En el formulario de matrícula de este año, 148 nuevos estudiantes se declararon en situación de discapacidad. Estas personas están distribuidas en 13 unidades académicas y la Unidad de Apoyo a Estudiantes en Situación de Discapacidad de la Oficina de Equidad e Inclusión se contactó con ellas, comprobando que cerca de 50 nuevos estudiantes están efectivamente en situación de discapacidad. Esto se suma a los cerca de 40 estudiantes antiguos que ya venían siendo atendidos por la Unidad, desde fines de 2017.
Este proceso de detección temprana, llevado a cabo gracias a la estrecha colaboración entre la Oficina de Equidad e Inclusión y la Unidad de Gestión Académica del Departamento de Pregrado, es inédito en la Universidad de Chile, y permite a la institución por primera vez en su historia contar con cifras oficiales sobre estudiantes en situación de discapacidad, activando los dispositivos institucionales de apoyo, atención y seguimiento.
Mariela Peranchiguay es una joven oriunda de Cahuach. Entró a estudiar Derecho el 2011, y para ella lo más difícil fue el primer año. “No había recursos para ingresos especiales. Yo venía de Chiloé, y si no hubiera sido por la ayuda de la asistente social de allá no habría podido estudiar”. Ella le ayudó a conseguir una beca en la universidad, dado que los estudiantes de ingreso especial para personas ciegas no rendían la PSU, y por lo tanto no podían optar a ayudas estudiantiles.
Hoy, Mariela está haciendo su práctica profesional y espera jurar ante la Corte Suprema antes de fin de año. Según su experiencia, hay un avance evidente, y se han hecho grandes esfuerzos en materia de inclusión. Pero también hay muchos desafíos. “La universidad tiene que hacerse cargo de la infraestructura porque no está acorde con los tiempos. Hay que facilitar el acceso”, afirma.
Asimismo, cree que aún falta visibilizar este tema dentro de nuestra Casa de Estudios. “Hay que educar a la comunidad, visibilizar la discapacidad entre los alumnos, docentes y funcionarios. Se debe entender que existen cosas que podemos hacer, otras que no y que en otras necesitamos ayuda”.
Al ingresar a la Universidad de Chile, Mariela quería estudiar Historia, pero en esa época los ingresos especiales se limitaban a las carreras de Derecho, Licenciatura en Filosofía, y Licenciatura en Lengua y Literatura, menciones inglesa e hispánica.
Para Mariela su experiencia ha sido positiva. Cree que se necesita continuar avanzando en establecer una institucionalidad que facilite la inclusión y que se implemente de la mejor forma posible la política aprobada por el Senado Universitario.
La discapacidad en la Chile
En agosto del 2018 el Senado Universitario aprobó la Política de Inclusión y Discapacidad en la perspectiva de la Diversidad Funcional. Aborda ámbitos como la inclusión estudiantil y laboral, la accesibilidad universal, y la institucionalidad y presupuesto.
Mucho antes de eso, el año 2011, la profesora Sandra Mella realizaba sus labores habituales como académica del Departamento de Terapia Ocupacional. Ese año, junto a la profesora Ximena Toro se preguntaron sobre el apoyo institucional hacia los y las estudiantes en situación de discapacidad. Antes de su iniciativa, no había prácticamente nada, solo un programa de admisión especial enfocado en personas ciegas y restringido a 4 carreras.
Así nació el Programa de Apoyo a Estudiantes con Discapacidad, PAED. Cada semana comenzaron a llegar más estudiantes que necesitaban apoyo para continuar sus estudios producto de las barreras que existían en la Universidad para su plena participación en igualdad de condiciones. En algún minuto la realidad las superó, “no podíamos atender más gente. Pensábamos que nos dedicaríamos a investigar y nos tuvimos que dedicar a intervenir” cuenta la académica. Llegaron a atender 18 estudiantes.
Tras ese inicio, el PAED se articula con SENADIS y se forma la Red Nacional de Educación Superior Inclusiva. En 2014 la Universidad comienza a hacerse cargo mediante la recién formada Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, donde queda alojada la Oficina de Equidad e Inclusión, hasta entonces dependiente de Prorrectoría.
Así se llega al año 2015 donde se conforma la Comisión de Discapacidad, instancia que convocó a representantes de todas las unidades académicas, designados por las y los decanos, y cuyo trabajo de un año desembocó en el informe “Inclusión de Estudiantes con Discapacidad en la Universidad de Chile. Un compromiso con la Equidad”
La profesora Mella sostiene que hoy “debemos cambiar la actitud hacia la discapacidad. Se deben ver las enfermedades invisibles también. Hay que poner ojo con las discapacidades psíquicas, y generar mejores condiciones para una óptima salud mental”.
Para Mella los objetivos están claros: “un gran desafío es llevar la política a una acción real, que disponga de recursos”.
Nuevas herramientas
La institucionalización de la atención a estudiantes en situación de discapacidad va avanzando. Luis Vera Fuente-Alba, del equipo de la OEI trabaja directamente con estos alumnos y señala que “tienen las mismas dificultades aquí que en cualquier otra institución nacional: los temas de accesibilidad a los espacios y a la información y las barreras actitudinales, especialmente prejuicios y estereotipos negativos, son una constante en la sociedad chilena”.
En cuanto a las condiciones específicas de salud de los estudiantes que ingresaron a la Universidad y fueron detectados en el marco del proceso de admisión 2019, llama la atención que 4 de cada 10 declararon situaciones de discapacidad de índole psíquica o psicosocial. A ello se suma el hecho que durante el segundo semestre 2018 se comprobó que la condición Asperger es detectada cada vez más frecuentemente entre el estudiantado de diversas unidades académicas.
La universidad está en proceso de implementar la política aprobaba el año pasado, en este sentido, la Unidad de Apoyo a Estudiantes en Situación de Discapacidad se perfila como un ente articulador de las iniciativas en favor de la igualdad de oportunidades. “A lo largo del proceso académico de las y los estudiantes en situación de discapacidad, efectuamos también entrevistas de seguimiento. Cuando la situación lo amerita, nos reunimos directamente con las autoridades de las facultades para orientar y asesorar el proceso de implementación de apoyos y adecuaciones” describe Luis Vera.
Para el profesional, “además de la necesidad de incrementar los recursos humanos y materiales disponibles para hacer frente a las tareas de detección, evaluación y seguimiento, se ha detectado un desafío importante en cuanto a la coordinación entre diversos actores y unidades tanto en el nivel central como en los niveles locale. Lo anterios con el objeto de que las acciones en materia de inclusión de estudiantes en situación de discapacidad estén adecuadamente coordinadas”.
La Directora de la OEI, Maribel Mora Curriao sostiene que “la comunidad universitaria se ha ido sensibilizando con las temáticas asociadas a la discapacidad, prueba de ello es la creación del área de atención a EsD de la VAEC que en coordinación permanente con Pregrado, permitirá avanzar hacia nuevas y mejores condiciones para el desarrollo de la vida académica de las y los estudiantes”.
Por su parte el Vicerrector de la Vaec, Juan Cortés, concluye que:
“la convivencia al interior de nuestros Campus se define por cada experiencia al interior de estos. Una vida universitaria legítimamente avanzando en dirección a sus metas académicas y personales pasa necesariamente por el respeto y la inclusión de todas y todos. Debemos garantizar el libre acceso a las aulas, el respeto a géneros, etnias, condición socioeducativa o de discapacidades. Es de este modo como se construye comunidad e igualdad de oportunidades, en cada acto o relación interpersonal y cotidiana”.