El Santiago que se fue

Epílogo

Capitán de amigos

(Pág. 331)

Voy dejando por mi estado de salud los encuentros como éste, que ustedes preparan en mi honor y como yo los paisajes vistos y los encontrados, conversaciones cruzadas con los caminantes de agua y de nuestra América.

Quisiera elevar cada una de mis frases de agradecimiento a tanto favor y otros dispensados en mis libros, acrecentando mi importancia.

Le escribo con una carencia de carácter, con mi ánimo lleno de angustia, moriré al abrigo y el cariño de la amistad.

Muchas gracias a usted, a todos los que me acogieron en estos días, cuando no puedo respirar. Soy un ser sin convalecencia.

La palabra me aprieta la garganta y no deja escapar mi agradecimiento.

Gracias, ustedes han sido mi rayo de luz entre muchas tinieblas.

(Carta postrera, a destinatario desconocido, de Oreste Plath, encontrada entre los documentos en los que trabajaba en sus últimos días).

 

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