Ciudadanos cuestionan cambios a la actual normativa comunal

El barrio y el ruido: Modificación a Ordenanza N°9 "sobre prevención y control de emisiones de ruidos en la comuna de Ñuñoa"

El barrio y el ruido: Modificación a Ordenanza sobre ruidos en Ñuñoa
El pasado sábado 26 de julio se realizó una manifestación ciudadana bajo el nombre de "Boche colectivo".
El pasado sábado 26 de julio se realizó una manifestación ciudadana bajo el nombre de "Boche colectivo".
La concejala Paula Mendoza junto a agrupaciones y vecinos participó de la intervención artística.
La concejala Paula Mendoza junto a agrupaciones y vecinos participó de la intervención artística.
Carnaval cultural que se realiza en Ñuñoa.
Carnaval cultural que se realiza en Ñuñoa.

En Ñuñoa, al igual que en otras comunas de Santiago, diversas agrupaciones artísticas y musicales dan vida a plazas y calles los fines de semana; se trata de un ejercicio en construcción de ciudadanía y de apertura de canales de participación. Sin embargo, en Ñuñoa, comuna donde se encuentra ubicada la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO), la modificación a la ordenanza N°9, titulada “Ordenanza sobre prevención y control de emidiones de ruidos en la comuna” prohibiría las manifestaciones de música callejera en sus espacios públicos.

Para demostrar su rechazo a la iniciativa, el pasado sábado 26 de julio se realizó una manifestación ciudadana bajo el nombre de “Boche colectivo”, en Plaza Ñuñoa. Agrupaciones musicales y vecinos se congregaron durante la tarde, para demostrar que “hay una comunidad barrial interesada en temas relacionados a la calidad de vida comunal”, comenta Carolina Franch, antropóloga activista de Ñuñoa y académica de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la U. de Chile. Quien también participó de la manifestación fue la concejala (PS) Paula Mendoza por considerar “antidemocrática” la medida, ya que falta entablar conversaciones con sus habitantes.

La modificación a la ordenanza actual que data de 1984, pretende regular –entre otros puntos– el “funcionamiento de bandas en la vía pública, salvo que se trate de elementos de las Fuerzas Armadas y de Orden” que “sólo podrán funcionar en fechas conmemorativas de la comuna”, indica la letra e del artículo 11 del nuevo documento; dejando de este modo, el ejercicio de construcción de ciudad en las manos de las autoridades comunales, excluyendo a los vecinos(as) de toda decisión.

Además, en el punto f del mismo artículo se impide “producir música de cualquier naturaleza en la vía pública, salvo autorización de la Alcaldía; y en cualquier caso, el uso de difusores o amplificadores, y todo sonido, cuando pueden ser claramente distinguibles desde el exterior o desde las propiedades vecinas”.

Resurgimiento de la actividad barrial

Hace dos años nació en Ñuñoa una pequeña banda mutualista llamada Ñuñoa Splendid, agrupación de música callejera con una propuesta política de realizar actividades en distintos lugares de la comuna, y así reocupar los espacios públicos como también lo hacen otros grupos artísticos. El conjunto ha participado de los carnavales que se hacen en Ñuñoa, en los cuales se hace un recorrido por la comuna “para sacar a la gente al espacio público”, describe la académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile y miembro del conjunto, Carolina Franch.

Marisol Facuse, socióloga e investigadora de FACSO, regularmente participa de este tipo de intervenciones artísticas callejeras que se realizan en Ñuñoa, Barrio Yungay y Recoleta, entre otros puntos de Santiago. En relación a la normativa, señala que su reforma “no tiene que ver con la voluntad de los vecinos, sino que con acallar la espontaneidad, sonoridad y música de la vida cotidiana citadina, representadas en expresiones indígenas, populares o latinoamericanas, elementos culturales que no le gustan a la derecha chilena”.

Por su parte, la antropóloga se cuestiona por qué la alcaldía pretende regularizar estas manifestaciones. Como posible respuesta, argumenta que se intenta evitar que los habitantes se conecten, “sacando a las bandas y es que desde lo cultural se ha hecho política. Con este tipo de prohibiciones, se afianza un tipo de política de intenta que todo tenga que ser aprobado por la la autoridad”, argumenta Franch.

En tiempos de dictadura parecía normal tener espacios públicos vacíos. Tras el retorno a la democracia, “lo que no parece normal es que esos espacios públicos sigan estando vacíos y carentes de actividad”, comenta Carolina Franch.

¿Qué tipo de comuna quieren los vecinos?

El 17 de junio, fue entregado el nuevo documento a los concejales durante la sesión del concejo municipal para ser aprobada o rechazada. No obstante, según la concejala de la Comuna de Ñuñoa y antropóloga Paula Mendoza, “de manera unánime se acordó pasar el tema a la comisión de Obras y Urbanismo para el estudio y posterior informe”.

A través de mails y conversaciones con sus habitantes, la concejala afirma que ellos solicitan una norma que regule las emisiones de ruidos en locales gastronómicos, construcciones de empresas inmobiliarias pero por sobre todo la actividad producida por el propio municipio cuando desarrolla eventos de música en vivo.

Para resolver este conflicto, es necesario “gestionar una discusión más profunda con sus vecinos y vecinas acerca de qué tipo de comuna quieren porque no es lo mismo el bullicio que puede haber en plaza Ñuñoa con el producido en villa Frei, utilizando criterios de realidad y no colocar en igualdad de condiciones a un músico con un bocinazo”, comenta Mendoza.

En la sesión de comisión anterior del 8 de julio, se determinó realizar una nueva comisión para el pasado martes, pero esta fue cancelada cuya nueva fecha aún no se ha fijado. Mientras que en la sesión de consejo del pasado 21 de julio se volvió a presentar para su aprobación laordenanza N°9, pero los concejales se negaron a hacerlo para discutir con mayor profundidad sus modificaciones.