"No existe una política única a implementar contra la obesidad, sino sets de políticas"

"No existe una política única a implementar contra la obesidad..."

El Dr. Cecchini ha liderado varios modelos de prevención de enfermedades no transmisibles en obesidad y alcohol y es coautor del informe “Fit not Fat”, el documento de la OECD que examina la escala y las características de la actual epidemia de obesidad, rol e influencias de las fuerzas de mercado y gobiernos, así como el impacto de las diferentes intervenciones realizadas en diversas naciones.

“En todos los países de la OECD y el mundo hay cambios dramáticos en las condiciones de vida y epidemiología en general. Esto afectado principalmente por los cambios en ambientes laborales y formas de vida, en donde ha disminuido la actividad física en el trabajo y actividades rutinarias. Cada día trabajamos más frente al computador y cada día hay más acceso a los alimentos más calóricos y eso tiene implicancia en las tendencias observadas”, afirma.

Destaca que “hemos realizado varios análisis de políticas posibles a implementar y una de las principales conclusiones es que no existe una única política a implementar, sino que deben implementarse sets de políticas y OECD junto con la OMS han desarrollado algunos paquetes para distintos tipos de países, según sus ingresos”.

Específicamente para el caso de Chile se recomienda “la regulación del marketing; intervenciones de comida saludable en las escuelas; información sobre grasas y azúcares en el etiquetado de alimentos; y políticas fiscales. Creo que lo que está haciendo Chile está muy bien alineado, sobre todo con las intervenciones que se están haciendo en APS. Sin embargo, es muy importante hacer seguimiento de los efectos tempranos que tienen estas intervenciones para poder afinar las políticas y mejorarlas en el proceso de resultados en el largo plazo”.

En cuanto a la efectividad de las medidas, asevera que “Reino Unido empezó a implementar este tipo de políticas 5 a 6 años antes de Chile y se ha visto que las tasas de obesidad infantil han tendido a revertir su aumento y se aprecia una leve disminución en las tendencias. Hay efectos, pero toman tiempo. El impuesto a las bebidas puede permitir tener resultados, pero aún se necesita más tiempo para poder observar efectos concretos en las personas”, afirma.

Chile se ubica en el tercio más alto respecto a la prevalencia de la obesidad entre los países de la OECD. El economista afirma que “está en el grupo de los países OECD con más alta prevalencia de obesidad, tanto en adultos como en niños y, efectivamente, debe ser considerada una prioridad por las consecuencias que puede tener a futuro”.

Referente a cuál debe ser el rol de los gobiernos, la autoridad de la OECD enfatiza en la importancia de “actuar desde la regulación y las políticas públicas. Dado que la industria es parte del problema, debe ser considerada dentro de los espacios de decisión de políticas. Entre las alternativas está la reformulación, que es una forma de política pública, en la cual Corea del Sur ha estado trabajando; el impuesto a los azúcares, ejemplo de Reino Unido, donde el gobierno ha manifestado dar un incentivo a la industria para modificar sus alimentos y ese es un rol que los países y gobiernos deben tener”.

Además afirma que “uno no podría considerar un país como caso exitoso. El rol de la OECD es revisar en detalle la experiencia de cada país y ver qué elementos pueden ser exitosos para ser aplicados en otros países. Por ejemplo, en tema de impuestos, el caso de México y Hungría. Probablemente Chile puede ser un buen ejemplo en cuanto a la regulación del marketing y Japón destaca por implementar programas de detección temprana y tratamientos en APS que pueden ser muy interesantes y exitosos como ejemplos para otros países. Lo interesante es seleccionar intervenciones y contextos satisfactorios”.

-¿El factor socioeconómico sigue siendo tan preponderante en la tendencia a la obesidad? ¿Qué ocurre en México en donde vemos que la obesidad no está solo ubicada en los sectores de menores ingresos, sino que también en los de altos ingresos?

-El nivel socioeconómico es muy importante en el desarrollo de la obesidad, encontrándose prevalencias más altas en los niveles socioeconómicos más bajos. Lo que ocurre es que en los países donde las tasas de obesidad son muy altas, se empieza a aplanar la diferencia entre los niveles altos y bajos. En cambio, en países en donde hay prevalencias más bajas o medias, hay diferencias claras en los sectores. Por otra parte, se observa que en las mujeres está más marcada la diferencia por nivel socioeconómico. En todo esto, además, pueden influir otros factores como el lugar de residencia, ya que las personas que viven en ciudades tienden a tener menos actividad física que la gente que vive en zonas rurales”.

Por otra parte, indica que la alimentación saludable, como frutas y verduras, resultan más caras que la comida procesada. “Nuestras evidencias han demostrado que las crisis económicas, por ejemplo, afectan las decisiones que toman las familias y cambian a patrones de consumo que son menos saludables. La crisis de 2008 en Europa disminuyó el consumo promedio en una porción de frutas y vegetales en el lapso de una semana”, indica.

Aporte de la ESP

"Medición de la carga económica actual de la obesidad en Chile y proyección al año 2013: propuesta de un modelo de análisis validado para la realidad país" es el nombre del proyecto FONIS liderado por el académico Cristóbal Cuadrado, a través del cual se invitó al Dr. Cecchini.

Según el Dr. Cuadrado, “este proyecto busca estimar cuál es el impacto económico que tiene la obesidad en Chile, considerando que es un factor de riesgo y una enfermedad que tiene implicancias en los servicios de salud y para la economía en su conjunto. En ese sentido, buscamos responder cuál es el costo para la sociedad de mantener las cosas tal como están, el costo de la inacción. Ello permite contrastar posteriormente los costos alternativos de implementar políticas públicas que busquen disminuir los impactos que tiene la obesidad en Chile”.

Además agrega que “contamos con la colaboración del Ministerio de Salud, ya que los tomadores de decisión estaban muy interesados en contar con este tipo de información para la planificación sanitaria. El proyecto aún no está terminado. Sin embargo, entre las estimaciones preliminares arroja que alrededor de un 2,2% de todo el gasto en salud en Chile se destina a la obesidad, considerando solo los costos directos (por atención de salud). Todavía no incorporamos los costos indirectos (por ausentismo laboral o pérdida de productividad por muertes prematuras debido a estas enfermedades). Con esos datos, la estimación debería ser mucho mayor”, adelanta.

En este contexto, explica que el seminario realizado el 12 de mayo, forma parte de la necesidad de “comunicar continuamente el modelo que se desarrolla para validar la metodología y los resultados que se van encontrando y también para asegurarse de que el proceso que se está haciendo tiene sentido para los tomadores de decisiones, de que la información que se está generando es pertinente”, afirma.

Por Sandra Vargas B.

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