Alternan niños de ambos sexos, dentro de ciertos límites de edad; suelen ser las muchachas animadoras principales. Para este danzar y cantar se escogen las horas que van desde las cinco de la tarde y hasta las ocho a nueve de la noche, jugándose en patios, plazas y parques. Cogidas las niñas de las manos, el corro gira rítmicamente al son de la canción francesa El Puente de Avignon y de estas otras de filiación preferentemente hispánicas, tanto en letras como en melodías: El Arroz con leche, La viudita del Conde Laurel, La pájara pinta, San Sereni y la Santa Catalina. La condición de este juego en que alternativamente toman parte el fondo coral y una solista, es su formación circular con ritmo de danza. Los artistas rupestres de la Edad de Piedra, dejaron testimonio de mujeres bailando en corro, alrededor de un joven desnudo. Las canciones de corro en los pueblos eslavos, datan desde antes de Cristo. En su clima, el sol es la vida y se le espera ansiosamente. Con su llegada despierta la tierra, que así puede dar pan y vida. El círculo del corro es el sol y un homenaje a él. Los corros en tiempos de Platón (429-347 a.j.c.), no tenían el significado exclusivo de juego infantil que tienen hoy. En el coloquio VII de su República comentó y ponderó la eficacia de los juegos como preparadores de la vida ciudadana. Al referirse a los corros, dijo que los quería para su República y que en ellos tomaran parte chicos, medianos y grandes; que el primero lo deseaba dedicado a las Musas y cantado por los jóvenes; que el segundo se dedicara a Apolo y fuera cantado por los peanes (1); y que el tercero se dedicara a Dionisio y fuera cantado por hombres de treinta a sesenta años y que, por fin, deseaba que hasta las mujeres y los siervos también tomaran parte en ellos. Tanto en la Antigüedad Clásica como en la Edad Media, se jugaron los corros; numerosos autores se preocuparon del juego. En el Medioevo San Isidoro de Sevilla (560-636) (2) diferenció los corros religiosos de los profanos o de niños. La redondez del corro y el giro de quienes en él toman parte, hacen imaginar la esfera celeste, los astros, mientras que el niño y la niña, situados en el centro, representan respectivamente, el sol y la luna. [Juan] Rodrigo Caro (1573-1647) dice que el simbolismo antiguo del juego era así: las tres primeras vueltas del corro, de izquierda a derecha, significaban el movimiento de los astros, o sea, su revolución de Oriente a Poniente, y las tres vueltas contrarias, el movimiento de los astros en esa misma dirección; las vueltas redondas, la perfección de la esfera; el niño en el centro, representaba el sol y, si había una niña, ésta representaba la luna. Sacar del corro a uno de los niños daba a entender los cursos vacilantes de los planetas y todo el corro significaba las estrellas del firmamento, en armónico concierto. El canto simbolizaba el himno elevado a los dioses. Rodrigo Caro, que el lector encontrará citado numerosas veces en este texto por su obra Días geniales y lúdricos, fue sacerdote, abogado, poeta, historiador y arqueólogo español. Como poeta perteneció a la escuela sevillana; suya es la obra A las ruinas de Itálica. La arqueología le debe la Relación de las inscripciones y antigüedades de Utrera (1582) y las Antigüedades de Sevilla (1634). Hacia 1625 debió estar escribiendo Días geniales y lúdricos, obra que permaneció manuscrita hasta el año 1884 en que fue publicado por la Sociedad de Bibliófilos Andaluces de Sevilla, en una edición muy limitada. Es un verdadero documento sobre el folklore hispano y su abolengo clásico. Trata de dilucidar el origen de los juegos de