y regular de una tableta de PReP, es la única estrategia aprobada por la FDA –agencia estadounidense responsable de proteger la salud pública mediante la regulación de los medicamentos de uso humano-, para prevenir el VIH.
Lo que hace este medicamento es impedir la multiplicación del virus y que éste se incorpore en la célula, bloqueando unas enzimas en el sitio del virus cuando va a entrar a ésta.
“Se ha demostrado científicamente y hay muchos estudios al respecto en que se reduce a más de un 90 por ciento la transmisión del virus, tomando estos medicamentos de forma regular”, señaló Afani, quien detalló que tiene un costo aproximado de 500 mil pesos al mes para los usuarios regulares y en caso de ingresar al país, lo haría probablemente con un plan enfocado en grupos vulnerables, desde el Estado.
“Esto no es una cosa que la persona vaya a comprar la pastilla, no. Aquí primero hay criterios de selección, para quiénes sí y para quiénes no. No es para todos. Es algo que tenemos que conversar, y la autoridad tiene que ir viendo las posibilidades de incorporarlo en el corto plazo dentro de esta estrategia integral de prevención”, explicó el médico.
Según el inmunólogo, usualmente la población que se levanta como el “blanco” para utilizar este fármaco, son aquellos que tienen un alto número de parejas sexuales, que hay evidencia de que han tenido otras infecciones de transmisión sexual como sífilis, gonorrea u otras, que han tenido una exposición frecuente al contagio y que no han usado preservativo, y que son VIH negativo. Trabajadoras sexuales, quienes usan drogas inyectables y quienes tienen parejas seropositivas son también población susceptible de evaluación para el uso de la píldora.
“Este medicamento es efectivo y de gran utilidad, ha disminuido la transmisión. Vemos que los jóvenes no son usuarios permanentes del uso del preservativo, de tal manera que es importante tomar en cuenta de que aparece una alternativa más, especialmente en las personas que lo usan de manera irregular y que tienen un número elevado de parejas sexuales”, adviritó el director del Centro VIH del HCUCH, a la espera que este 18 de mayo el MINSAL haga público el nuevo Plan de VIH de nuestro país.