En un plazo de siete años, la ley que creó la Universidad de O’Higgins estipula que el nuevo plantel debe lograr una acreditación que le permita funcionar a la par que el resto de las instituciones estatales, siendo fundamental el trabajo de la universidad. Además, la misma legislación exige que el grupo responsable de apoyar el proyecto deba rendir informes de su trabajo de acompañamiento, pudiendo ser cambiado si en los próximos 4 años, cuando se haga la primera evaluación de su labor, no responda a la misión que se le ha encomendado.
Por ello, la Universidad de Chile, institución designada por la Presidenta Michelle Bachelet para esta misión, asume como un desafío serio y sumamente relevante el trabajo que de alguna manera ya había comenzado el año pasado. Desde un principio, la Casa de Bello se mostró interesada en cumplir un rol tutor; situación que la hizo saber el Rector Ennio Vivaldi durante septiembre de 2014, mientras que el Vicerrector de Investigación y Desarrollo, Flavio Salazar, participaba constantemente en los diálogos ciudadanos de Rancagua, donde los actores sociales expresaban su visión de universidad.
Hoy, es el mismo Vicerrector Salazar la autoridad que expresa su emoción tras la oficialización de la Universidad de Chile como la institución que acompañará la universidades de O’Higgins y Aysén: “Nos produce una inmensa alegría el que ya por fin se haya, por una parte, designado al rector que es un connotado académico de nuestra universidad y por otra parte que la Universidad de Chile haya sido la universidad tutora para poder acompañar este proceso, nos parece que es muy importante y está en la línea de lo que nosotros estábamos dispuestos a asumir cuando se empezó a gestar este proyecto”.
Asimismo, Salazar detalla que la Chile está en pleno conocimiento del Informe de la Comisión Ejecutiva para la Creación de la Universidad Regional, y comparte que la nueva universidad debe ser diseñada en torno a los deseos que expresó la propia región. “Nosotros estuvimos en varios diálogos ciudadanos de la región, en varias reuniones en Rancagua durante la época en que se empezó a estudiar esta nueva Universidad y obviamente tomando en cuenta las características regionales desde la población, surgieron una serie de ideas que se plasmaron en ciertas áreas de diseño de investigación que a nosotros nos parecían bastante interesantes y que obviamente tenemos capacidades académicas para ofrecerles ayuda en ese sentido”, señala.
En cuanto a la tutoría, el Vicerrector de Investigación y Desarrollo explica que se esperará primero la conformación de equipos que realice el Rector Rafael Correa para comenzar la participación de la universidad tutora. “Como la ley lo indica la tutoría tiene que ver con una interacción entre el equipo del rector, que él va a formar, y la Universidad de Chile y ahí vamos a tener que ver cómo vamos a tener que concordar los planes específicos con los nuestros”. Salazar agrega que “nosotros hemos trabajado en base a prestar todo el apoyo que tiene que ver con nuestras capacidades desde el punto de vista tanto de la investigación, organización y de la docencia y ojalá basados en las visiones que tuvieron las diferentes organizaciones que discutieron este tema en la misma región, por lo tanto, no tenemos un plan como que la U. de Chile diseñe una nueva universidad, sino que principalmente tenemos equipos preparados para apoyar y acompañar el proceso que se va a generar ahí cuando el nuevo rector y su equipo lo estimen conveniente”, sentencia el académico.
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