niños más populares de la Península, a través de poetas de la antigüedad greco-latina. Cita de La Ilíada la importancia de los casos: Gran multitud mirando está ese corro, Todo corro es danza y canciones. La poetisa chilena Gabriela Mistral (seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga: 1889-1957) Premio Nobel de Literatura (1945), primera mujer latinoamericana en recibirlo y quinta en el mundo, escribió numerosas canciones de corro, con el nombre de rondas, conocida es ¿En dónde tejemos la ronda?. María Luisa Sepúlveda Maira(1892-1958), atraída por las rimas infantiles, como muchos músicos chilenos, cogió este tema y realizó para canto y piano Dos rondas de Gabriela Mistral. Han tomado la canción de rueda como motivo de sus composiciones, entre otros músicos chilenos: Próspero Bisquert Prado (1881-1959), Aníbal Aracena Infanta (1881-1951), los hermanos Pedro Humberto Allende Sarón (1885-1959), Adolfo Allende Sarón (1892-1966), Armando Carvajal Quirós (1893-1972) y Ramón Campbell Batista (1911). El ceramista chileno Luis Guzmán Reyes (1914) ha presentado juegos de corro en piezas de cerámica; y entre los numerosos pintores nacionales que han buscado temas de carácter lúdico, se destaca por la belleza, la estética y la serenidad armoniosa, Fernando Morales Jordan (1920), quien se inspiró en un corro de Madrid, del Paseo de San Antonio de la Florida. En América se le denomina corro, rueda;, en Chile ronda; en Francia ronde; en español dicha acepción no se aplica, sino como ronda policial. En el país, es patrulla, piquete, vigilar, velar, mantener el orden. Existen sellos postales que representan este juego en Chile (1977) [Protección al menor], Irlanda (1989), Liechtenstein (Principado) (1989).
Bibliografía Días geniales y lúdricos. [Juan] Rodrigo Caro. Obras completas. Impreso por la Sociedad de Bibliófilos Andaluces. Imprenta Mercatil, Sevilla, España, 1884 Floresta de la antigua lírica popular. Julio Cejador y Frauca.Madrid, España, 4 tomos, 1921-1930. Juegos de Noches Buenas a lo Divino. Alonso de Ledesma. Barcelona, España, 1615 La creación musical en Chile (1900-1951). Vicente Salas Viu. Ediciones Universidad de Chile, Santiago de Chile 1951 La poesía popular en Puerto Rico. María Cadilla de Martínez. (Tesis doctoral, Universidad de Madrid), Talleres Gráficos de la Imprenta Venezuela, San Juan, Puerto Rico, 1933 Varios juegos infantiles del siglo XVI. Francisco Rodríguez Marín. Boletín de la Academia Española, Tipografía de Archivos, Madrid, España, diciembre de 1931 y febrero de 1932
Origen y folclor de los juegos en Chile El Puente de
Avignon
Romance (Pág. 20-22) De autor desconocido, pertenece a la tradición popular. Es una cancioncilla francesa, muy conocida y divulgada en América. Rita Kurzmann da esta versión en francés:
Sur le point dAvignon Kurzmann la traduce así:
Avignon, Avignon Al caer la tarde, las niñas inician esta canción de corro:
Sobre el puente de Avignon En la versión argentina el puente cambia de nombre:
En el puente de Avellón En Uruguay es puente de Aviñón y dicen:
Sobre el puente de Aviñón Y, siempre, en cualquier país, hacen el movimiento de lavar las lavanderas, de planchar las planchadoras, de marchar los militares y, finalmente:
Sobre el puente de Avignon Se imitan las funciones de cada sexo. Origen. Canción francesa de autor desconocido que data del siglo xiv, que trae su nombre de la ciudad de Avignon. Argentina: El
puente de Avellón, A la rueda de Avellón, El puente de Avignon Comentario. Esta chanson de ronde francesa: Sur le pont dAvignon ha sido divulgada y popularizada en América a través de los colegios franceses.
