Rodrigo Collío está en tercer año de Administración Pública y fue el encargado de representar a sus compañeros y compañeras en el hito de reconocimiento al compromiso de quienes acompañan el aprendizaje de sus pares a través de las tutorías coordinadas por Aprendizaje UChile, en cuyas oficinas de Casa Central, Rodrigo continuó sus tutorías en momentos de movilización, aprovechando siempre de utilizar la coyuntura para reflexionar e integrarla al proceso de aprendizaje grupal.
El ahora tutor acreditado, ingresó el año 2015 a la Casa de Bello “sólo con las ganas de querer ser un ejemplo para mi hermana menor y el orgullo de mi mamá”. Nació, creció y vive en Puente Alto, contó, y fue el primero en su familia en entrar a la universidad. En el inicio, Makarena, su tutora, fue fundamental. “Gracias a su apoyo pasé el primer año sin echarme ningún ramo, incluso, me iba bien. De ahí en adelante, siempre tuve presente la idea de ser tutor, porque sin mi tutora, “la Maka”, no hubiera podido sortear la exigencia académica que tiene esta universidad, y me hubiera tenido que ir, sólo porque entré con más esperanza que base académica”.
"Un lugar donde, más allá de las verdades, todas las realidades se tocan para construir un futuro común"
No sin antes reconocer la relevancia histórica de este semestre marcado por la lucha feminista que también llegó a las aulas para “quedarse, fortalecerse y erradicar de una vez por todas los abusos e injusticias que se cometen contra ellas: nuestras compañeras, profesoras y funcionarias”, Rodrigo subrayó el rol transformador y reparador de injusticias de la labor tutorial. “Siempre tuve presente -viendo a Makarena- que para ser tutor hay que estudiar harto y tener compromiso, motivación y sensibilidad ante las diferentes realidades que uno puede conocer. Hay que apoyar y demostrar, con responsabilidad y cariño, que uno está siendo tutor no porque quiera ampliar el currículo o por el dinero que se pueda ganar, sino porque hay que hacer justicia. En una sociedad tan desigual como la chilena en la que hay algunos que entran en la universidad desde el día en que nacieron y otros y otras que nos convencen de que eso es imposible por nuestro origen socioeconómico, en una suerte de predestinación, hay que dejar claro que eso no puede ser así, que hay que revertir la situación de la manera que sea”.
“Hoy la Universidad de Chile entiende que la diversidad es calidad. (...) El ingreso de estudiantes con diferentes realidades sociales, culturales y económicas son una oportunidad para el aprendizaje colectivo, para romper la burbuja y permitirnos pensar críticamente la sociedad para aportar en su mejora. Asegurar la permanencia de estos estudiantes, permite que la Universidad sea un universo donde al ver la diferencia del otro podamos cultivar respeto, tolerancia, equidad y justicia. Exactamente allí está nuestro desafío y rol como tutores y tutoras, en permitir que la Universidad de Chile sea realmente un lugar donde, más allá de las verdades -como dijo Andrés Bello-, todas las realidades se tocan para construir un futuro común”, finalizó.
Haciendo referencia precisamente a las causas comunes, la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés, señaló que “eso es muy característico de la Universidad de Chile, el que nos sorprende y nos convoca a tomar causas que no imaginábamos, que nos muestra un país que es distinto, más complejo, más interesante y vamos encontrando cada uno nuestro lugar a través de la interacción con otros”.
“Ustedes, en particular, han escogido una causa muy noble y que tiene que ver con hacerse responsable del aprendizaje de otros”, dijo la vicerrectora Devés, quien recordando una lectura de Lee Shulman que terminaba con la autocrítica de que a su escrito le faltaban tres cosas importantes: la emoción, la colaboración y la centralidad de la confianza en el proceso de aprendizaje, enfatizó en que precisamente esas tres características son parte importante del programa de tutores. “Pensaba que Shulman habría estado orgulloso de verlos”, puntualizó.
“Lo que nos compartió Rodrigo hace un rato ilustra mejor que nada lo que es este programa, lo que es esta universidad y lo que queremos seguir siendo”, indicó la directora del Departamento de Pregrado, Leonor Armanet, quien finalizó la ceremonia diciendo que “voy a usar tres palabras que tú usaste, Rodrigo. Para mí es un honor, un gusto y para la Universidad es un orgullo tener estudiantes como ustedes, que tienen en el centro el compromiso, la solidaridad, la responsabilidad por lo que es este país y por lo que queremos que sea”.
Para quienes deseen ser parte del equipo de tutores y tutoras de Aprendizaje UChile
Aprendizaje UChile trabaja desde el año 2013 en el acompañamiento de estudiantes que ingresan por distintas vías especiales de admisión, preferentemente en primer año académico y con un foco en retención, favoreciendo su inclusión.
Hoy los programas de acompañamiento, presentes en todas las unidades académicas de la Universidad de Chile, cuentan con un cuerpo activo de más de 150 tutores y tutoras, quienes en 2017 trabajaron, en sus distintas modalidades, con más de 2000 estudiantes.
Para los y las estudiantes que quieran unirse a este equipo el segundo semestre, pueden conocer más y postular hasta este viernes 13 de julio en: convocatoria tutores y tutoras UChile.