Maremoto en Coquimbo evidencia la ocupación irresponsable del borde costero en Chile

Maremoto en Coquimbo evidencia la ocupación irresponsable de la costa
Una de las mayores consecuencias que dejó el terremoto y maremoto del pasado 17 de septiembre fue la destrucción del Instituto Teletón de Coquimbo.
Una de las mayores consecuencias que dejó el terremoto y maremoto del pasado 17 de septiembre fue la destrucción del Instituto Teletón de Coquimbo.
Si se consideraran los estudios científicos de la tierra, la visión histórica ayudaría a planificar el uso de suelo de mejor manera ante la posibilidad de que sucedan eventos catastróficos.
Si se consideraran los estudios científicos de la tierra, la visión histórica ayudaría a planificar el uso de suelo de mejor manera ante la posibilidad de que sucedan eventos catastróficos.
La "mercantilización del uso de suelo" comienza a desarrollarse desde 1979, cuando se produjo un nuevo ordenamiento autoritario del territorio urbano.
La "mercantilización del uso de suelo" comienza a desarrollarse desde 1979, cuando se produjo un nuevo ordenamiento autoritario del territorio urbano.

Una de las mayores consecuencias que dejó el terremoto y maremoto del pasado 17 de septiembre fue la destrucción del Instituto Teletón de Coquimbo. La Presidenta Michelle Bachelet comprometió esfuerzos y ayuda en su reconstrucción, mientras que la Teletón –que se realizará el próximo 27 y 28 de noviembre– recordará la tragedia e intentará recaudar fondos para su levantamiento. Sin embargo, a dos meses de la catástrofe, la cercana ubicación del centro del borde costero –situado a solo ocho cuadras del mar– despierta las críticas de cientistas sociales sobre cómo se ha desarrollado la ocupación del territorio costero en nuestro país.

Académicos como César Méndez del Departamento de Antropología consideran irresponsable la instalación de poblados en la terraza marina más activa, acto que recae principalmente en las autoridades municipales, ignorando en absoluto el conocimiento científico para la planificación urbana.

De acuerdo a los estudios arqueológicos, al menos desde el periodo cuaternario ha habido distintos tipos de actividad marina. Especialmente, en los últimos 11.500 años se han registrado distintos episodios de movimiento marítimo, como el que ocurrió hace dos meses, afectando principalmente las costas de Tongoy y Coquimbo.

Sus repercusiones en el territorio se evidencian de distintas formas: una de ellas es el depósito de moluscos, lo que demuestra que el mar se levantó y se introdujo. “Reflejo de ello es cuando los moluscos están muy fracturados, molidos y mezclados con piedras son depósitos de paleotzunamis, es decir tsunamis del pasado”, explica Méndez. Debido a la accidentada topografía del fondo marino que caracteriza al Océano Pacífico –a diferencia del Atlántico que es más plano– cuando ocurren tsunamis el mar se introduce bastante hacia el territorio causando estragos.

Por otro lado, también es posible constatar este tipo de actividades cuando hay discordancias erosivas, es decir, una sustracción de sedimentos. Eso es posible observar en “excavaciones arqueológicas, en lugares donde se ha metido el mar y ha sacado parte de esos sedimentos, lo que a veces deja cicatrices como si tuviera una cárcava erosiva”, aclara.

Si se consideraran los estudios científicos de la tierra, la visión histórica ayudaría a planificar el uso de suelo de mejor manera ante la posibilidad de que sucedan eventos catastróficos. “Aquellos que toman las decisiones dentro de la planificación territorial no están considerando las enseñanzas del pasado”, y la ciencia, por tanto, debe orientar mucho más las decisiones administrativas en relación al levantamiento y construcción de viviendas, centros y establecimientos educacionales.

¿Por qué construir en el borde costero?