Bibliografía Cancionero popular de Santiago del Estero. Orestes Di Lullo. Editores, A. Baiocco y Cía. Buenos Aires, Argentina, 1940 Cancionero popular uruguayo. Ildefonso Pereda Valdés. Ediciones Florensa y Lafón, Montevideo, Uruguay, 1947 Canciones infantiles europeas. Rita Kurzmann. Editorial Ricordi, Buenos Aires, Argentina, 1943 Colección de rondas y juegos infantiles. Clemente B. Greppi. Ricordi Americana, Buenos Aires. Argentina, 1912 El cancionero infantil de Hispanoamérica. Ana Margarita Aguilera Ripoll. Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, Cuba, 1960 Los juegos en
el folklore de Catamarca. Carlos Villafuerte. Revista
de Educación Nº 5 (Supl.) Ministerio de Educación de la Provincia
de Buenos Aires. Música folklórica infantil chilena. Juan Pérez Ortega. Ediciones Universitarias de Valparaíso. Valparaíso, Chile 1976 Origen y folclor de los juegos en ChileArroz
con leche
Canción de corro (Pág. 23-28) Las niñas y niños se toman de las manos, forman un círculo y giran cantando. Algunas de las versiones que corren en Chile:
En este final me caso yo, se abrazan con la compañera. Otras veces es:
Entre las modalidades de la época actual, figuran éstas que dicen relación con los cantantes de figuración y los cadetes de la Escuela Naval, que ofrece el profesor Juan Pérez Ortega, en su obra Música folklórica infantil chilena, cuyos textos son los que siguen:
En los juegos infantiles guatemaltecos se encuentra la novedad que en el Arroz con leche, es el niño el que desea casarse:
En el Cancionero popular de Santiago del Estero de Orestes Di Lullo (1898), acreditado como uno de los estudiosos informado y responsable, registra esta versión:
Arroz con leche,
Ildefonso Pereda Valdés (1899), poeta dueño de una extensa bibliografía folklórica uruguaya como El negro rioplatense y otros ensayos, Medicina popular y folklore mágico del Uruguay, en el Cancionero popular uruguayo recogió esta:
Las partes literaria y musical del Arroz con leche, difieren en numerosos países, a la vez que, este cantar, corre en infinitas versiones fusionado con La viudita.
República Dominicana:
Venezuela, la versión empieza:
Siempre en Venezuela, es:
El cambio de leche por coco se produjo hace algunos años en Venezuela, alteración por alusión al tropical fruto. Origen. Español. Rima que refleja la elección de novia o la aceptación de esposo, con que las niñas hacen sus corros. La inspiración gira entorno de la boda. Vasto es el repertorio de los textos que cantan los niños españoles y americanos que tratan de amor. Denominación. Argentina: Arroz
con leche Dispersión. Argentina, Cuba, Chile, Guatemala, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana (Santo Domingo), San Salvador, Uruguay, Venezuela. Comentario. El casamiento se efectúa en Argentina, en Santiago del Estero, con una señorita de San Nicolás y, en Cuyo, con una linda niña de este lugar; en Chile, con una niñita de Portugal, con una niñita del porte lugar, del porte igual, con Rafael de España, con un joven cadete de la Naval, o con este comandante; en Cuba, con una viudita del valle del rey; en Paraguay, con una niñita de lindo color; en Puerto Rico, con una viudita de la capital; en República Dominicana, con una viudita de la capital; Uruguay, con una niñita del barrio oriental; en Venezuela, con una mocita de la capital o con una viudita de la capital. En España, en Extremadura, con una mocita de este lugar y, en Asturias, es la viudita que manda en la ley y se quiere casar. Bibliografía Cancionero popular de Santiago del Estero. Orestes Di Lullo. Editores, A. Baiocco y Cía. Buenos Aires, Argentina, 1940 Cancionero popular uruguayo. Ildefonso Pereda Valdés. Ediciones Florensa y Lafón, Montevideo, Uruguay, 1947 Cantos populares españoles. Francisco Rodríguez Marín.5 tomos, Sevilla España, 1882 Juegos infantiles de Extremadura. P: Sergio Hernández de Soto. Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas: Madrid, España Vol. II 1884, pp. 102-195; Vol. III, 1884, pp. 85-210. La poesía popular en Puerto Rico. María Cadilla de Martínez. (Tesis doctoral, Universidad de Madrid), Talleres Gráficos de la Imprenta Venezuela, San Juan, Puerto Rico, 1933 Música folklórica infantil chilena. Juan Pérez Ortega. Ediciones Universitarias de Valparaíso. Valparaíso, Chile 1976 Selección de poemas para los niños. Humberto Díaz Casanueva. Departamento de Educación Primaria, Santiago de Chile, agosto de 1928 Origen y folclor de los juegos en ChileMuerte
del Señor don Gato
Romance
Otra versión de las que se dicen en Chile:
Por el año 1920 circulaba en el país este cantar que se debe a la memoria de doña Ana Arenas Carvajal.
