Coloquio Niñez, vulnerabilidad y comunidad: Red de Jardines Comunitarios

Conociendo la experiencias de la Red de Jardines Comunitarios
Expertas explicaron la experiencia de los jardines comunitarios
Expertas explicaron la experiencia de los jardines comunitarios
Las profesionales contaron la Historia de la Red Centros Comunitarios de Educación (Red CEC)
Las profesionales contaron la Historia de la Red Centros Comunitarios de Educación (Red CEC)

Hasta el auditorio Pedro Ortíz llegaron Soledad Apablaza, Directora del Jardín Hueñi Trai, Claudia Barros, educadora Sala Cuna Aitué, y Paulina Villarroel, Directora del Jardín Infantil Comunidad de niños y niñas Tricahue, para participar en el Coloquio “Niñez, vulnerabilidad y comunidad: Red de Jardines Comunitarios”. En la oportunidad expusieron a los alumnos asistentes sobre la historia y los próximos desafíos que tienen como Red de Jardines Comunitarios.

Este Coloquio se pensó para que los alumnos del ramo de psicología comunitaria conocieran la experiencia de la Red de Jardines Comunitarios. Ya que se trata de una organización con dos décadas de trabajo comunitario en zonas vulnerables y que gracias a acciones territoriales sostenidas se ha mantenido presente. “Nosotros estamos acá invitadas por el Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, para que los estudiantes sepan de primera persona lo que es el trabajo comunitario, además estaban algunos alumnas de la carrera de educación parvularia, que han participado con nosotras, que han conocido la experiencia de los Jardines Comunitarios. Nosotras vamos a contar los que hemos vivido con esta Red donde nos quieran oír, donde exista un grupo de personas que estén disponibles a trabajar con otras, para contagiar desde la experiencia, queremos contribuir para que sepan lo que se puede construir todos juntos” comentó Soledad Apablaza.

Al hacer un recorrido por su historia las tres coincidieron que uno de los hechos diferenciadores de esta Red -y de los jardines que la conforman- es la idea del hacer comunidad, entendiendo que estas son organizaciones que surgieron diferentes instancias sociales grupos de mujeres, organizaciones de pobladores y pobladoras, unión de sueños entre pobladores y universitarios, entre otros, pero que todos en una búsqueda común: de entregar espacios educativos de calidad para niños y niñas, trabajando vinculados con la familia, la comunidad y las redes con presencia importantes de mujeres en el trabajo directo con niños y niñas, en un inicio fueron monitoras y luego se profesionalizaron para seguir formándose y poder recibir el aporte estatal.

Añadieron que por eso el trabajo comunitario es tan importante, la participación de todos, eso es lo que está al centro de la labor de estos Jardines. Comentaron experiencias donde los encargados del taller de bicicletas van a explicar a los niños de su trabajo. Otra en la que una vecina invitó a los niños a ver nacer las codornices. Eso es hacer comunidad, cuando otro miembro del territorio da valor a la labor que un vecino realiza. Este tipo de actividades se realizan en torno, también, al enfoque de género, ya que se busca ofrecer experiencias que abran los patrones culturales.

En otro ámbito explicaron que esta dinámica de trabajo comunitario no siempre ha sido bien entendida por las instituciones a cargo de las políticas púbicas en primera infancia, pese a ello los jardines que forman parte de la Red reciben recursos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles -JUNJI-, es decir son instituciones VTF. Paulina Villarroel, quién además de ser educadora es guía Montessori comentó que las relaciones han tenido de todo “lo que pasa es que en muchos casos llegan a fiscalizar y lo hacen sobre cosas que no están en sintonía con la forma que hacemos nosotros la educación en sala. Por el método aplicado, Montessori, no planificamos de la manera tradicional, lo hacemos planificando el ambiente preparado y la fiscalización solicita indicadores técnicos en formatos específicos y que no corresponden a la variedad de metodologías que existen en Educación Inicial”, comentó Villarroel.

En el diálogo con los estudiantes que asistieron al Auditorio Pedro Ortíz, las expositoras comentaron otras de sus experiencias como educadoras en Jardines Comunitarios, coincidieron en que hay que ser un soñador y un luchador ya muchas veces las normas rígidas de un sistema poco integrador pone trabas al desarrollo de proyectos comunitarios, lo que repercute en la participación de las personas. Ejemplificaron con hechos como el cierre de algunos Jardines Comunitarios hasta que la única práctica que no se paga en los liceos es la de auxiliar de párvulo, “estas situaciones nos ponen frente a establecer nuevas estrategias para encantar a las personas, pero existen otros fundamentos, dinámicas y realidades que son las que permiten la permanencia de valiosas personas al servicio de los niños y niñas y su comunidad”, puntualizó Soledad Apablaza.