Columna de opinión

¿Una receta para el éxito deportivo del país?

Columna: "¿Una receta para el éxito deportivo del país?"

Luego de 17 días de Juegos Olímpicos, las opiniones cruzadas, las reflexiones al aire y las críticas descarnadas han surgido de manera espontánea en contra del desempeño nacional. Muchas de ellas han emanado de un análisis rápido o emocional de los resultados, otras quizás en respuesta a no poder seguir celebrando primeros lugares o, paradojalmente, producto de la sobreinformación que recibimos y que termina generando desinformación.

De cualquier modo, quienes trabajamos y amamos el deporte, debiéramos preocuparnos profundamente, pues este hecho denota la poca claridad sobre lo que estamos haciendo como país para responder a nuestras propias expectativas deportivas. Es ahora cuando debemos detenernos a pensar con seriedad y proyección de largo plazo.

No se trata de colocarnos el gorro de cocinero y proponer recetas, como si los resultados y modelos deportivos tuvieran ingredientes exactos para combinar de maneras específicas. Sabemos que más allá de conocer las experiencias exitosas de otros países, lo oportuno es sentarnos a diseñar nuestro propio modelo deportivo. Sin embargo, a la hora de pensar ese propio modelo no está demás preguntarnos ¿Qué podríamos recoger de otros modelos exitosos? ¿Qué ingredientes nos servirían para un buen resultado?

Vistas así las cosas, uno encuentra tres o cuatro ingredientes que se repiten en la mayoría de los modelos exitosos, el primero de ellos es la COLABORACIÓN. La participación activa de todos los actores involucrados, en un trabajo multisectorial y multidisciplinar donde participemos todos en la definición de plataformas interrelacionadas, resulta preponderante. Esto es, considerar al menos a las Instituciones de Educación (parvularia, básica, media, técnico profesional y educación superior), Municipios y Comunas, Ministerios (Deporte, Educación, Salud, Turismo, Cultura, Desarrollo Social, Trabajo y Obras Públicas), COCH, Federaciones Deportivas, Organizaciones Deportivas y Empresas Privadas.

El segundo ingrediente es la ESTABILIDAD que permita la implementación, ejecución y consolidación de un modelo y sus respectivas plataformas. No existe evidencia de experiencias exitosas que logren consolidarse en menos de 12 años o el equivalente tres ciclos olímpicos. Esto obliga al modelo a sostenerse en instituciones permanentes, con estabilidad político-administrativa, sean éstas públicas o privadas. Un tercer ingrediente común es una fuerte inversión en COMPETENCIAS internas masivas y de alta calidad, en todos los niveles de desarrollo deportivo posibles, contemplando una alta inversión en este ítem y en todos los aspectos conexos que esto objetivo conlleve. Un cuarto ingrediente, y no menos importante, es la FORMACIÓN y capacitación de profesionales ad hoc para el éxito del modelo. Esta formación debe responder tanto a las necesidades inmediatas, como a los desafíos futuros.

Más importante, entonces, que asegurar o anunciar de antemano las disciplinas deportivas que Chile debiera desarrollar o los recursos a invertir para obtener una medalla en los JJ.OO., es darnos a la tarea de pensar, construir y comprometernos con un modelo propio, pertinente para nuestro país. Los buenos resultados serán la consecuencia.

Finalmente, es necesario relevar que las experiencias exitosas en el mundo muestran que sea cual sea el modelo adoptado, el rol de las universidades es fundamental. Y la Universidad de Chile no sólo está preparada para colaborar en esta construcción, sino que también está dispuesta a colaborar y ser protagonista de esta importante transformación.