La iniciativa, realizada el pasado 18 de junio, permitirá que el spin-off de la Universidad de Chile sea lanzado finalmente en julio de este año con 24 socios, el mayor de ellos con un 27 por ciento de participación, y el general con menos del 5 por ciento. “Estos socios incluyen empresas de índole tecnológico, académicos; profesionales, estudiantes de ingeniería y diseño, emprendedores individuales, jóvenes y seniors. Esta mezcla de perfiles no sólo permitirá el financiamiento de Eli-Batt s.p.a., sino también aumentar los conocimientos, la fuerza y la experiencia necesaria para crear la primera empresa de soluciones de almacenamiento de energía basada en baterías de litio de Chile”, destaca líder del proyecto e investigador de la FCFM, Jaime Aleé.
El proyecto fue concebido hace cuatro años en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, gracias al trabajo en conjunto realizado por el Centro de Energía y el Centro de Innovación del Litio. Actualmente se encuentra avanzando bajo el concepto “de la Invención a la Innovación”, lema de Open Beauchef, un ecosistema de emprendimiento e innovación impulsado por el proyecto 2030 de Corfo. Al respecto su creador, el ingeniero de la FCFM, Manuel Mata, señala la importancia de contar con una red de apoyo interna y externa que permita sacar adelante estas iniciativas. "La mecánica interna de Universidad no ayuda mucho a que este tipo de proyectos fluya naturalmente, pero esperamos que con este hito se pueda marcar un precedente y allanar el camino a los futuros emprendedores de la escuela", indica.
Cabe destacar que el pasado 28 de enero se firmó un convenio entre la Universidad de Chile y cuatro empresas interesadas en apoyar el financiamiento de ELIBATT, estas son: Tinet S.A., Conversiones San José Ltda., Cero Motors Ltda. y Possumus Ltda. El acuerdo regula el desarrollo de la versión comercializable de esta batería y establece el papel que jugarán tanto las empresas como la Universidad en esta pionera colaboración conjunta.
“Generar desarrollo y transferencia tecnológica e interactuar con la empresa privada no es fácil. Se requiere perseverancia de nuestros académicos, paciencia y compromiso por parte de las contrapartes de la empresa, porque las cosas muchas veces no suceden a la velocidad que se requiere. Creo que estamos en una etapa de cambio, generar ambientes en que la productividad de la academia de la Universidad de Chile logre transferirse a la sociedad”, concluyó en la ocasión el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Casa de Estudios, Flavio Salazar.