Nuevos bríos para el arte
Constituye un honor para Chile recibir por segunda
vez una selección de la Bienal de Sao Paulo, correspondiente
a la versión número 26 de uno de los encuentros internacionales
más importantes y acreditados de las artes visuales contemporáneas.
Antes, en 2002, habíamos recibido una muestra similar, correspondiente
a la versión anterior de la Bienal, siendo entonces la primera
oportunidad en que una selección de sus obras salía
a una nación extranjera. Nuestro país se siente agradecido
y orgulloso por este doble regalo, y alberga la esperanza de que
el camino ya iniciado por la Fundación Bienal de Sao Paulo
y nuestro Museo de Arte Contemporáneo se transforme en una
tradición.
Es por esa razón que en mi condición
de Presidente de Chile sumo estas palabras a los demás textos
introductorios del catálogo de la selección, que han
estado a cargo de personas a quienes es preciso agradecer especialmente.
Me refiero al Embajador de Brasil en nuestro país, Gelson
Fonseca; al Presidente de la Fundación Bienal Sao Paulo,
Manoel Francisco Pires da Costa; al curador de la Bienal, Alfons
Hug; y al Director del Museo de Arte Contemporáneo, Francisco
Brugnoli.
Considero de primera importancia estas alianzas
en el terreno de las artes entre instituciones de Brasil y Chile,
más aún tratándose de una itinerancia única
y que da cuenta de muy representativas obras visuales del arte actual
en el mundo. Son actividades como éstas las que permiten
el diálogo entre los pueblos y las diferentes culturas, y
la interlocución, asimismo, entre los artistas que exponen
y nuestros propios artistas, expertos y público que concurrirá
a ver esta muestra para disfrutarla y aprender de ella.
Desde el 31 de marzo hasta el 5 de junio de 2005
tendremos entre nosotros obras de 26 artistas americanos, europeos
y asiáticos de primer nivel, a través de las cuales
podremos formarnos una mejor idea del estado actual de las artes
visuales y de la percepción que sus autores tienen de las
complejas transformaciones culturales que se experimentan en la
actualidad, las cuales, sin el concurso de los artistas, sería
imposible interpretar y comprender cabalmente.
Esta selección no llega a la tradicional
casa de nuestro Museo de Arte Contemporáneo en el Parque
Forestal de Santiago. Llega al nuevo espacio que ese Museo ha instalado
en Quinta Normal y en el que permanecerá mientras se realizan
las obras de reparación que aquella casa exigía. Sin
embargo, lo interesante es que este nuevo espacio del museo no es
transitorio, no es un simple lugar de paso. Una vez concluidos los
trabajos en la sede principal, este espacio se transformará
en la segunda casa del museo, creándose de ese modo nuevas
y más amplias posibilidades para la muestra y difusión
de sus obras. El Museo de Arte Contemporáneo tendrá
ahora una segunda sede, o una sede paralela, si se prefiere decirlo
así, que estará ubicada en un parque que es santuario
de la naturaleza y en un ámbito del sector poniente de la
capital donde hay otros siete museos, donde realiza sus actividades
el Centro Cultural Matucana 100 y donde estamos construyendo la
futura Biblioteca de Santiago.
Todas las antes mencionadas son circunstancias
felices que nos estimulan y hacen renovar nuestro compromiso con
el desarrollo cultural, artístico y patrimonial de un país
para el cual todo no es, ni debe ser, solamente economía.
El espíritu de un pueblo, sus señas de identidad más
perdurables y su capacidad para ser interlocutor reconocible en
un mundo que se globaliza, dependen en medida muy importante de
lo que sus artistas y hombres de cultura son capaces de producir.
Ya podrán evaluar los expertos, en su momento,
el impacto de estas dos selecciones que hemos recibido de la Bienal
de Sao Paulo. Por mi parte, deseo concluir reiterando los agradecimientos
del país por este privilegio, en la certeza de que ambas
muestras darán nuevos bríos, especialmente entre los
jóvenes, a la creación artística chilena.
RICARDO LAGOS
Presidente de la República
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