Generalmente, los poblados de la Región de Coquimbo se localizan hacia el interior en los valles, debido a la concentración de las actividades económicas como la pequeña, mediana y gran minería, agricultura y los crianceros. En la zona costera, en tanto, se desarrolla el turismo y la pesca.

A lo largo de la zona costera de la Región de Coquimbo se ubican las ciudades de Los Vilos, Coquimbo y La Serena, además de las localidades de Caleta Hornos, Chungungo y Punta de Choros (comuna de La Higuera). Coquimbo y La Serena se han transformado en el centro de gestión y administración de las políticas nacionales, sectoriales y locales, además de ser un eje de atracción para las inversiones públicas y privadas y el principal destino turístico de la región durante la época estival.

No obstante, la zona guarda riesgos geográficos constantes de inundación por efectos de olas de gran altura o “tsunamis”, cuyo interés de cierta parte de la población persiste en ocuparla. ¿A qué se debe ese interés? La respuesta, en parte, radica en la lógica económica imperante, ya que el borde-mar es un negocio rentable. La industria inmobiliaria sigue construyendo en áreas ampliamente reconocidas por su peligrosidad, “no olvidemos que muchas de estas urbanizaciones de lujo que se han construido en el borde costero, con proyectos desarrollados en un lapso inferior de cinco años, después del 27 de febrero de 2010”, recuerda el académico del Departamento de Antropología, Claudio Cerda.

Por su parte, los habitantes buscan en ese territorio notoriedad, privilegio y estatus. Los municipios también negocian los permisos que están facultados a conceder y las direcciones de Obras se ven obligadas a pensar con criterios de rentabilidad. Finalmente, los pescadores artesanales tienen pocas alternativas para elegir, además, existen elementos de carácter social y cultural que los llevan a construir en el borde costero”, comenta Cerda.

La “mercantilización del uso de suelo” comienza a desarrollarse desde 1979, cuando se produjo un nuevo ordenamiento autoritario del territorio urbano, que segrega y fragmenta el territorio, permitiendo el surgimiento de una planificación urbana en la cual el gran rector es el mercado.

Sin embargo, los fundamentos de la instalación de obras de beneficencia cerca de la costa, como el Instituto Teletón de Coquimbo, son otros. Considerando que el suelo urbano tiene un alto costo, la localización de este tipo de centros cerca del mar obedece a criterios como el bajo precio del terreno –que muchas veces es donado–, la accesibilidad y centralidad para los pacientes o personas que atiende.

“Nada de ello justifica los errores evidentes de asentamiento, sin embargo, los explica. Esperemos que en esta ocasión todos(as) entiendan que este tipo de instituciones, así como los establecimientos educacionales en general, hospitales, grandes centros para la realización de eventos públicos y un largo etcétera, deben formar parte de una planificación detallada y acuciosa, pues los desastres naturales son siempre y antes que nada sociales”, comenta el académico experto temas de urbanismo.

Consecuencias inmediatas del terremoto y maremoto

El epicentro del maremoto del pasado 17 de Septiembre ocurrió a 25 kilómetros de Illapel, a las 19.54 hrs., a 31 kilómetros de profundidad. Los mayores daños materiales se produjeron en las localidades de Tongoy y Coquimbo, también hay reportes de una suerte de impacto escondido en ciudades como Illapel, debido al tipo y materialidad de los inmuebles.

Se ordenó la evacuación de alrededor de un millón de personas entre Arica y Puerto Aysén debido a la alerta de Tsunami emanada desde el Ministerio del Interior. La Administración Oceánica y Atmosférica Nacional, la agencia científica norteamericana especializada en estas materias, predijo que las olas alcanzarían los 10 metros, situación que en realidad no se produjo.

No obstante, el oleaje por efectos del movimiento sísmico tuvo la suficiente energía como para producir serios daños en localidades como Tongoy y Coquimbo. Lamentablemente, se perdieron vidas, más de una decena de personas murieron por efectos directos o indirectos del seísmo.