Este romances es conocido en Argentina con ligeras variantes de uno a otro lugar del país. La versión catamarqueña es una de las más graciosas y dice así:
En Colombia, Benigno A. Gutiérrez (1899-1957), quien en su obra Arrume folklórico de todo el maíz estudió la cultura que se origina con su cultivo, más un arrume de tonadas típicas campesinas, relatos populares y costumbres antioqueñas, da esta versión que repiten los niños del campo:
Estando el señor don Gato
En México:
En Venezuela:
Estaba el señor don Gato
En España corren numerosas versiones de este romance. Origen. Los orígenes no han podido ser determinados todavía. El distinguido filólogo y folklorólogo portugués, Francisco Adolfo Coelho (1847-1921), fue el primero en creer que la muerte del señor don Gato es una parodia de romances portugueses y españoles. Coelho piensa que es originado en los romances portugueses de Doña Infanta y en el español del Cid que comienza:
Julio Vicuña Cifuentes (1865-1936), aceptó esta hipótesis. A este notable investigador, la Biblioteca de Escritores Chilenos le publicó el año 1912 su obra Romances populares y vulgares, recogidos de la tradición oral chilena. En esta tarea colaboraron con él don Ramón Menéndez Pidal (1869-1968), filólogo e historiador español, discípulo de Marcelino Menéndez y Pelayo, que contribuyó al estudio de los orígenes de la literatura, y algunos de sus alumnos del Instituto Pedagógico. Alejo Carpentier y Valmont (1904-1980), literario y músico cubano, profesor de Historia del arte y ciencias musicales. Fundador de la corriente llamada realismo mágico, opinó que este romance es de origen francés de mediados del siglo xviii, que pasó a España juntamente con Mambrú. La profesora Ana Margarita Aguilera Ripoll, en su trabajo de recopilación, ordenación y comparación de 10 cantos infantiles extranjeros que giran en torno a sus versiones cubanas dice: Romance francés de mediados del siglo xviii que pasa a España. Denominación. Argentina: Mi
señor don Gato Dispersión. Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, República Dominicana (Santo Domingo), El Salvador, Uruguay, Venezuela. Comentario. Ramón Menéndez Pidal lo registra en Los romances de América y otros estudios. Además se conocen versiones andaluzas, gallegas y asturianas. En estos países se cantaba en los colegios de monjas españolas. En la Argentina una versión de este romance dicen, habría originado el baile el gato. El musicólogo y folklorólogo argentino Carlos Vega (1898-1966), quien fue director del Instituto de Musicología, de extensa labor de recopilación de melodías y danzas populares, análisis y divulgación en conferencias y autor de una extensa producción bibliográfica, documenta la difusión de esta danza en los albores del siglo XIX, desde Buenos Aires al Paraguay y desde Cuyo a Jujuy. El gato se llama en Buenos Aires, además mismis y perdiz y en Venezuela, otra versión de don gato coincide con el areito.
