El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, emitió una carta dirigida a los estudiantes de esa casa de estudios con motivo de la ocupación de la casa central, manifestando que las tomas violentan la convivencia interna, por lo que hace una invitación a una reflexión.
En la misiva la máxima autoridad de la casa de Bello afirma que "es parte de la historia de Chile. Ambas historias se entrecruzan en forma permanente, porque los recintos universitarios han gozado y llorado los momentos más importantes de nuestra historia y han forjado mayores espacios de libertad y grandeza material y espiritual".
Luego añade que "La Universidad es un espacio público abierto al pensamiento libre, al derecho a disentir y ser escuchado, el lugar donde se desarrolla el pensamiento creativo libre de cualquier condicionamiento. Para ello siempre hemos reclamado nuestro carácter estatal y nuestra autonomía universitaria, que constituye la garantía para que ese espacio pueda existir".
En virtud de lo anterior, convoco una vez más a toda la comunidad universitaria a recuperar a través del diálogo el pleno respeto al principio de que dentro de los recintos universitarios no hay cabida a la violencia. Y quiero ser claro que me refiero a ningún tipo de acto violento. Esto significa que nos comprometemos todos en forma activa y pacífica a defender este principio, ya que actos violentos quiebran esta posición y provocan reacciones de la misma clase donde la comunidad universitaria pasa a ser solo observadora".
"Los actos de violencia ocurridos en recintos universitarios son inaceptables y causan gran daño para el futuro de la Universidad y el cumplimiento de sus compromisos republicanos y democráticos. Son actos que han generado gran molestia entre los miembros de la comunidad debido a que la convivencia se ha visto seriamente alterada, afectando elementos esenciales de nuestro ethos".
La carta del rector señala: "La violencia erosiona y destruye nuestro espacio, perfora las paredes que los contienen y permite que se altere su naturaleza. Se nos hace muy difícil, y a veces claramente imposible, defender las libertades que requerimos y exigimos cuando actos violentos ocurren dentro de nuestros recintos universitarios, y nos vemos enfrentados al dilema de aceptarlos o reprimirlos. Las tomas violentan nuestra convivencia interna y debilitan la fuerza de nuestra voz cuando defendemos con firmeza y convicción nuestro derecho a la crítica, a la movilización pacífica y a la autonomía universitaria, frente a la violencia de actos de represión que no aceptamos contra nuestros estudiantes, académicos y funcionarios".
Finalmente Pérez sostiene: "Invito a la comunidad a reflexionar sobre estos asuntos y adherir a este principio de no-violencia en los claustros universitarios que es esencial en la Universidad de Chile y nos permite la unión, el diálogo y la construcción de nuestra Universidad, que es de todos los chilenos y las chilenas".