En junio de este año, un convenio entre la Universidad de Chile y la Cámara Chilena del Libro oficializó la creación del Observatorio del Libro y la Lectura (OLL). A seis meses de ese primer gesto, esta iniciativa transdisciplinaria continúa con su trabajo de estudio y reflexión sobre índices de lectura, comportamiento lector y flujo editorial en Chile, entre otras materias.
Este miércoles 5 de diciembre el ilustre historiador francés Roger Chartier, Dr. Honoris Causa de nuestra Institución, se convirtió en miembro honorario de esta instancia. En presencia del Presidente de la Cámara Chilena del Libro, Arturo Infante, y Alejandra Araya, Directora del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile -ambos miembros del Consejo del OLL- el Prof. Chartier recibió el diploma junto a un textil rapanui realizado por la artista Noemí Pakarati, que reproduce un petroglifo logrado por medio de una técnica de calco sobre el original en piedra, lo cual rescata la antigua técnica de escritura de este pueblo.
Luego de este acto, se llevó a cabo la Conferencia el historiador sobre el libro, la lectura y su evolución con las nuevas tecnologías, actividad que fue posible gracias a la Vicerrectoría de Extensión que organizó esta actividad abierta a todo público.
Previamente, Roger Chartier tuvo su primera reunión con el Consejo del Observatorio del Libro y la Lectura y otros invitados en el Archivo Central Andrés Bello -el martes 4 de diciembre-, en la cual se discutieron las tendencias del libro a nivel mundial y local, además de adentrarse en las posibilidades de investigación y acción de este naciente observatorio.
El libro en la era digital
"En un cierto sentido en el mundo digital todas las entidades textuales son como bancos de datos que procuran fragmentos cuya lectura no supone de ninguna manera la comprensión o la percepción de la obra en su identidad singular", planteó el académico respecto a la existencia del libro en el contexto actual de la tecnología y la masividad de los medios digitales. Chartier apuntó que la originalidad y la importancia de la revolución digital consta en que obliga al lector contemporáneo a abandonar todas las herencias pasadas" ya que la textualidad digital no utiliza más la imprenta, por lo menos en su forma tipográfica, ignora el libro unitario y está ajena a la materialidad del códice".
Junto a esto explicó que esta revolución digital es original por significar al mismo tiempo una revolución de la modalidad técnica, de la producción, de la reproducción y de la circulación de lo escrito. Una revolución de la percepción de los textos en su forma de inscripción y una revolución de las prácticas de lectura frente a los textos. Ello, comentó, genera una inquietud en aquellos lectores que entraron al mundo digital habiendo nacido en los hábitos de la cultura impresa "porque deben transformar sus hábitos y sus percepciones. También está el desafío de identificación del libro entendido como obra, el libro entendido como objeto cuya existencia empezó durante los primero siglos de la era cristiana y que parece desaparecer en el mundo de los textos electrónicos", añadió.
"Las pantallas del presente no ignoran la cultura escrita sino que la multiplican y la hacen proliferar"
"Se habla de la desaparición del libro; y creo que es imposible", declaró Borges en 1978. Roger Chartier afirmó que hoy en día podemos mantener tal certidumbre: "La realidad del presente está caracterizada por una nueva técnica y forma de inscripción, difusión, multiplicación y apropiación de los textos ya que las pantallas del presente no ignoran la cultura escrita sino que la multiplican y la hacen proliferar".
A pesar de que aún no se sabe cómo esta nueva forma de lectura está transformando y transformará la relación de los lectores o de los usuarios del mundo digital con lo escrito, el historiador francés invitó a los presentes a recordar que en la historia de la cultura escrita cada mutación produjo una coexistencia original entre los antiguos objetos que adquieren nuevas funciones y las nuevas técnicas y prácticas. "Es tal vez semejante reorganización de la cultura escrita la que la revolución digital obliga a buscar dentro del nuevo orden de los discursos que se establece. Por ejemplo, Los Diálogos de Platón fueron leídos en el mundo de los rollos, fueron copiados y publicados en códices manuscritos, fueron transformados en libros impresos y hoy en día pueden leerse frente a la pantalla. Tampoco debería morir el libro como objeto porque este cubo de papel de hojas es todavía el objeto más adecuado a los hábitos y expectativas de los lectores que entablan un dialogo intenso y profundo con las obras que es hacer, pensar, desear o soñar", expresó.
¿Cómo caracterizar la lectura del texto electrónico?
Para comprender este fenómeno Roger Chartier se refirió a dos planteamientos de Antonio Rodríguez de la Cerda. Por un lado la consideración de que la pantalla nunca es una página, "sino que es más bien un espacio de tres dimensiones que metafóricamente tiene profundidad. El espacio digital es el texto mismo y no su soporte, la lectura se debe pensar como desplegando este texto o una textualidad blanda, móvil, infinita", sostuvo. Por otro lado el hecho de que esta lectura dosifica el texto, "sin necesariamente atenerse al contenido de una página. Esta lectura discontinua es segmentada, supone una lectura rápida, fragmentada, que busca informaciones", añadió el académico.
Esta lectura fragmentada es conveniente para obras de naturaleza enciclopédica, "que nunca fueron leídas desde la primera voz hasta la última página, pero parece inadecuada frente a los textos cuya apropiación supone una lectura continua, atenta, la percepción del texto como creación original".
"¿Morirá el libro?", se preguntó Chartier. "La respuesta pertenece a los nativos digitales, a los que nacieron como lectores dentro de una pantalla y que identifican cultura escrita y textualidad digital. Son sus prácticas más que nuestros discursos las que van a decidir la supervivencia o la muerte", concluyó.
"La incorporación de Roger Chartier es un espaldarazo para el Observatorio"
El Presidente de la Cámara Chilena del Libro, Arturo Infante afirmó que "para el Observatorio del Libro y la Lectura este nombramiento es un espaldarazo. Especialmente por la envergadura y la trayectoria de Roger Chartier. No solo por su condición de intelectual y académico, sino por ser una persona que conoce nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra literatura".
"Tener la oportunidad de escuchar a un intelectual que está totalmente vigente como Roger Chartier tiene gran valor para los estudiantes", comento José Velásquez de la Facultad de Filosofía y Humanidades, quien destacó de la clase magistral la forma en que entrelazó la historia del libro en la época moderna con el fenómeno de la irrupción de los soportes digitales.
Mientras, Marcela Donoso, de la misma Facultad, dijo que ya había asistido a una conferencia del historiador francés en 2008 cuando fue nombrado Dr. Honoris Causa de la Universidad de Chile. "En esa ocasión presentó un análisis de la dualidad de este elemento como objeto y discurso y en ese sentido esta exposición fue un buen complemento", apuntó.
Sobre Roger Chartier
Historiador francés, representante de la cuarta generación de la Escuela de los Annales, es director de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París y coeditor, junto a Georges Duby, de la Historia de la vida privada. Su producción como autor es abundante y se ha especializado en historia del libro a partir de la relación entre los textos y los lectores, indagando en los aportes de autores clave en este diálogo, como Michel Foucault y Michel de Certeau. Se trata de un investigador de gran relevancia en el debate humanista actual y entre sus títulos más destacados se encuentran: El mundo como representación, El orden de los libros, Estudios sobre historia cultural, Sociedad y escritura en la Edad moderna y Espacio público y desacralización en el siglo XVIII.