Lima,
1926. Poesía rigurosa y de goce; "de rebelión", en
palabras de Octavio Paz. Palabra que se alimenta de pérdidas,
que aparece y huye, dando cuenta de una visión lúcida
y desencantada.
Perteneciente
a la generación del 50, la escritora encontró su propio
camino en la esencia de la tensión expresiva. En su obra
habita un ser estremecido por las condiciones de la existencia.
Revela una feminidad cuestionadora, que se hace fuerte en la debilidad.
En un inicio su lenguaje poético tuvo una inclinación
hacia el surrealismo, sin embargo, la trayectoria posterior no confirma
esta filiación. Con el tiempo la imagen se hace escueta,
al servicio de la idea y del pensamiento. Un viaje a París,
en 1949, la pone en contacto con el pensamiento existencialista.
En la poesía de Varela se irán acentuando la honda
reflexión existencial y los sentimientos de desencanto y
náusea, rasgos que invaden toda su producción al identificarse
con una manera personal de ver el mundo.
Libros
de poesía: Ese puerto existe (1959), Luz
de día (1963), Valses y otras falsas confesiones
(1972), Canto Villano (Poesía reunida 1949-1994),
Ejercicios materiales (1993) y El libro de barro (1993).
Selección
de poemas:
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