Bibliografía Arrume folklórico de todo el maíz. Benigno A. Gutiérrez. Imprenta Departamental Medellín, Colombia (3º edic.) 1948. Las primera y segunda ediciones son de 1944 y 4º edición 1949. Cancionero musical de la lírica asturiana. Eduardo M[artínez] Torner. Instituto Escuela para Ampliación de Estudios, Madrid, España, 1928 Contribución al folklore de Carahue [Chile]. Ramón A. Laval. Librería General de Victoriano Suárez, 2 Vol., Madrid, España 1916; Segunda parte: Contribución al folklore de Carahue [Chile]. Leyendas y cuentos populares. Imprenta Universitaria, Santiago de Chile 1921 Cosa cumplida... sólo en la otra vida. Fernán Caballero [Cecilia Francisca Josefa Böhl de Faber. Madrid, España, 1837 Danzas y canciones argentinas. Carlos Vega. Editorial Ricordi, Buenos Aires, Argentina, 1936 Diccionario del folklore ecuatoriano. Paulo de Carvalho Neto. Colección Tratado de Folklore Ecuatoriano I. Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, Ecuador, 11964 El cancionero infantil de Hispanoamérica. Ana Margarita Aguilera Ripoll. Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, Cuba, 1960 Folklore musical infantil (canciones para canto y piano). María Luisa Sepúlveda Maira. Editorial Casa Amarilla. Canciones populares recogidas y armonizadas, con prefacio y notas de Oreste Plath. Santiago de Chile, 1945 La música en Cuba. Alejo Carpentier. Fondo de Cultura Económica, México, 1946 Los romances de América y otros estudios. Ramón Menéndez Pidal. Espasa-Calpe Argentina S.A., Colección Austral, Buenos Aires, Argentina (3ºedic)1943 y (5º edic) 1948 Notas e parallelos folklóricos. Adolfo Coelho. Revista Lusitana. Tomo I, Oporto, Portugal, 1887-1889. Ómnibus de poesía mexicana. Gabriel Zaid. Buenos Aires, Argentina,1921. Otra edición: Siglo XX Editores S.A., México, 1971 Otras canciones de rueda. Rafael Olivares Figueroa. Revista Onza, tigre y león Nº 79, Caracas, Venezuela, enero 1946, pp. 5-7 y 22 Romances populares y vulgares recogidos de la tradición oral chilena. Julio Vicuña Cifuentes. Biblioteca de Escritores de Chile. Imprenta Barcelona, Santiago de Chile, 1912
Origen y folclor de los juegos en ChileMandundirun
Canción
Se coloca una fila de niñas y niños, tomados de las manos y, al frente, un niño o una niña. Avanza el niño que está solo y retrocede hasta volver a su lugar, cantando dos veces lo que sigue:
Buenos días, su señoría,
Continúa en la siguiente forma:
¿Qué quería, su señoría?
El que está solo, toma la mano a la niñita que lo nombró y la coloca a su lado; inmediatamente se forman en círculo y dan una vuelta saltando con uno y otro pie, alternativamente, y cantando:
Comienzan de nuevo y cada vez pasa un niño de la fila del frente hasta quedar uno solo, donde estaba la fila y una fila donde principió el juego con uno solo. Otras veces lo juegan de la siguiente manera: Dos grupos de niños, uno grande y otro pequeño. Este último inicia el juego y el otro le va contestando.
Buenos días, su señoría.
Al finalizar el juego, los niños forman un corro y cantan:
En el Ecuador, este final lo cantan así:
Celebremos la fiesta de todos
Versión argentina, registrada en el Cancionero popular de Santiago del Estero:
En Cuba se han recogido varias versiones del Matarile, rile, ron o Matandile. La que se ofrece es de la obra Juegos organizados de Graciela Soto de Fernández:
A mambrosia do
Bonifacio Gil García en su Cancionero infantil universal con doscientas cuarenta y siete composiciones de ciento doce países, da esta versión de Guatemala:
Se colocan las niñas en una fila. Enfrente se sitúa una niña que comienza a cantar, entablándose el siguiente diálogo:
Niña. Buenos días, mi señoría.
