En la Colonia se practicaba un juego de origen italiano llamado truco, pero los españoles, en lugar de jugarlo en el suelo, lo hacían sobre una mesa con barandas y troneras, con dos arcos en su cubierta, uno en la parte superior y el otro en la inferior. Se jugaba con dos bolas que eran empujadas con un palo especial que en su extremo ostentaba un fierro curvo con el cual se hacía pasar la bola a través de los anillos o arcos. Los franceses, a fines de la Colonia, introdujeron una variante o derivado llamado billard, que desplazó al truco. Según, Benjamín Vicuña Mackenna, la introducción de los billares se debe a los marinos franceses. Desde la Independencia, el billar se divulgó ampliamente. Se jugaba sobre una mesa rústica, con tacos sin suela ni tiza. Por el año 1812 ó 1814 fue introducida la mesa con bandas de caucho. El año 1818 se le puso tiza al extremo del taco y los con suela aparecieron en Francia en 1827, pero se juega con ellos en Chile, desde el año 1832. Las primeras bolas que se usaron estaban hechas de hueso, por lo que eran muy quebradizas. Las bolas de marfil comenzaron a usarse a principios del siglo XVIII, cuando este juego de destreza contaba con tacos adecuados, y sobre una mesa rectangular forrada con paño, rodeada de barandas elásticas y con troneras o sin ellas. A fines del primer tercio del siglo XIX había muchos billares en Santiago, hasta llegar a los tiempos que se habló de salones de billares y clubes sociales que mantenían concursos y campeonatos. Entre las numerosas expresiones que produjo este juego está la palabra bolear que significa jugar al billar, por mera entretención, sin interés y sin convenir un partido. En la actualidad al billar lo desplaza el pool, que empezó su carrera en Chile, en la década del treinta. Para los niños, la industria del juguete fabrica mesas de billar. En el juego de las adivinanzas corre ésta sobre el billar:
Campo verde donde brincan
En Argentina se dice esta adivinanza sobre la bola de billar:
Origen. Se remonta a la Edad Antigua. Los griegos ya jugaban al billar en el siglo V antes de Cristo. La reina Cleopatra era aficionada a este deporte. Enrique Devigné, artista que floreció hacia 1570, modificó ventajosamente el juego. A él aluden William Shakespeare (1564-1616) en el drama Antonio y Cleopatra y el poeta inglés Edmund Spenser (1552-1599) en su Mother hubberds tale. Hay descripciones de este juego publicadas en 1674.
Denominación. Billar. Dispersión. En toda América. Comentario. Este juego ofrece diversas modalidades (carambolas, banda directa, tres bandas), según los países, aunque el principio fundamental es el mismo y está íntimamente relacionado con la teoría del choque de los cuerpos y la elasticidad del marfil, materia de la cual se fabrican las bolas usadas en el juego. Por el año 1892 se funda en Santiago la Casa van de Wyngard que se dedica a la fabricación de mesas de billar y que, por el año 1910, tenía una producción anual de 60 mesas. Las piezas fabricadas por esta casa poseían espléndidas barandas inglesas y de estilo americano y francés. Su precio de venta era un 30 por ciento más bajo que los billares importados. En la pintura chilena este juego está representado por Fernando Morales Jordan (1920) en su obra Jugando billar (1942), propiedad del Museo de Bellas Artes de Viña del Mar; Medardo Espinoza Castro (1918) con su xilografía El billar, colección Universidad de Playa ancha, Valparaíso, Chile; el dibujante Lukas (Renzo Antonio Giovanni Pecchenino Raggi, Ottone, Italia 1934 - Viña del Mar 1988) en su libro Sewell de la Mano de Lukas, figura un dibujo con este juego. Se le dio la nacionalidad chilena por gracia en 1987.
Bibliografía Juegos y alegrías coloniales en Chile. Eugenio Pereira Salas. Empresa Editora Zig-Zag, Santiago de Chile, 1947 Juegos y diversiones de los chilenos. Oreste Plath. Boletín de Educación Física de la Universidad de Chile [apartado] Organo del Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile. Imprenta Cultura. Santiago de Chile 1946 Historia de Santiago. Benjamín Vicuña Mackenna. Universidad de Chile, Dirección General de Prisiones, Santiago de Chile, 1938 Mother hubber`s tale. Edmund Spence. 1674. Recuerdos de treinta años (1810-1840). José Zapiola. Editorial Zig-Zag, Prólogo de Eugenio Pereira Salas, Santiago de Chile, 1945 *Para los jugadores, existe un libro muy interesante (Pool y Billar, fundamentos). Standard Book of Pool and Billiards. A complete guide to all cue games, from basic to advance play, with over 350 illustrations. Robert Byrne. Update Edition/Over 150.000 copies sold. |