Desde el 15 de julio al 16 de agosto

Profesor presentará exposición con esculturas de los presidentes de Chile

Profesor presentará exposición con esculturas de presidentes de Chile
Parte las esculturas de los ex mandatarios chilenos, que se podrá apreciar en la Galería de los Presidentes.
Parte las esculturas de los ex mandatarios chilenos, que se podrá apreciar en la Galería de los Presidentes.
"Galería de los presidentes" se titula la exposición del académico del Depto. de Artes Visuales, Luis Montes Rojas que se inaugurará este martes 14 de julio en el MAC Parque Forestal a las 19:30 hrs.
"Galería de los presidentes" se titula la exposición del académico del Depto. de Artes Visuales, Luis Montes Rojas que se inaugurará este martes 14 de julio en el MAC Parque Forestal a las 19:30 hrs.
Un trabajo que surge luego de que el profesor Montes se enterara, hace ya varios años atrás, que existía un lugar en el Palacio de La Moneda donde se ubicaban los bustos de los presidentes de Chile.
Un trabajo que surge luego de que el profesor Montes se enterara, hace ya varios años atrás, que existía un lugar en el Palacio de La Moneda donde se ubicaban los bustos de los presidentes de Chile.
Galería de los presidentes, pone en cuestión la historia desde un camino distinto del que ha planteado la historiografía tradicional.
Galería de los presidentes, pone en cuestión la historia desde un camino distinto del que ha planteado la historiografía tradicional.

Esculturas de los bustos de ex mandatarios chilenos se podrán apreciar en Galería de los Presidentes, exposición del artista visual, Luis Montes Rojas, que se inaugurará este martes 14 de julio a las 19:30 hrs., en el MAC Parque Forestal.

Un trabajo que surge luego de que el profesor Montes se enterara, hace ya varios años atrás, que existía un lugar en el Palacio de La Moneda donde se ubicaban los bustos de los presidentes de la República. “Conocía algunos antecedentes, aunque muy vagos, de la historia de los bustos perdidos, destruidos, de un patrimonio que existió pero que a ciencia cierta, nadie conoce. Por lo tanto me pareció que este lugar distante, imaginado, por no decir mítico, guardaba una historia sobre la cual nadie se había fijado particularmente”, explicó el artista.

De allí que el escultor comenzó una reflexión en torno a la articulación de una historia alojada en los objetos, según sus propias palabras, “albergada en esculturas perdidas, y por lo tanto en una historia que puede ser reflexionada desde el arte y particularmente desde la propia escultura”.

De esta forma, arte e historia se unen dando paso a representaciones -copias de esculturas del siglo XIX- reproducidas a partir de fotografías y que no representan a ningún personaje en particular. Son tres modelos que se repiten sin ningún patrón estricto, hasta juntar treinta, el número de presidentes desde Bernardo O’Higgins hasta Salvador Allende, que dan cuenta de la manera en que la escultura ha participado de la construcción de la historia oficial. “Si existiese un eje disciplinar equivalente a una pregunta central para la escultura tendría que ver necesariamente con el tiempo, y en consecuencia, con la historia. La escultura ha participado de la construcción simbólica del poder mediante su capacidad de materializar la permanencia: el bronce y la piedra hacen posible avizorar la eternidad”, señaló Luis Montes.

Pero más allá de reforzar los pasajes conocidos de la historia de nuestro país, Galería de los Presidentes pone en cuestión la manera en que la historiografía tradicional ha abordado ciertos acontecimientos, “esa relación con el patrimonio perdido, en este caso, la colección de esculturas destruidas, es pertinente  a esa reflexión porque establece una relación a nivel metafórico con lo acontecido. No necesariamente al nivel de requerir una verdad para instalarse. Al contrario, siguen siendo sólo preguntas porque, quizás, es ese el lugar del arte”, indicó el escultor.

La inmortalización de la historia de Chile

La muestra además busca reivindicar el rol del artista como sujeto de historia y el arte como instrumento para posibilitar miradas hacia el pasado que lo revisan críticamente: “Ese patrimonio escultórico que es historia oficial y que es parte de mi acervo, también forma parte de mi territorio, y por lo tanto es también material para mi proyecto autoral, porque el arte es contemporáneo cuando trabaja relaciones de índole significativa que pone en conexión distintos tiempos y lugares”, reconoció el artista.

-¿Por qué rescatar, a través de tu obra, un capítulo casi oculto de la historia de Chile?

No hay muchos vestigios materiales de lo que ocurrió. Recuerdo que cuando era niño y estudiaba en el Conservatorio de Música en calle Compañía, me tocaba pasar a menudo por frente a La Moneda y me impresionaba que todavía eran perceptibles las huellas de las balas, los parches que se distinguían por una leve diferencia de color. La Moneda no sólo fue restaurada, después fue higienizada. Hoy se ve blanca y sin fisuras, no hay muchos vestigios del bombardeo. Algunos de ellos se exhiben como restos arqueológicos en las visitas guiadas, esculturas rotas, algún objeto, una bandera. Es interesante para dimensionar la magnitud del acontecimiento, estudiar los antiguos catálogos con las viejas fotografías del álbum de Walton, de 1915 por ejemplo, y compararlas con la edición que publicita los nuevos salones resultantes luego del reacondicionamiento del Palacio en los 80, después de la destrucción del golpe. Nuevos salones y decoración comprada en anticuarios que intenta inútilmente ponerse al nivel de lo que le preexistía.

