Gran convocatoria tuvo la mesa redonda "Cambio climático en Chile y Disponibilidad de Agua", organizada por el Área de Humanidades de la Escuela de Ingeniería y Ciencias de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
En la iniciativa, que se realizó en el Auditorio Gorbea, participaron estudiantes, académicos y público general. Moderada el vicedecano de la FCFM, Patricio Aceituno, la actividad contó con la presencia de los expositores Humberto Fuenzalida, Ph.D en Ciencias Atmosféricas y académico del Departamento de Geofísica de la Facultad, y Humberto Peña, miembro del Comité Técnico de la Asociación Mundial del Agua (GWP) y ex Director General de la Dirección General de Aguas.
Dando a conocer algunos de los resultados del "Estudio de la Variabilidad Climática en Chile para el Siglo XXI" encargado por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) al Departamento de Geofísica (DGF) de la FCFM, Humberto Fuenzalida fue el encargado de abrir la jornada. Durante su exposición repasó los aspectos técnicos que se aplicaron en el estudio como, por ejemplo, la elección del modelo climático regional PRECIS, con el que se simularon los posibles escenarios climáticos para Chile entre el 2071 y 2100, y cuyos resultados dependieron de los factores asociados a cada uno de ellos.
El profesor Fuenzalida centró su análisis en dos factores: temperatura y precipitación. De acuerdo con los resultados, en Chile se produciría un aumento de temperatura que fluctuaría entre 2 y 4 grados. Las precipitaciones, en tanto, si bien se acrecentarían en la zona norte, disminuirían en alrededor del 30% en la zona central.
Ante este panorama -precisó el académico- el impacto negativo se vería reflejado en los recursos hídricos de nuestro país, problemática que plantea diversos desafíos, ya que a la posible reducción de agua lluvia y a la menor concentración de nieve se debe sumar que la infraestructura del sector está diseñada de acuerdo con las actuales características del clima y los conflictos de intereses involucrados en el área.
Estos efectos fueron posteriormente analizados por Humberto Peña, quien destacó que, ante la realidad del cambio climático, el país debe tender hacia un proceso de adaptación que debiera seguir tres líneas de acción: monitoreo constante del sistema a través de estudios; desarrollo y acondicionamiento de la infraestructura del sector hidrológico, y optimización de los recursos hídricos por medio de una gestión más eficiente.
Para ello, explicó Peña, las tareas que se debieran abordar son las mismas que se utilizan para enfrentar la variabilidad actual de los sistemas hidrológicos; "no debieran ser agendas distintas, deben ser líneas de trabajo que vayan en la misma dirección", enfatizó.
Peña ejemplificó la amenaza hidrológica a través de los glaciares. En su opinión, tanto en la zona norte como en el sur los impactos serán escasos. Sin embargo, en la zona central, entre el Aconcagua y Rapel, será más significativo, ya que el recurso es aprovechado para diversas labores, especialmente las vinculadas al sector agrícola.
Esta situación -especificó- no sólo plantea desafíos a los privados que invierten en los sectores vulnerables, sino también para los habitantes del área y las autoridades, quienes deberían crear políticas que ayuden a mitigar estos efectos en la economía nacional, en lo social y medioambiental.