Únese a la niña primitiva, la elegida. Hablan secretamente para ponerse de acuerdo a cuál elegir al comenzar de nuevo el canto. Sucesivamente se va engrosando el grupo de niñas seleccionadas. Cuando en la fila queda una niña, ésta se queda sola, enfrente de la nueva fila, comenzando seguidamente el juego. Tanto la nena que entabla el diálogo, como las de la fila, van avanzando y retrocediendo rítmicamente cuando intervienen en el canto. En Perú, Miguel Angel Ugarte Chamorro, a quien se le debe un diccionario de arequipeñismos y el libro Juegos, canciones, dichos y otros entretenimientos de los niños, ofrece esta versión:
Versión puertorriqueña:
España. Aurelio de Llano Roza de Ampudia, en su Esfoyaza de cantares asturianos, ofrece esta versión:
Ambo, acto,
En América corren versiones con variantes en la letra y la música. Origen. Canción de origen francés, introducida en España a principios del siglo XIX. Según la investigadora Rita Kurzmann, Matarile es una canción francesa llamada Bailarán así, con distintas variantes en Hispanoamérica. Ana Margarita Aguilera Ripoll clasifica a Matarile, rile, ron como canción francesa y lo afirma María Cadilla de Martínez. Denominación. Argentina: Matarile,
rile, ron, Matantirio, liriolá, Buenos días su señoria, Los oficios,
Yo tenía un castillo Dispersión. Argentina, Brasil, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela. Comentario. Su divulgación en España se debe a los colegios franceses, según Francisco Rodríguez Marín. Bibliografía Cancionero infantil universal. Bonifacio Gil García. Aguilar S.A. Ediciones. Impreso por Pentacron, Madrid, España, 1964 Cancionero popular de Santiago del Estero. Orestes Di Lullo. Editores, A. Baiocco y Cía. Buenos Aires, Argentina, 1940 Canciones infantiles europeas. Rita Kurzmann. Editorial Ricordi, Buenos Aires, Argentina, 1943 Contribución al folklore de Carahue [Chile]. Ramón A. Laval. Librería General de Victoriano Suárez, 2 Vol., Madrid, España 1916; Segunda parte: Contribución al folklore de Carahue [Chile]. Leyendas y cuentos populares. Imprenta Universitaria, Santiago de Chile 1921 Diccionario del folklore ecuatoriano. Paulo de Carvalho Neto. Colección Tratado de Folklore Ecuatoriano I. Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito Ecuador, 1964 El cancionero infantil de Hispanoamérica. Ana Margarita Aguilera Ripoll. Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, Cuba, 1960 Esfoyaza de cantares asturianos. Aurelio de Llano Roza de Ampudia. Marcelo Morchón, Oviedo, España, 1924 Juegos organizados. Graciela Soto de Fernández. Cultural, La Habana, España, 1941 Juegos, canciones, dichos y otros entretenimientos de los niños. Recogidos en la ciudad de Arequipa. Miguel Ángel Ugarte. Tipografía Portugal, Arequipa, Perú, 1947 Folklore chileno.Aspectos populares infantiles. Oreste Plath (César Octavio Müller Leiva) Anales de la Universidad de Chile Nº 61 y 62, Santiago de Chile, tercer y cuarto trimestre 1946. Tradiciones populares guatemaltecas. Ofelia Columba Déleon Meléndez. Revista Folk-lore Americano Nº 28, México, diciembre de 1979, pp. 45-68 Selección de poemas para los niños. Humberto Díaz Casanueva. Departamento de Educación Primaria, Santiago de Chile, agosto 1928 Varios juegos infantiles del siglo XVI. Francisco Rodríguez Marín. Boletín de la Academia Española. Tipografía de Archivos, Madrid, España, diciembre de 1931 y febrero de 1932 |