Criterios de medición, Inter y transdisciplinariedad y productividad fueron algunos de los conceptos centrales del coloquio “¿Qué se evalúa cuando se evalúa? Valoración de la producción académica científica en ciencias sociales, humanidades y artes”, actividad organizada por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID), la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) y la Iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas (IBJGM).
“El énfasis tiene que estar en lo que como institución vamos a aportar al país”, planteó el Rector agregando que para eso la inter y transdisciplinariedad son fundamentales. “De hecho, lo que queremos hacer en Carén precisamente es abrir una oportunidad de transdiciplinariedad”, explicó.
También se refirió a lo problemático que resultan los criterios de evaluación a los que son sometidas las investigaciones en el área de ciencias sociales, artes y humanidades. “Es parte de la labor de la Universidad hacer ver esas falencias y abrir un espacio para que las ciencias sociales puedan tener un impacto en la sociedad”.
Otro aspecto planteado por el Rector fue la relación de estas áreas con la de la salud. “Nunca ha habido sistemáticamente un lazo entre las ciencias sociales con un concepto amplio y real de salud (…) eso es algo que queremos hacer desde esta rectoría”.
Criterios de evaluación
El Decano de la FACSO, profesor Roberto Aceituno planteó que repensar los criterios de evaluación de las ciencias sociales, humanidades y de las artes no significa renunciar a ellos. “El punto es de otro orden (…) Hay que adecuar un protocolo, un criterio y la forma de pensar nuestros procesos de acuerdo a la complejidad de lo que estamos realizando cotidianamente”, dijo.
Diagnosticó también la existencia de una “mercantilización” en este ámbito ya que se “transforma la relación de los productos académicos en bienes de consumo o de transacción mercantil, donde la evaluación de esa producción es, generalmente, individual”. En esa lógica “se ha traspasado a nuestra forma de pensar la idea de que lo que no se mide no existe”.
“Efectivamente tenemos que tener criterios para medir lo que hacemos, incluso criterios objetivos, pero hay una evaluación global, una concepción general de nuestras prácticas que daña el valor de las cosas, que no necesariamente se puede traducir en indicadores medibles de manera del todo objetiva”, explicó el profesor Aceituno.
Otros temas tratados en el encuentro fueron cómo las uiversidades replican el modelo de evaluación que viene de parte de las instituciones que financian (y el condicionamiento político y de modelo), perjudicando igualmente la producción académica y científica en estas áreas del conocimiento; el poco énfasis en las temáticas de cada región que podrían ser abordadas por sus universidades y el centralismo del financiamiento a la investigación.
En este coloquio participaron académicos de la Universidad de Chile y representantes de otras instituciones, entre ellos el profesor César Méndez, director de Investigación de la FACSO; los directores alternos de la Iniciativa Bicentenario, Loreto Rebolledo y Pablo Oyarzún; las profesoras FACSO Victoria Castro y Svenka Arensburg; Cristóbal Holzapfel y Pablo Duarte del Consejo de Evaluación de la Universidad de Chile; Jaime Barrientos, profesor de la Universidad Católica del Norte; Francisco Martínez, Jefe de la División Superior del MINEDUC; Astrid Waltermann de Iniciativa Científica Milenio; Francisco Brieva, Director de Conicyt; Matko Koljatic, presidente de la Comisión Nacional de Acreditación, entre otros.