-La historia ha formado parte importante de tu trabajo escultórico ¿por qué te has centrado en ese ámbito?

Los hombres se mueren, pero lo esculpido queda para siempre, transporta lo representado hacia otro tiempo, algo así como “un paraíso para los civiles”, el lugar donde los próceres que simbolizan lo bueno, no mueren. Por esta razón es que llevo más de 15 años recopilando historias de esculturas, buscando imágenes y anotando detalles, porque me interesan las historias alojadas en ellas, historias que a veces se incrustan en la materia, como balazos, golpes, huellas, fracturas o desapariciones, como también las historias representadas simbólicamente, monumentos erigidos para conmemorar batallas, espacios construidos para instituir políticas, y también aquellos proyectos escultóricos que han quedado truncos y cuyo vacío forma parte de la construcción histórica, política e ideológica de nuestro país. En definitiva, esta exposición reflexiona estéticamente acerca de nuestra propia historia, nos pone ante un escenario ficcionado sobre un lugar que ha quedado distanciado en el tiempo (y también en el espacio), pero que sirve para construir una zona que permite asumir que -como dice Sergio Rojas- el pasado no ha pasado y que, al contrario, sigue haciendo preguntas hacia el presente.

-¿Cuál es el objetivo de la pieza audiovisual que también se exhibe en la muestra?

La pieza audiovisual da cuenta de la acción del fuego sobre los bustos, pero nunca hace aparecer a quien realiza la acción. Sin embargo, todo lo que acontece en la instalación es producto de ese accionar del fuego sobre las esculturas, y por lo tanto visualmente tiene que estar. Así lo performático de la obra, si bien queda velado, aparece con fuerza en dos condiciones: la primera, es que el quemar un rostro es una acción violenta, aún en la distancia que propone la representación, es un instante en que se encuentran dos cuerpos, uno accionando sobre otro; y la segunda, es que el oficio de escultor propone también el modelar la materia, esta vez directamente con fuego, lo cual sitúa esa performance en una acción más bien propia del quehacer disciplinar. En ese sentido es que la situación se vuelve tremendamente significante, pues lo verdaderamente violento no ocurre aquí ni ahora, ocurrió en otro tiempo y en otro espacio, y ya no hay vuelta atrás, no se puede reconstruir esa historia mitificada del Estado como un continuo intangible, como tampoco se pueden reponer los mármoles perdidos con toda su promesa de eternidad pulverizada, hecha pedazos.

Además de las piezas escultóricas y el video, los visitantes de Galería de los Presidentes obtendrán un catálogo que forma parte importante de la obra. Así lo reconoció el propio expositor quien explica: “En el catálogo hay un proyecto visual que se pone en ejecución desde la fotografía, el diseño y la referencia al video, pero sobre todo, contiene dos textos, escritos por Mauricio Bravo y Sergio Rojas que son fundamentales para configurar un total, porque la obra exigía esa textualidad. El papel de ambos no es casual, son ellos quienes han establecido discursivamente el acontecer de la escultura contemporánea a través de su reflexión escrita, materializada en textos decisivos como los del catálogo de la exposición Delicatessen del año 2000. Hoy conformamos, junto a Claudia Páez, un equipo de trabajo que lleva a cabo una investigación sobre escultura contemporánea financiada por Fondart que ha ido entregando detalles muy interesantes acerca de cómo podría ser posible constituir un campo disciplinar, instituirlo a partir de una reflexión sobre éste. Para Galería de los Presidentes sus textos abordan justamente esos vínculos, escultura e historia, que son los ejes del proyecto”.

Finalmente, el escultor Luis Montes Rojas se mostró agradecido con el espacio brindado por el MAC. Un lugar calificado como el idóneo para el montaje de esta puesta en obra, por el carácter de museo universitario, que permite acoger una propuesta que asume ciertos riesgos simbólicos. “El MAC plantea aquella posibilidad de constituirse como una zona de confluencia donde se ha instalado lo más interesante del arte contemporáneo pero desde una perspectiva académica que permite una reflexión profunda y que se abre a la comunidad. Creo sinceramente que el MAC cumple con una función que pone de relieve el papel de la Universidad y su relevancia para Chile, y en este lugar se materializa el carácter que la diferencia de todas las otras casas de estudio. Todo esto es coherente con el principio que motiva Galería de los Presidentes, y por ende, es el lugar donde podía materializarse un proyecto de obra que se funda en el trabajo de académicos, a partir de la investigación al interior de la universidad pero que se propone entablar un diálogo con la comunidad”, sentenció.