Tecnología y sociedad

Los biohackers llegan a la U. de Chile: Estudiantes sacan la ciencia a las calles

Biohacking en la U. de Chile: Estudiantes sacan la ciencia a las calle
 Benjamín Zamora, Jerónimo Herrera, Nicolás Narváez y Tac Chiu, son estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, parte del colectivo Vilú Biohacking.
Benjamín Zamora, Jerónimo Herrera, Nicolás Narváez y Tac Chiu, son estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, parte del colectivo Vilú Biohacking.
El grupo, liderado por los estudiantes de Beauchef desde 2015, apunta a tender puentes entre la ciencia y la ciudadanía.
El grupo, liderado por los estudiantes de Beauchef desde 2015, apunta a tender puentes entre la ciencia y la ciudadanía.
 Charlas y encuentros de difusión sobre Biohacking y el desarrollo de proyectos científicos que sean un aporte a la comunidad son parte de los desafíos actuales del colectivo.
Charlas y encuentros de difusión sobre Biohacking y el desarrollo de proyectos científicos que sean un aporte a la comunidad son parte de los desafíos actuales del colectivo.

Benjamín Zamora, estudiante de tercer año de la carrera de Ingeniería en Computación de la FCFM, repite conceptos como “ciencia colaborativa”, “laboratorios comunitarios”, “opensource” y “hágalo usted mismo”. Zamora, es parte de Vilú Biohacking, grupo que lidera junto a un grupo de compañeros de la facultad y que hoy está conformado además por abogados, ingenieros, biólogos y artistas, que se fueron sumando en estos años, y quienes inspirados en el movimiento Biohacking, apuntan a practicar la ciencia lejos de la academia y la empresa y cerca de la ciudadanía.  

“El Biohacking es un movimiento social-científico que buscar acercar la ciencia y la tecnología de alto nivel a la comunidad, a quienes no están vinculados directamente con el desarrollo del área científica”, afirma el estudiante de ingeniería, cuyo colectivo trabaja en FabLab de la FCFM, el primer laboratorio de fabricación digital, abierto y gratuito del país. 

“Un hacker desborda pasión, creatividad y por ende tiene expertise en algún área”, agrega Tac Chiu, también estudiante de ingeniería de la FCFM y miembro de Vilú Biohacking, quien detalla que los hackers "se caracterizan porque construyen plataformas, sistemas y conceptos para comprender y dominar los componentes de manera aislada, luego su ensamblamiento y posterior liberación. Sus motivaciones son de  valor social y entretención”.

Los hackers liberan el conocimiento a través del “opensource” o código abierto, que implica un registro, documentación y divulgación del conocimiento en redes colaborativas globales. El conocimiento socializado permite que los proyectos avancen de forma exponencial gracias a diversas miradas.

En ese sentido, los laboratorios comunitarios también adquieren importancia porque son espacios compartidos y auto-organizados, en que se refuerza la multidisciplinariedad. Se basan en códigos de seguridad de trabajo y de éticas compartidas. Para el estudiante de ingeniería de la FCFM,  Nicolás Narváez, “lo esencial  del movimiento es hacer que las tecnologías que se generen en el ámbito científico, se puedan proveer en espacios comunitarios, algo muy distinto a un laboratorio privado. Lo importante es eliminar el analfabetismo científico que hay en la población, realizando talleres, actividades y proyectos abiertos”.

Laboratorios montados en casas con equipos construidos a pulso, impresoras 3D que permiten la elaboración de soluciones tecnológicas a bajo costo, y científicos que decidieron dar un vuelco a la tradición haciendo nanotecnología, ingeniería genética, vacunas e implantes tecnológicos, entre otras herramientas, son hoy una realidad concreta alrededor del mundo, y el grupo de Biohackers de la Casa de Bello tiene puesta su mirada en ese horizonte que hoy se multiplica.    

“Estamos tratando de demostrar que hay problemas, principalmente en Chile y en Latinoamérica, que se pueden solucionar con tecnología que no es difícil de usar”, dice Benjamín Zamora, quien advierte que hoy consolidar la idea de ciencia colaborativa y de que no es necesario ser un experto para trabajar en ciencia es clave para poder desarrollar proyectos científicos fuera de los espacios convencionales. 

Difusión y desarrollo de proyectos

El desarrollo de proyectos que respondan a las necesidades del país y la difusión del Biohacking en Chile, son dos desafíos en los que se enfoca hoy el trabajo de Vilú Hacking.

En este contexto fue elaborado “Vektor”, el primer dispositivo desarrollado por este colectivo y el cual marca el inicio de su camino por la ciencia independiente.  

“Vektor” es un cintillo elaborado para personas con baja o nula visión,  que cuenta con ocho motores que vibran a distinta intensidad guiando al usuario. “En el mismo cintillo hay un magnetómetro, que es una brújula digital, que capta las diferencias de campos magnéticos y con eso puede tener la orientación de hacia dónde está el norte magnético de la tierra”, explica Zamora. Este magnetómetro permite saber la referencia geográfica al usuario y así, una vez que el dispositivo se conecte a una aplicación –similar al de Google Map–, permitirá procesar los datos del lugar donde se ubica el usuario y el destino a dónde éste quiera llegar, y por medio de las vibraciones se le irá indicando el camino que se debe seguir.

“La idea es mantenerse bajo los principios del "opensource", donde se mantiene la estructura libre de todos los proyectos. Por ejemplo, los modelos 3D que vamos a utilizar para el cintillo, la parte electrónica del circuito, el código que vamos a utilizar para la aplicación –para la vibración de los motores– todo va a quedar abierto”.

Respecto a divulgación, el colectivo está embarcado hoy en dos proyectos: por un lado, como parte del comité organizador del evento “Tecno X,  Estudiantes Latinoaméricanos Articulando Tecnología” que se realizará en 2018 en Valparaiso, y en el que se presentarán proyectos de biohacking, de electrónica, robótica y otras áreas; y por otro, en la realización de talleres científicos  en el barrio Yungay, los cuales comenzarán el próximo mes de junio e irán rotando su locación entre las casas del sector, como una invitación abierta a la comunidad.